“Doble vida laboral”: homicidio en San Diego develó que es “más frecuente de lo que se cree” que carabineros busquen “pitutos” por bajos sueldos

“¿Has bailado tecno en un baño? En Fiesta Dame hay dos escenarios en baños y te sientes en Berlín”.

En un video de mayo de 2023 en Tiktok, una usuaria de esa plataforma destaca lo multitudinario de estas fiestas, orientadas a la comunidad LGBTIQ+ y que se realizan con cierta frecuencia en el Teatro Caupolicán. En esas celebraciones, de hecho, se utilizan los baños como espacios donde se instalan DJ para desplegar sus performances ante el lleno total de esos lugares. “Uno de los mejores escenarios”, escribe la misma usuaria de esa red social, identificada como Riv Rav, respecto al montaje de escenarios de música electrónica al interior de los baños.

Fue en el contexto de la última versión de Fiesta Dame, realizada en el Teatro Caupolicán, en la comuna de Santiago, el sábado 24 de agosto, que el sargento segundo Rodrigo Puga (38) murió tras ser baleado en el abdomen. Se encontraba prestando servicios de guardia privado en el exterior del recinto junto a otro uniformado, Javier Molina (27), ambos de la Tercera Comisaría, ubicada en la comuna de Santiago.

En un primer momento la información apuntaba a que un carabinero de franco había sido baleado mientras se encontraba en una fiesta y se movilizaba junto a su hermano. La general Patricia Vásquez señaló durante la mañana del domingo que el sargento se encontraba en calidad de franco, había asistido a un evento y se estaba retirando de este cuando fue baleado “a 50 metros de donde estaba, en la calle Coquimbo con San Diego; hubo una discusión de personas y fue alcanzado lamentablemente por un proyectil balístico”.

Esa información, donde se presumía un enfrentamiento de bandas rivales, fue corregida 10 horas después por la misma policía uniformada. Lo indicado en la mañana tomaba otros ribetes y destapaba nuevos antecedentes.

La Fiesta Dame comenzó luego del show de la banda argentina Rata Blanca, que partió a las 20.45. Tras 14 canciones, el espectáculo de heavy metal se acabó y, tras la salida de los asistentes, comenzó el montaje de la celebración siguiente, que partió a eso de la medianoche.

A eso de las 4 de la madrugada afuera del recinto se produjeron incidentes que motivaron la acción de los guardias. Los funcionarios siguieron a unos sujetos que se dieron a la fuga. El arma del excarabinero imputado se habría disparado accidentalmente en dirección al fallecido producto de un tropiezo. La Fiscalía indagaba hasta esta mañana si el arma de Puga habría sido utilizada de igual modo.

Un joven que participó en la fiesta, que mantuvo su nombre en reserva, entregó su versión al matinal de Mega. Según dijo, “la fiesta estaba tranquila” y él se enteró en la salida que hubo disparos. “Adentro no vi nada raro, fue todo en la salida, que hubo harto disturbio”. “Es una fiesta supertranquila, sobre todo para la comunidad LGBT”, afirmó.

“El sargento fallecido durante la madrugada efectuaba labores de seguridad privada en el Teatro Caupolicán. Es en esta circunstancia que, además, se logra establecer la participación de otro carabinero, quien ejecutaba las mismas labores de seguridad privada. En esas circunstancias, en hechos que se ejecutaban al exterior del recinto es que el segundo carabinero efectúa dos disparos”, explicó anoche el coronel Fernando Albornoz.

Por este hecho, durante la tarde de ayer el carabinero Javier Molina fue detenido. Además, fue dado de baja. Será formalizado por la Fiscalía Centro Norte a partir de las 16.00. Preliminarmente se le imputaría un cuasidelito de homicidio. Las cámaras de seguridad del sector registraron a dos sujetos corriendo por los alrededores tras los incidentes.

En su cuenta de Instagram, la organización precisó que la muerte del carabinero ocurrió afuera del recinto, en calle Coquimbo con San Diego. “Carabineros actuó de inmediato y se llevaron a todos los delincuentes. La situación continúa con la mejor energía, así que sigan disfrutando sin preocupaciones”. Pero Carabineros no se llevó a ningún delincuente. Desde la policía precisan que esa noche, en ese lugar, no hubo detenidos.

Por reglamento, Carabineros tiene la prohibición de realizar trabajos externos remunerados en sus horas libres. En específico, no pueden trabajar en lugares que ellos mismos fiscalizan. Desde la policía uniformada precisan que esa situación es una falta y que, de ser sorprendidos, los funcionarios son sancionados.

El reglamento de Disciplina de Carabineros de Chile Nº 11 en su artículo 22, letra K, sanciona “mantener o dedicarse a negocios, empresas comerciales o cualquier otra actividad incompatible con la fiscalización que corresponda a Carabineros o que menoscabe la dignidad profesional”. También sanciona en su letra C, “aprovecharse maliciosamente de la situación funcionaria para obtener cualquier ventaja en compras, en la obtención de créditos o cualquier otro beneficio personal”.

Además, el Código de Ética de los uniformados, en su artículo 21, los obliga “a dedicar su quehacer profesional únicamente al cumplimiento de su misión. Además, en su tiempo libre, abstenerse de realizar actividades sujetas a la fiscalización institucional”.

Por último, la Ley Orgánica Constitucional de Carabineros establece en su artículo 3 que los uniformados tienen ”a su cargo, en la forma que determine la ley, la fiscalización y el control de las personas que desarrollen actividades de vigilancia privada”.

Fuentes de La Tercera señalan que cuando los carabineros buscan otras labores para obtener una segunda remuneración es por los “bajos sueldos” que tienen los funcionarios más jóvenes de la institución. Dicha situación no es del todo infrecuente. En ese sentido, dicen, los sueldos de los suboficiales y oficiales con menor antigüedad debiesen ser revisados, ya que un sargento gana alrededor de $900 mil.

El subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, afirmó que un carabinero trabajando en otros lugares “es una falta grave dentro de la institución”. La autoridad de gobierno afirmó que una empresa que sea sorprendida contratando a un carabinero puede sufrir multas de hasta $800 millones.

Las mismas fuentes sostienen que por esos turnos de guardia privado los carabineros pueden recibir unos $50 mil. El sargento segundo Rodrigo Puga llevaba 17 años en la institución. Era padre de dos hijos.