El cara a cara de Fernández con Pellegrino: los coletazos del choque en “estado de intoxicación” del delantero en su regreso a las prácticas de la U
El atacante argentino se presentó este lunes en el Centro Deportivo Azul tras protagonizar un accidente en estado de ebriedad. En la U evalúan sanciones económicas, que irán en beneficio de la casa azul que recibe a los jóvenes proyectos de regiones. El DT no escondió su molestia por la situación que alteró la tranquilidad del plantel.
Durante el fin de semana ocurrió un grave hecho que provocó un terremoto dentro de Universidad de Chile. Leandro Fernández, una de las principales figuras del conjunto laico, fue detenido luego de chocar su vehículo en estado de ebriedad e intentar escapar.
El plantel azul se encontraba en días de descanso por el receso en el Campeonato Nacional. Varios jugadores abandonaron Santiago para regresar a sus respectivas ciudades. Fernández viajó a su país. En ese contexto se dio el accidente en La Plata, concretamente en la Ruta Provincial 2, a la altura de la Rotonda de Alpargatas. Ahí, el exatacante de Independiente colisionó su Volskwagen Amarok contra un Peugeot 207, que era manejado por una mujer que iba acompañada de un bebé.
Según los reportes, el jugador de 32 años intentó huir del lugar. Poco tiempo después, fue detenido por un policía de la zona. El santafesino presentó 1.62 g/l de alcohol en la sangre, por lo que le cursaron un acta de infracción y le incautaron el vehículo. A pesar de esto, la Policía de PBA (Provincia de Buenos Aires) optó por no dejarlo detenido al no haber personas lesionadas.
Horas después de lo acontecido, la U se refirió a la situación a través de un comunicado. Si bien los laicos no profundizaron mucho en el tema, sí anunciaron que están evaluando posibles castigos: “Nuestro Club continuará recabando la mayor cantidad de antecedentes. Respecto a posibles medidas internas, estas serán adoptadas una vez que contemos con toda la información adecuada, incluida la versión del propio jugador”, señalan.
El hecho no pasa inadvertido por distintas razones. Las principales y más evidentes: su carácter de figura pública y la irresponsabilidad al manejar en dicho estado. Hoy, en el Centro Deportivo Azul, Universidad de Chile retornó a las prácticas con Leandro Fernández entre los citados.
Lo cierto es que el accidente alteró todo el orden que se vivía en La Cisterna. De la tranquilidad de un equipo que parecía enrielarse en lo deportivo, se volvió a la polémica por la falta disciplinaria que irritó en demasía a Mauricio Pellegrino, el técnico de la U.
Irritado
La cabeza de la U no tolera este tipo de situaciones. En su arribo, incluso, remarcó la importancia del buen comportamiento de sus pupilos. “Tienen que entender que son ejemplos para los más jóvenes, son ejemplo para los hinchas y representan al club siempre. Una identidad, una camiseta, una institución”, señaló el estratega, en una conferencia en la que intentó marcar el camino que tendrían que seguir sus dirigidos. “Ya sean faltas chicas, faltas medianas o faltas graves, todos deben estar convencidos que acá somos profesionales y debemos dar el ejemplo”, complementó.
Hoy, en el Centro Deportivo Azul, Pellegrino escuchó los descargos de Fernández, quien asumió su error y ofreció disculpas por su actuar. Durante el fin de semana, el futbolista estuvo en contacto con Manuel Mayo, el gerente deportivo de la institución. Este último le hizo saber que su falta era grave considerando su rol dentro de uno de los equipos más grandes del país.
En un audio difundido por el club, Fernández hizo su mea culpa. “Quería comentarles lo que sucedió el fin de semana, que escuchen mi versión. Sé que cometí una falta muy grave”, comienza diciendo. “Agradezco que no haya pasado a mayores, que la otra familia que iba involucrada en el accidente no sufrió lesiones”, sostiene. Y añade que está dispuesto a enfrentar las sanciones que le pueda aplicar el club, en virtud de una evidente falta disciplinaria. “Y también estoy al tanto de la sanción que puedo recibir acá en el club. Estoy a disposición de lo que decidan”, manifiesta, sin mucho margen para esperar una decisión en sentido contrario.
En el mismo plano, relata que les dio las explicaciones respectivas al club, al cuerpo técnico y al plantel. “Hoy me paré frente a mis compañeros y les pedí disculpas, tanto a él como a la gente del club. Esta situación que me sucedió daña la imagen del club. Es una imagen que no queremos dar”, sostiene. “Asumo toda mi responsabilidad. Quería pedirle mil disculpas a toda la gente y a todos los hinchas de la U”, cerró.
