Diputado Ricardo Cifuentes (DC): “La declaración de la Cámara del 73 fue la luz verde del Golpe, en lo personal, no tengo problema en hacer un mea culpa”
El clima de crispación que vive hoy la corporación le preocupa al nuevo presidente de los diputados, quien incluso se muestra pesimista de que se pueda lograr un acto de unidad el 11 de septiembre. La próxima semana iniciará una ronda de reuniones bilaterales con cada bancada para conocer su predisposición frente al sensible aniversario.
Llevaba apenas dos días en la testera cuando el nuevo presidente de la Cámara, Ricardo Cifuentes (DC), tuvo su “bautizo de fuego”, el miércoles pasado.
Casi al final de la sesión, un conjunto de solicitudes de información por los últimos sucesos en el Ministerio de Desarrollo Social, de parte del republicano Johannes Kaiser, provocaron un reclamo reglamentario de bancadas oficialistas. La escena terminó con gritos en la sala y con algunos diputados arrimados a la testera presionando a Cifuentes.
El clima de crispación que vive hoy la corporación le preocupa al diputado DC, quien incluso se muestra pesimista de que se pueda lograr un acto de unidad para los 50 años del Golpe. La próxima semana iniciará una ronda de reuniones bilaterales con cada bancada para conocer su predisposición frente al sensible aniversario.
Antes de encabezar la Cámara, Cifuentes sólo había presidido la vilipendiada Comisión de Bomberos, considerada la instancia legislativa menos atractiva del Congreso por su escasa incidencia.
Sin embargo, menciona que ahí pusieron un proyecto de ley de su autoría que entrega financiamiento adicional a Bomberos a través de acreencias bancarias no reclamadas. “La experiencia en la Comisión de Bomberos fue bien gratificante finalmente, pero existe esta idea, de que ahí mandan a los castigados (ríe)”, dice.
Ahora, a partir de su caso, que presidió la Comisión de Bomberos, algunos podrán decir que esa instancia es un trampolín para presidir la Cámara, ¿no?
Sí, se reivindica absolutamente, pero también dicen que los que pasan por Hacienda (instancia que integró hasta la semana pasada) llegan a la presidencia de la Cámara.
Me ha llamado la atención que usted no ha votado en las últimas sesiones, en el entendido que el presidente de la Cámara tiene una facultad reglamentaria que no lo obliga a no votar. ¿Es una señal de neutralidad?
No, o sea, voy a votar en cuanto pueda. Pero como he estado ordenándome. He tenido que estar afuera de la sala por temas de la propia presidencia.
¿Y en estas resoluciones, que no tienen efecto legal, que a veces son tan conflictivas, tal vez es mejor no votar y dar muestras de neutralidad?
También. En temas político declarativo, digamos, es mejor a veces no meterse y tratar de dar garantías a todos.
Al asumir planteó la necesidad de recuperar el diálogo, sin embargo, ya el miércoles vivió su primera situación de tensión con esta petición que hizo el diputado Kaiser, y que motivó a un reclamo del PC. ¿Trajo alguna secuela en la relación con los comunistas, ya que al final la sala validó la solicitud del republicano?
No, ninguna. Conversé después con el diputado Luis Cuello (jefe de bancada del PC) y le expliqué cuál era la razón y por qué habíamos tomado una decisión como mesa. Lo entendió, pero esto forma parte de una crispación muy grande en la Cámara. Hay mucha ansiedad en los diputados. A veces reaccionan airadamente. Se enojan. Y toman actitudes que pueden ser un poquito violentas. Eso me preocupa mucho.
Uno de los hitos de su gestión serán los 50 años del Golpe. Usted ha dicho que no hay condiciones para una actividad conmemorativa. ¿Es tanto su pesimismo?
Mire usted lo que ocurrió en la sala. Se crispa todo por una solicitud de información al Presidente de la República, que no era irrespetuosa, termina casi en batalla. Imagínese usted, una persona hablando a favor y a otra en contra del 11 de septiembre. Desgraciadamente 50 años no han sido suficientes. El país está dividido.
En la derecha, además hay una reivindicación a Augusto Pinochet...
Las últimas encuestas muestran algo de eso y que la gente, especialmente, por el tema de la inseguridad, de la violencia, del narcotráfico o del desorden, puede estar pensando en que es mejor tener un gobierno autoritario. Mira lo que estoy diciendo. Es bien peligroso. Esa sensación de inseguridad hace que mucha gente piense que falta un poquito de mano dura, como hacían antes. La sociedad chilena está buscando algo.
