“Dijeron que estaban buscando a unos narcos”: Garzón del Ají Seco Místico revela “excusa” de la PDI al pedir videos de Monsalve
Si bien Javier Palas no reconoció al exsubsecretario el 22 de septiembre, semanas después supo de la concurrencia de detectives al lugar y conoció de la denuncia que se había estampado. Así, en su declaración ante los investigadores, reconoció que la policía de civil concurrió al lugar antes de que las acusaciones contra el entonces militante socialista se formalizaran.
La investigación que sigue adelante el Ministerio Público a raíz de la denuncia en contra del exsubsecretario del Interior Manuel Monsalve, por violación y abuso sexual, ya suma decenas de declaraciones e informes de peritos.
Eso, de hecho, permitió a los fiscales que encabezan la indagatoria, Xavier Armendáriz y Francisco Jacir, separar aguas y establecer dos aristas. La primera, referente a los hechos denunciados por la mujer de 32 años años el pasado 14 de octubre y relativos a un ataque sexual, y la segunda, por supuestos hechos constitutivos del delito de obstrucción a la investigación, infracción a la ley de Inteligencia y presunto mal uso de gastos reservados.
Pero a pesar de que la Fiscalía optó por separar aguas, hay testimonios de testigos que son considerados esenciales para ambas hebras investigativas. Es el caso de lo relatado por los garzones del restaurante Ají Seco Místico, lugar donde la víctima y el otrora subsecretario cenaron el día en que se produjeron los hechos denunciados, la tarde del 22 de septiembre.
Y es que como se desprende de las declaraciones que prestaron ante los investigadores, son quienes vieron cómo se comportaban ambos en los momentos previos a que se produjera el presunto ataque sexual y, además, presenciaron el momento en que efectivos de la Policía de Investigaciones (PDI) llegaron al lugar a solicitar acceso a videos, pese a que la denuncia aún no había sido formalizada por la entonces asesora del médico cirujano.
De hecho, Javier Oscar Palas Medina fue quien le transmitió a los detectives que le tomaron declaración qué fue lo que mencionaron sus colegas para que se les diera acceso al material. Él no reconoció a Monsalve, aunque su testimonio ha servido para ir reconstruyendo lo ocurrido.
“El día 22 de septiembre del 2024, me tocó entrar a mi turno a las 13:00 horas hasta las 18:00 horas después hubo un descanso, volví a entrar a las 20:00 horas y de ahí hasta el cierre del local que es a las 23:00 horas (...) no recuerdo si me tocó atender el primer o segundo piso, ni tampoco que mesas atendí, pero de lo que si me acuerdo es que no atendí a nadie que me pareciera importante y tampoco escuché comentarios de mis compañeros diciendo que alguien conocido había ido a comer al local”, sostuvo en primera instancia.
Luego agregó: “Hace pocos días atrás, escuché a mis compañeros diciendo que el fin de semana del 12 y 13 de octubre (dos días antes de que ingresara la denuncia) fueron dos personas, un hombre y una mujer que se identificaron como funcionarios de la PDI, dijeron que hablaron con la administración diciendo que estaban buscando a unos “narcos”. No obstante, el lunes o martes siguiente fueron otros funcionarios de la PDI indicando que era una investigación que tenía que ver con un comensal que estuvo comiendo en el local, el señor Manuel Monsalve, enterándome recién en ese momento que había ido a comer a nuestro local. A él claramente lo conozco porque aparece en la televisión, pero nunca lo he visto en el local y tampoco lo he atendido yo”.
Junto con detallar el funcionamiento del local y la forma en que se distribuyen las tareas, Palas Medina también lanzó otro dato: El consumo de alcohol no ilimitado en el recinto.
“El cliente puede pedir cualquier tipo de trago o aperitivo, pero por ejemplo si yo como garzón considero que ha bebido suficiente, puedo consultarle a mi jefatura y con su autorización, no venderle más tragos con alcohol, más que nada por la seguridad de los mismos clientes y la seguridad del local, porque ha pasado que comensales ebrios no han pagado el consumo”, indicó.
El límite de los tragos
Sobre la cantidad de bebidas alcohólicas que se pueden comercializar, otro de los trabajadores del Ají Seco Místico también se explayó. Se trata de Alexander David Muñoz Villalobos, quien se desempeñaba en el momento de los hechos como uno de los jefes de garzón, que indicó que se venden hasta dos tragos por persona.
“En cuanto al consumo de bebida alcohólica en el restaurant nosotros tenemos estipulado un límite, que es de dos tragos por persona con comida, y que incluso esto se le da a conocer a los garzones, ya que nuestro local es un restaurant y no es un lugar para ir a beber alcohol, por lo que se suele negar el consumo de otro trago más de alcohol a pesar que el cliente se moleste al respecto”, manifestó.
De igual manera, mencionó que “nosotros notamos cuando las personas ya están más ebrias, y por lo mismo se niega el consumo de más alcohol en la mesa, de hecho por lo mismo no es habitual que la gente salga muy ebria de nuestro local”.
Por lo mismo, Muñoz Villalobos se mostró extrañado al ser consultado por qué ese 22 de septiembre se vendieron ocho pisco sour a una mesa en que sólo habían dos comensales.
Aunque dijo que no recordaba haber visto a Monsalve en el restaurante y que tampoco lo conocía, indicó: “Respecto a los ocho catedral que aparecen en la comanda de la mesa de Manuel Monsalve, señalar que por mi parte yo no otorgué tal cantidad de alcohol a la mesa, y me parece muy extraño que alguien haya autorizado o haya permitido que ellos solicitaran tantas bebidas alcohólicas.
“Por otro lado, aquel día no recuerdo haber visto a ninguna persona con dificultad para bajar las escaleras del segundo piso por la ingesta de alcohol, al momento de retirarse del local”, remarcó.
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