Las sanciones están en análisis. En el directorio no cayó bien el error del jugador. Avisan que ya existe un precedente con Yonathan Andía, el lateral que también sorprendido manejando en estado de ebriedad. En su momento, el jugador fue borrado por varias fechas del primer equipo y se le cursó una multa que fue en ayuda de la casa que recibe a los jóvenes proyectos del club que provienen de regiones.
Su llegada a Chile
Fernández llegó a la U para reforzar la ofensiva y darle otro aire al equipo. De hecho, debido al buen presente que tenía en el cuadro de Avellaneda, aterrizó al CDA con chapa de figura y como la contratación estelar de esta temporada. Hoy, es uno de los puntales de los azules, que, tras años de sufrimiento, dejaron atrás su coqueteo con el descenso y se posicionan en la parte alta de certamen criollo. En específico, el artillero suma nueve duelos oficiales, donde ha anotado en tres oportunidades y ha asistido en otras dos, además de sumar cuatro tarjetas amarillas. Hace poco más de una semana se las arregló para marcar un golazo de tiro libre en la derrota ante River Plate.
El jugador se hizo notar desde su llegada. Su presencia se advierte, tanto dentro como fuera de la cancha. En el terreno se observa su liderazgo y espíritu combativo, además de sus constantes intervenciones y reclamos contra los árbitros. Afuera es uno de los que tomó la batuta: “Todos queremos ser campeones, pero a mitad de año veremos para qué estamos”, señaló hace algunas semanas en conversación con El Deportivo.
Leandro, al contrario de su hermano Brian, no suele estar en la palestra por hechos externos al fútbol, pero sí por lo que sucede dentro del campo: “Es mi personalidad. Soy así. A veces tengo que parar y cerrar un poco la boca, porque no son por faltas, son más que nada por la forma de ser que tengo. Creo que eso es algo que tengo que mejorar, pero vivo así los partidos, a full, intensamente”, aseguró sobre sus reiteradas amonestaciones producto de su conducta. Esa personalidad es una de sus mayores características. El transandino se definió como alguien “tranquilo” en su vida cotidiana, pero aseguró que en la cancha se transforma.
Controversias
Leandro se vio envuelto en una polémica frente a Unión La Calera. La U igualó 1-1 ante los cementeros, sin embargo, hubo una situación que se llevó todos los flashes. El partido fue friccionado. De hecho, se detuvo dos veces. En primera instancia, debido a la presencia de hinchas azules en las rejas del estadio Santa Laura. La segunda ocurrió luego de que Omar Carabalí recibiera monedazos en su cabeza, situación que lo dejó en el piso por algunos minutos.
Aquí vino la polémica de la jornada. El juez Rodrigo Carvajal se percató de la situación y detuvo las acciones. Con el meta sobre el césped, llegaron varios futbolistas a prestarle ayuda y reclamarle al réferi. En ese contexto, Fernández acudió al lugar y, mientras los caleranos protestaban, fue captado por las cámaras escondiendo los proyectiles en su media.
Expuesto públicamente, contó sus razones en conversación con El Deportivo. Aseguró que guardó la moneda para entregársela posteriormente al juez de línea: “No, no, no. La guardé, pero se la di al juez de línea. Es más, cuando viene el juez de línea para adentro, cuando estaba tirado el arquero, yo le pregunto al arquero si estaba bien para seguir; si es que quería que paremos, si se sentía bien, tomando consciencia de lo que estaba pasando. Para mí, lo de la moneda fue una boludez que, en ese momento, por el trajín del partido, no lo pensé; y después la tiré para afuera, nada más”, manifestó.
En ese sentido, una semana después, se vio envuelto en una situación totalmente contraria. En el Superclásico ante Colo Colo, mientras José Castro era atendido luego de cortarse el ligamento cruzado, un fanático albo lanzó una cortapluma al terreno. Fernández fue quien se percató de la situación y le acercó la cuchilla al juez del partido.
“Es una lástima; pensé que era una moneda, porque acá tiran muchas monedas. Después, cuando veo que tiene la punta para arriba, la agarré y se la di al árbitro. Pasó una situación también en Santa Laura, pero me dejaron pegado ahí, con el tema de la moneda. Creo que esto de la cortapluma es algo muy serio, porque si llega a caer y lastimar a alguien. Estaba nuestro kinesiólogo en el piso atendiendo a nuestro compañero. No debería por qué estar esa cortapluma dentro de la cancha, por los controles que se hacen antes. Tendrá que tomar acciones la gente del club donde sucedió, para que no vuelva a pasar. Son cosas que no le hacen bien al fútbol chileno”, señaló sobre la situación.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.