Entendiendo que un acto de unidad para el 11 son palabras mayores, tampoco cree que exista ánimo siquiera para una declaración, un proyecto de resolución.
Tuve una reunión de comités y le informé que durante la próxima iba a tomar contacto para ver qué podíamos armar. Voy a consultarle a todos. Esto tiene que ser lo más consensuado posible.
Si uno hace un paneo general rápido, supongo que ningún grupo político respalda las violaciones de derechos humanos ni el uso de la fuerza para derrocar a un gobierno, sea de izquierda o de derecha. ¿No hay piso para esos dos pilares?
Yo espero que cada día se profundice más esa convicción. Pero también hay otro elemento que no facilita las cosas. Y es que el 11 de septiembre es también un fenómeno histórico, un hito, que puede tener distintas interpretaciones. Por ejemplo, cuando se empieza a hablar de quiénes son los culpables o de por qué se produjo el hecho. Bueno, ahí afloran las diferencias. Inmediatamente.
Pero una declaración que omita esa diferencia previa, hasta el 10 de septiembre, para graficarlo cronológicamente, y que parta condenando lo que ocurrió el 11 y el 12 en adelante con las violaciones a los derechos humanos...
Puede ser una buena alternativa y seguramente va a surgir de las conversaciones. Tiene que ser algo acordado. Pero tampoco hay que apurar, como digo yo, al ganado flaco. No por madrugar se amanece más temprano.
Ahora, como usted sabe, hace 50 años también hubo una declaración de la Cámara que fue bien controversial, la del 22 de agosto del 73. Fue impulsada por algunos diputados de la DC. La Cámara era presidida por Luis Pareto, militante DC. ¿La DC ha hecho un debido mea culpa de su rol antes del Golpe?
Vamos a tener mañana el viernes un acto a propósito del aniversario del partido. El presidente Undurraga está tratando de sacar una declaración también. La mayor autocrítica que tiene que hacerse la Democracia Cristiana es si hemos sido lo suficientemente activos en promover la no violación de los derechos humanos. No sé si lo hemos sido. Jugamos un rol importante en dictadura. No sé si después hemos mantenido las banderas en alto.
Pero la pregunta es si usted cree que la DC ha hecho su respectivo mea culpa por haber apoyado mayoritariamente el Golpe.
Es que ahí entramos en la interpretación del hecho histórico. Yo tengo una posición. A mí me interpreta la declaración de los 13 (grupo de militantes que condenaron el Golpe en 1973).
Ud. fue discípulo de don Renán Fuentealba (uno de los 13), entiendo que se sienta heredero de esa corriente de pensamiento, pero el mismo Renán Fuentealba dijo que “el 80% o el 90%” del partido era partidario del golpe. Que esta declaración de la Cámara, afirmando que Salvador Allende había quebrantado la institucionalidad, dijo Renán Fuentealba, “fue la luz verde para el golpe militar”.
Sí, yo lo leí y lo conversé con él también muchas veces. Él creía eso fuertemente.
A la luz de esas declaraciones, la DC debiera hacer una retrospección de cuál fue su conducta antes del 11 de septiembre.
Todos debemos hacer eso.
Es difícil exigirle al resto si uno no hace lo suyo.
Lo que pasa es que no existe una visión absolutamente compartida en el partido (la DC). También hay diferencias por el 11. No sé si estamos en el minuto o hacerlo.
Si le pregunto a título personal, ¿la DC debe hacer un mea culpa por haber apoyado mayoritariamente el golpe?
Creo que lo ha hecho. Y siempre puede hacer más.
¿Coincide con don Renán en que la declaración de la Cámara fue la luz verde del golpe?
Sí, esa declaración del 22 de agosto de 1973 fue la luz verde.
A partir de esa declaración, ¿la Cámara debiera hacer su propio mea culpa?
Yo creo que sí. El 11 de septiembre del 73 se cerró la Cámara. Por ahí, entonces debiese haber una reflexión per se, porque la propia Cámara fue afectada. Pero no veo la unidad necesaria para hacer eso. La Cámara debiese hacer una reflexión, qué hizo bien, qué hizo mal.
Tengo entendido que la Cámara nunca ha hecho una revisión de esa declaración.
Nunca. De hecho, ayer pregunté. Ni un acto. Nada. En mi opinión, se necesita una reflexión profunda y hacer un gesto de lo que ocurrió el 11. Si contribuyó el Congreso no a fomentar el diálogo. En lo personal no tengo ningún problema en hacer un mea culpa, pero en lo institucional es donde a mí me complica, porque represento una institución y esa institución tiene grandes diferencias respecto de la interpretación que hace del 11.
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