Donaciones: critican a museos y centros culturales por recibir dineros del tabaco en EEUU

Lincoln Center NY

Prestigiosos espacios e instituciones artísticas, como la Academia de Música de Brooklyn, el Lincoln Center de Nueva York y hasta el Instituto Smithsoniano, que es administrado por el gobierno estadounidense, se encuentran en tela de juicio por las millonarias donaciones de las tabacaleras.


Mil 300 personas mueren a diario por enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco en Estados Unidos. Algo así como unas 480 mil al año, lo que representa uno de cada cinco decesos, según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de dicho país. Son algunas de las cifras y argumentos que han levantado una serie de investigadores que recientemente han criticado a museos e instituciones culturales que aún siguen recibiendo donaciones por parte de las tabacaleras.

Las críticas se han agudizado luego de que la semana pasada se supiera que la National Portrait Gallery de Londres, uno de los museos más famosos de la capital británica, rechazara públicamente una donación de más de 1 millón de libras de parte de una fundación perteneciente a la familia Sackler. Lo mismo hizo el grupo de la Tate, y con ello le cerró también la puerta al clan propietario de Purdue Pharma, el centro neurálgico de la devastadora crisis de los opioides en Estados Unidos.

El Smithsonian Institution, uno de los más venerados en EEUU y supervisor de la prestigiosa National Portrait Gallery de Washington (y que además administra la Galería Sackler), recibió una millonaria donación del fabricante de cigarrillos Marlboro en 2017. Dichos aportes vienen dándose consecutivamente desde 1983, según el Washington Post. "Prácticamente todas las exposiciones importantes son financiadas con fondos privados", declaró Linda St Thomas, vocera de la institución. "La compañía es un donante habitual de las exposiciones del Smithsoniano en varios museos y, más recientemente, aportó U$ 500,000 al Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana para la apertura de una exposición de la Primera Guerra Mundial en septiembre. La compañía tabacalera Altria es un miembro corporativo del Smithsonian que requiere un (aporte) mínimo de U$ 25.000 al año", agregó.

La misma compañía tabacalera destinó U$ 3,6 millones para financiar instituciones artísticas y culturales solo durante el 2018, consignó el periódico británico The Guardian. Entre las últimas figuran el John F. Kennedy Center for Performing Arts de Washington y el Alvin Ailey American Dance Theatre de Nueva York. Todos ellos aceptaron financiamiento de Altria el año pasado, según documentos que las mismas instituciones han publicado en sus sitios web.

Se sabe también de casos anteriores: en 2014, el Landmark Theatre en Richmond, Virginia, logró un millonario acuerdo de patrocinio con Altria y desde entonces pasó a llamarse Altria Theatre a cambio de U$ 10 millones de la compañía de tabaco.

"Me sorprende escuchar en 2017, o posiblemente ahora, que haya instituciones importantes que están tomando dinero del tabaco. A estas alturas del juego, me parece extremadamente atroz", dijo a The Guardian el Dr. Michael Siegel, profesor de ciencias de la salud de la Universidad de Boston y experto en mercadotecnia del tabaco. "Si eso fuera más conocido, habría una gran protesta por parte de las personas en el movimiento antitabaco", agregó.

Otro de los casos que ha salido a la luz es el del Museo Whitney de Nueva York, que actualmente posee un acervo de más de 18 mil obras de arte estadounidense del siglo XX. Su estrecho vínculo con la compañía Philip Morris lo tuvo al frente de una galería en la sede de la misma tabaquera en la Quinta Avenida durante 25 años. El espacio se cerró en 2007, tras la división de la empresa. En 2009, sin embargo, Philip Morris donó 150 obras al museo, incluidas la pintura pop art Tobacco Rhoda de Mel Ramos, que retrata a una mujer desnuda sentada en un cajetilla de cigarrillos, y una litografía de Andy Warhol con la imagen de Elizabeth Taylor.

En 1983, la misma compañía financió con U$ 3 millones una muestra con la colección del Vaticano en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York y, diez años después, una retrospectiva de Henri Matisse con poco más de U$ 5 millones. Otras instituciones, como la Academia de Música de Brooklyn, el Lincoln Center de Nueva York y el Nuevo Museo de Arte Contemporáneo, han sido apuntadas recientemente también por recibir donaciones de la empresa.

Según declaró a The Guardian la profesora e investigadora Elizabeth Smith, del Centro para la Investigación y Educación para el Control del Tabaco de la Universidad de California, en San Francisco, "todas las compañías donan a museos por razones similares. Quieren aceptación social y celebrar esta fiesta, pasar el rato con los promotores que podrían hacer una política que sea buena para ellos".

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