El dispar “regreso a clases” del Congreso: diputados siguen de vacaciones y Senado abre por su cuenta el año legislativo
La costumbre que ha predominado desde 1990 es que el Parlamento retome sus labores los primeros días de marzo. La justificación para que la Cámara sea el último poder del Estado que aún no reanuda sus funciones son las obras de mantención y también los feriados legales de sus funcionarios, que tuvieron que retrasarse este verano. El riesgo de comenzar tarde este año fue advertido por la mesa de la Cámara.
Un poco más lento será este año el regreso de vacaciones de los diputados.
A pesar de que las bancadas del Senado acordaron reanudar su labor legislativa este miércoles (añadiendo además una sesión especial mañana jueves), la Cámara de Diputadas y Diputados resolvió volver el próximo lunes 6 de marzo. Ese retorno dispar no es usual, pero se ha dado en algunas temporadas.
Si bien en los años 90 y 2000, se dieron algunas ocasiones en que el Congreso retomó sus sesiones ya entrada la segunda semana de marzo, fueron siempre excepciones. Además, en la última década pasó a ser mal visto que los parlamentarios prolongaran su descanso estival muchos días después de febrero.
También por la misma presión de los gobiernos de turno, el Congreso se acostumbró a sesionar hasta la última semana de enero, acortado esos recesos estivales, que incluso en un momento llegaron a casi siete semanas, por ejemplo, en 2008 y 2001.
La justificación para que este año la Cámara sea el último poder del Estado que aún no reanuda sus funciones (de hecho, el Presidente Gabriel Boric regresó el lunes de sus vacaciones y hoy el Senado y el Poder Judicial iniciaron sus tareas formales) son las obras de mantención que han involucrado a oficinas de diputados y también los feriados legales de sus funcionarios, que se vieron retrasados producto del rechazo que se dio en la sala de la misma corporación a la reforma que extendía los estados de excepción en La Araucanía y el Biobío.
Esto obligó a que el Congreso sesionara extraordinariamente el 30 de enero y el 23 y 24 de febrero para renovar el mencionado estado de excepción. Si el 26 de enero se hubiera aprobado esa reforma constitucional -a la que le faltó sólo un voto (ese día, una veintena de diputados estaba de viaje fuera del país y ninguno pidió permiso constitucional, lo que hubiera rebajado el quórum de aprobación)-, no hubieran sido necesarias esas sesiones de emergencia en medio del verano.
En todo caso, el riesgo de comenzar tarde este año, con los eventuales costos de imagen, fue advertido por la mesa de la Cámara, que preside el diputado Vlado Mirosevic (Liberal), junto a sus vicepresidentes Carlos Bianchi (Indep.) y Catalina Pérez (RD), a las respectivas bancadas.
Sin embargo, en las dos ocasiones en que la mesa intentó persuadir a los representantes de los comités parlamentarios para que partieran el 1 o el 2 de marzo, no tuvo el respaldo suficiente.
Actualmente el tema de las vacaciones de los legisladores no está regulado en la legislación. La Ley Orgánica del Congreso simplemente dice que el período de sesiones “se extenderá entre el 11 de marzo de cada año y el 10 de marzo del año siguiente”. No señala explícitamente que debe darse un receso en febrero, pero se entiende que al menos los funcionarios que prestan apoyo a los parlamentarios tienen derecho a un descanso preferentemente en el período estival, como cualquier trabajador.
Únicamente el Reglamento de la Cámara (no así la normativa interna del Senado), habla de este descanso, pero tampoco fija plazos. “Receso parlamentario es la suspensión de actividades de la Cámara correspondiente al feriado anual en la época que la Corporación acuerde”, dice el texto de los diputados en su primer artículo que establece reglas generales.
Sin una norma expresa que delimite los días de ese receso, la costumbre que ha predominado desde 1990 es que la Cámara retome sus labores el primer martes, miércoles o jueves de marzo. ¿La razón? Antiguamente los diputados tenían sus sesiones ordinarias de martes a jueves. Por lo tanto, si el primero de marzo caía un viernes, se comenzaba el martes 5. Hoy los diputados, desde marzo de 2022, acordaron sesionar de lunes a miércoles, por lo que al menos hubiera correspondido una sesión hoy, según la costumbre.
En el caso del Senado -que siempre ha sesionado de martes a miércoles- la tradición ha sido regresar el primer martes o miércoles de marzo, salvo excepciones.
En el pasado, solo en contadas ocasiones el regreso del trabajo legislativo se dio después del 5 de marzo, tal como ocurrirá este año en el caso de la Cámara.
La última excepción a la regla se registró en 2012, ya que el primero de marzo coincidía con un jueves. Entonces, la mesa de la corporación que presidía el diputado Patricio Melero (UDI) -quien años después llegó a ser ministro del Trabajo- acordó con los representantes de bancadas retomar funciones el martes 6 de marzo, para no obligar a los diputados tener que viajar a Valparaíso en la semana previa por un solo día.
Aparentemente en esta ocasión también habría pasado algo similar, ya que en este período la semana legislativa de la Cámara termina el miércoles.
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