“El carnicero de Mariupol”: los horrores del coronel general favorito de Putin

El coronel general Mijail Mizintsev, jefe del Centro Nacional Ruso para la Gestión de la Defensa. Foto: AP

Las autoridades ucranianas culpan a Mijail Mizintsev de los ataques al hospital de maternidad y un teatro de la ciudad, brutalidades similares a las que cometió en la campaña rusa en Siria.


Ya se le ha bautizado como “el carnicero de Mariupol”. Mijail Mizintsev es el nombre del sanguinario coronel general ruso que ha orquestado el sitio de Mariupol, la ciudad puerto al sur de Ucrania, que ya ha sido considerada “mártir” por la cantidad de civiles que han muerto en ella. Casi 100.000 residentes siguen atrapados dentro de las ruinas de la estratégica urbe, sin comida, agua ni electricidad y oyendo caer bombas cada 10 minutos, según el Presidente Volodymyr Zelensky.

El “favorito” del Presidente Vladimir Putin se habría ganado su lugar en la campaña rusa en Siria, y sobretodo gracias a la exitosa batalla de Alepo, en la que luego de un sitio de casi cuatro años, el régimen de Bashar al-Assad pudo retomar el control de la urbe.

En este mes solamente, 2.000 civiles ya han muerto en Mariupol oficialmente, pero las autoridades locales aseguran que el número podría ascender a 20 mil cuando se hagan balances finales. Por lo mismo, muchos están pidiendo que Mizintsev afronte cargos por crímenes de guerra.

Mijail Mizintsev, junto con el ministro de Defensa de Rusia, Sergei Shoigu, y el Presidente Vladimir Putin. Foto: AP

Fue el pasado domingo que el nombre de Mijail Mizintsev volvió a aparecer en los diarios: ese día, mandó a las autoridades ucranianas un ultimátum, en el que pedía a la población y militares en Mariupol que entregaran las armas y se retiraran. “Bajen las armas. Todos los que lo hagan tienen garantizado un paso seguro fuera de Mariupol (…) En ese caso, la salida organizada de la ciudad se efectuará de la siguiente forma: de 10 a 12 horas todas las unidades armadas de Ucrania y los mercenarios extranjeros sin armas y municiones podrán abandonar la localidad por una ruta acordada con Ucrania”, señalaba un comunicado con firma suya.

A las horas, los altos mandos ucranianos rechazaron el ultimátum, y el mismo Presidente Volodymyr Zelensky se refirió a la orden como “un delirio”. Desde entonces, se sabe que es Mizintsev el general a cargo del sitio a Mariupol, y es probable que el haya dado la orden de bombardear el hospital de maternidad de la ciudad, donde murieron tres personas, incluida una mujer embarazada y su hijo aún no nacido. Del mismo modo, Mizintsev sería el responsable del ataque a un teatro que era utilizado como refugio antiaéreo, en el que, al menos, 300 civiles murieron aplastados bajo los escombros, según escribió el municipio de Mariupol en su cuenta de Telegram.

A pesar de que el Ejército Ruso asegura que “solo ataca objetivos militares”, casi el 80% de los edificios de Mariupol ha resultado dañado por el fuego invasor, y un 30% tendrá que ser demolido. El presidente del Comité Internacional De la Cruz Roja, Peter Maure, señaló que Mizintsev sería el responsable militar de la “catástrofe humanitaria” que está viviendo Mariupol, con semanas sin agua, comida ni electricidad.

El consejero del Ministerio de Interior ucraniano, Anton Herashchenko, apuntó a Mizintsev como el principal responsable de lo sucedido en la “ciudad mártir”. “Fue él quien ordenó bombardear el hospital de maternidad y las casas de los civiles. Es él quien destruye Mariupol, tal como antes destruyó las ciudades sirias”, indicó el funcionario.

Mizintsev, a la derecha, en una conferencia de prensa del Ejército Ruso para informar sobre el desarrollo del conflicto en Ucrania. Foto: AFP
Mizintsev, a la derecha, en una conferencia de prensa del Ejército Ruso para informar sobre el desarrollo del conflicto en Ucrania. Foto: AFP

Pero las atrocidades adjudicadas a Mizintsev no solo afectan a los ucranianos. En una llamada interceptada y difundida por Olexander Scherba, exembajador de Austria en Ucrania, se puede escuchar al coronel general ruso preguntarle a un oficial subalterno por qué no habían mutilado a un soldado raso por llevar mal el uniforme.

“¿Por qué todavía no le han mutilado la cara? ¿Por qué nadie le ha cortado las orejas? ¿Por qué este imbécil todavía no cojea?”, se oye que Mizintsev le pregunta al oficial subalterno ruso, según el audio que Scherba subió en su cuenta de Twitter.

Mijail Mizintsev nació en el “óblast” de Vologda, al norte de Moscú, y paradójicamente, como era normal para muchos militares soviéticos, se formó en la academia militar de Kiev. De ahí, fue destinado a Alemania Oriental. Durante años, se especializó en reconocimiento táctico, y estuvo al mando de tropas en Transcaucasia, territorio que hoy comprende Armenia, Azerbaiyán y Georgia, además de otras repúblicas pequeñas. En 2014 fue nombrado jefe del Centro Nacional Ruso para la Gestión de la Defensa, y con ese cargo envió el ultimátum que los ucranianos rechazaron el pasado lunes.

En la guerra siria, en la que el régimen de Assad retomó grandes partes del país tras el combate con distintos grupos rebeldes, Mizintsev participó como parte de la intervención rusa en Medio Oriente. Una de las acciones más importantes en el conflicto fue el sitio y recapitulación de la ciudad de Alepo, al noroeste del país, y que entonces estaba en poder del Ejército Libre Sirio.

En total, la batalla por Alepo tomó cuatro años, pero su período de mayor intensidad se vivió a finales de 2015, cuando las fuerzas rusas y del régimen de Assad rodearon la mitad este de la ciudad, bombardeándola durante meses, aún cuando habían 270 mil civiles en ella. La Red Siria por los Derechos Humanos estima en cerca de 1.640 los civiles que murieron durante ese período, pero admiten que los números podrían ser mayores. Observadores señalan que el sitio estuvo “marcado por un nivel sin precedentes de salvajismo y sufrimiento”.

Durante el asedio a Alepo, las fuerzas rusas utilizaron bombas de racimo, armas químicas y bombas incendiarias -todas estas prohibidas según las convenciones internacionales- y a menudo en áreas civiles. También se evidenció que los hospitales habrían sido atacadas sistemáticamente, para al final ser completamente destruidos en los bombardeos.

A pesar de que hubo momentos en los que se ofrecieron corredores humanitarios a los civiles que desearan escapar, y miles consiguieron evacuar de esa manera, muchos fueron arrestados mientras intentaban salir. Observadores documentaron al menos 100 ejecuciones sumarias durante el sitio, mientras que la Red Siria por los Derechos Humanos asegura que casi 2.500 personas fueron detenidas arbitrariamente en Alepo.

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