Dos presidentes renunciados y la amenaza de fuga a Demócratas: la convulsión de Amarillos a cuatro meses de su formación
Ayer por la noche, en sesión del comité político de Amarillos, Sergio Micco hizo pública su renuncia a la presidencia del partido a solo 75 días de haber asumido el cargo. Antes de él, Cristián Warnken también había dado un paso al costado. El difícil momento que atraviesa la colectividad ha hecho que algunos de sus militantes contemplen migrar hacia el partido de la senadora Ximena Rincón antes de que el barco se hunda.
“Después de pensarlo arduamente y conversar con Sergio Solís, quien, como todos saben, ha presentado su renuncia, he llegado a la conclusión que debo hacer lo mismo”.
Así comienza la breve carta que escribió el abogado Sergio Micco para dar un paso al costado de la directiva de Amarillos por Chile, luego de 75 días como presidente.
En la misiva, a la que tuvo acceso La Tercera, Micco planteó que “he constatado que ya no cuento con la confianza de muchos dirigentes del partido, quienes me pidieron que asumiera esta desafiante y hermosa tarea, por lo que se hace inentendible mi permanencia en la directiva (...). Es evidente que por múltiples razones ya no existe consenso en torno a mí”. La carta fue compartida anoche, en medio de la sesión del comité político del partido que intentaba sobrellevar la primera crisis que enfrentan en sus cuatro meses de vida, y que se extendió hasta altas horas de la noche.
El difícil momento que atraviesa Amarillos se ha hecho crítico para algunos de sus militantes. Según cuentan en el partido, ver que la colectividad tiene problemas tan graves tan pronto es decepcionante. Tanto así, que dentro de las bases del partido son varias las voces que ya hablan de migrar a Demócratas, la tienda encabezada por la senadora Ximena Rincón y que nació casi a la par que Amarillos.
En consideración de esa amenaza, dentro del comité político del partido y de lo que queda de la directiva han encendido las alarmas. Si bien aún no tienen una hora fijada, quedaron de reunirse -de forma telemática- nuevamente esta noche. La idea, comentan, es contener a los tres dirigentes que quieren dejar sus cargos -Micco a la presidencia, Solís a la secretaría general y Gonzalo Rojas-May a la vicepresidencia-. Y es que, en todo caso, ninguna de las bajas se ha presentado ante el Servicio Electoral (Servel), por lo que aún no son oficiales.
En su corta vida, el partido ha tenido dos timoneles. El primero de ellos fue el escritor Cristián Warnken, quien renunció al cargo en abril de este año. En esa ocasión, él explicó en Radio Pauta que “no estoy abandonando para nada la causa de Amarillos, voy a seguir presente. Pero ser presidente de un partido requiere una dedicación completa”. Desde entonces, ha evitado hacer apariciones públicas y se ha mantenido en la segunda línea de la colectividad.
En reemplazo de él, Micco asumió como presidente de la colectividad a mediados de junio de este año. Para que eso pasara, comentan en el partido, fueron clave las gestiones de Solís y de Rojas-May. Ellos se encargaron de convencer a aquellos que tenían repartos en torno a la figura del exdirector del INDH de que él era el indicado para continuar con la ruta que inició Warnken. Según cuentan al interior de la colectividad, fue el propio escritor quien solicitó al secretario general que hiciera ese esfuerzo.
Por lo mismo, dentro de algunos de los dirigentes del partido hoy causa extrañeza que Micco los utilice a ellos y a las “diferencias irreconciliables” que tienen para justificar su salida.
Los problemas entre ambas partes se hicieron conocidos al interior de Amarillos el lunes de la semana pasada, luego de una actividad que tuvieron con la fundación Konrad Adenauer, a la que asistieron juntos -aunque se sentaron separados-. Una vez concluida, Micco le envió una carta a Solís en que explicitó que ambos tenían diferencias insalvables, lo que lo hacía pensar en dejar el cargo que ostentaba.
Según lo que cuentan al interior de la colectividad, al recibir la misiva, Solís le escribió a Micco y quedaron de conversar al día siguiente. En esa instancia, Micco habría dicho que se retractaba sobre su salida y que lo mejor sería que fuera el secretario general quien diera el paso al costado, acción que finalmente se concretó el jueves, en compañía de Rojas-May.
Otro de los hechos que gatilló la salida de Solís y Micco fue una carta redactada entre personeros de Amarillos y Demócratas que fue publicada por La Tercera la semana pasada. En ella, ambos grupos hacían un llamado de atención al Partido Republicano, en consideración de la mayoría que poseen en el Consejo Constitucional. La particularidad fue que la misiva fue firmada por Solís, pero no por Micco, y algunos acusaron que eso pasaba a llevar a la presidencia.
Para cerrar su carta, Micco escribió que “en estos difíciles tiempos, los partidos debemos centrarnos en buscar grandes acuerdos nacionales y no transformarnos en un motivo más de división. Amarillos por Chile debe dar ejemplo en este sentido. Estos amargos días pasarán si volvemos a cerrar filas ahora”.
Además, aprovechó de explicitar que es al diputado Andrés Jouannet a quien le “corresponde ejercer la subrogancia del cargo. No dudo que dirigirás el partido con fuerza y decisión”.
En caso de que no funcione la idea de contener las renuncias, en Amarillos ya están pensando en un plan alternativo: alcanzar una mesa de consenso, la que, en todo caso, no cuenta con un nombre claro para encabezarla.
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