Durmiendo con el enemigo: La tensa convivencia entre Gabriel Urenda y Sebastián González en Capitán Yáber
Itaú Corpbanca, Banco Estado, Banco Security y Banco Internacional son sólo algunos de los acreedores comerciales de Gabriel Urenda. El ex presidente de Intervalores adeuda a la banca: $1.026.848.790. Sólo al Banco Estado -a través de la sociedad Inversiones Anbega- debe $500 millones.
A casi cinco meses de que Gabriel Urenda Salamanca se entregara a la justicia, las repercusiones del caso Intervalores -grupo financiero acusado de estafa y delitos económicos- no paran.
El pasado viernes durante la mañana, el fiscal jefe de la unidad de Alta Complejidad Oriente, Felipe Sepúlveda, recibió en su oficina a los abogados Ignacio Ried y Cedric Bragado (ex abogado de Marco Enríquez Ominami), representantes de Sebastián González, ex gerente comercial del holding financiero - también detenido- y de Urenda, respectivamente.
La visita en conjunto de ambos llamó particularmente la atención del fiscal, puesto que la relación entre ambos está completamente quebrada, y así lo ha revelado la serie de acusaciones y acciones legales entre ambos. De hecho, Urenda y González no cruzan mirada al interior del penal Capitán Yáber, donde están detenidos.
En la reunión con el fiscal, los abogados comunicaron la intención de sus clientes de compensar a las víctimas de Intervalores, buscando un juicio abreviado y de paso, poner término a la prisión preventiva.
"Si están tratando de llegar a una fórmula para dar algún tipo de reparación a las víctimas, me parece muy bien con independencia si lo hacen en forma conjunta o separados. Ahora si hay acercamientos entre las defensas, me hace sospechar las mutuas recriminaciones que se hacían y creo que no son tan verosímiles las imputaciones que se hacen mutuamente", sostuvo el fiscal a La Tercera PM.
La amenaza de Santiago Uno
Desde que ingresara al mismo penal Sebastián González, ex brazo derecho de Urenda en la administración del holding Intervalores el ambiente al interior de la cárcel cambió. Pese a que ambos conviven y duermen en la misma celda, no se hablan. Cada uno hace su vida por separado y a la hora de las actividades en común entre los internos, se evaden. No se sientan cerca en la mesa a la hora de las comidas.
Distintas fuentes corroboraron que Urenda y González han discutido en más de una ocasión al interior del recinto penitenciario. Ambos se encuentran detenidos en calidad de imputados por los delitos de entrega de información falsa al mercado, estafa y apropiación indebida. Para la fiscalía, los dos participaron de un esquema defraudatorio, cuyo perjuicio total asciende a $10.000 millones y más de 60 víctimas.
Urenda cree que González, su ex gerente, lo "traicionó" y le "robó". Así se lo ha hecho saber en los duros cruces de palabras que han sostenido, en los cuales no ha intervenido personal de Gendarmería debido a que sólo han quedado en insultos y reproches mutuos, pero en ningún caso a golpes. Todo ello ante la mirada de los otros internos que permanecen detenidos también por delitos económicos.
Por un lado, Urenda culpa a González de llevar a la quiebra al grupo financiero, e incluso estafar al holding con traspasos millonarios a sus cuentas personales. Mientras que González reprocha a su ex jefe un mal manejo de la compañía y haber sido despedido sin un motivo plausible.
Sin embargo, el temor a que sean trasladados a Santiago Uno por mal comportamiento, los ha obligado a que todo tipo desavenencias quede solamente en discusiones puntuales o indirectas al aire.
Quienes han visitado a los ex miembros del holding Intervalores aseguraron verlos resignados. "A Gabriel se le ve más pensativo y le gusta leer mucho, explicó una de las fuentes consultadas por este medio. Igualmente, comentó que la jornada diaria de los internos comienza todos los días a las 8:30 horas, cuando cada uno de ellos se forma fuera de las celdas. A diferencia de los internos de Santiago 1 que arriendan un televisor por horas y hasta semanas completas, los presos de Capitán Yáber cuentan con ese privilegio de manera gratuita.
A la hora de almuerzo, es común que todos los internos se reúnan a mirar la televisión. Ven las noticias del mediodía, pero como es habitual Urenda o González se aparta del grupo.
Pero al anochecer duermen los dos en la misma celda, y han limado asperezas, cuenta un cercano a ambos, que pide reserva de su identidad.
Mientras, Sebastián González sufre un cuadro depresivo, lo que le ha provocado inapetencia y una fuerte baja de peso. Según el informe médico del Hospital Penal Dr. Miguel Ángel Inca, el ex ejecutivo de Intervalores bajó ocho kilos.
Más demandas
Según trascendió, los abogados de Gabriel Urenda y Sebastián González han buscado desmarcar la debacle de Intervalores con el caso de Alberto Chang y su holding Arcano, que fuera calificado por el Ministerio Público, como un esquema de estafa piramidal.
Al estallar la crisis de Intervalores, Urenda venía de una separación compleja y su situación económica era precaria. Ello pese a formar parte de una de las familias de alto patrimonio más tradicionales del país.
Vendió su Alfa Romeo (1998) y antes de entregarse a la justicia durmió en las oficinas del abogado Sergio Ibarra, quien incluso lo invitó a almorzar, cuenta un cercano al ex fundador de Intervalores.
Itaú Corpbanca, Banco Estado, Banco Security y Banco Internacional son sólo algunos de los acreedores comerciales de Gabriel Urenda que actualmente exigen en tribunales la devolución de préstamos efectuados a él y sus sociedades.
El ex presidente de Intervalores adeuda a la banca: $1.026.848.790. Sólo al Banco Estado -a través de la sociedad Inversiones Anbega- debe $500 millones.
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