El efecto Holan: la Católica vuela de la mano de un obsesivo
El triunfo sobre Gremio revive a los cruzados en la Copa Libertadores. También da señales de que el método del entrenador, formado en el hockey, empieza a dar frutos fuera de Chile. Detallista, amante de la tecnología y ultraexigente, el transandino convence a sus dirigidos.
Termina el partido ante Gremio. Universidad Católica vence al equipo brasileño, obtiene sus primeros tres puntos en la Copa Libertadores y Ariel Holan se abraza con sus colaboradores más cercanos. Está, naturalmente, feliz. E, íntimamente, un poco más tranquilo. Los cruzados habían partido mal en el certamen continental: acumulaban las derrotas frente a Internacional, en Porto Alegre, y América de Cali, en San Carlos de Apoquindo. El triunfo de anoche en el recinto de Las Condes revitaliza la aspiración para la que la dirigencia estudiantil fichó al estratega: transferir al concierto internacional el evidente dominio que la UC ejerce en el plano local: es bicampeón y lidera, a seis puntos de distancia sobre Universidad de Chile, la tabla del actual campeonato. En la franja aspiran a un salto de calidad que se grafique en el torneo de clubes más importante de esta parte del mundo.
Holan convence. Ya genera en sus jugadores el efecto que pretendía. Y los futbolistas, a mostrar el nivel que les exige. Tuvo que ingeniárselas. La pandemia le impidió por largo rato un elemento clave para su método: el trabajo grupal. Fue en ese momento cuando el bonaerense de 61 años tuvo que apelar a la tecnología para mantener y fortalecer los lazos. "Recrear el vestuario a partir de Zoom era muy importante para nosotros. Emocionalmente, el primer objetivo ante este cambio inesperado era ver cómo estaban los jugadores, cómo se sentían, y lo hicimos por medio de sesiones de coaching, entre todos, los escuchamos. Nos fuimos comunicando individualmente, por FaceTime, no por mensaje de texto, para vernos y sentirnos. Y ver en qué podíamos ser útiles en un momento tan difícil y complicado para cada uno de nosotros”, decía en junio, en un webinar organizado por el club.
Pero, claro, estaba lejos del ideal. Por eso, en la antesala del choque ante los gaúchos valoró los cuatro partidos que habían podido disputar. “El equipo de hoy está muy bien preparado. Tiene muy claro los conceptos tanto para defender como para atacar”, advertía. Quedó demostrado.
Los mandamientos
La alusión al cambio obligado de relación no es casual. Hay que indagar un poco en las definiciones que ha entregado en su carrera para entender qué tan importante resulta para su sistema, que algunos han llegado a denominar El Método Holan, el contacto permanente. “Un entrenador tiene un sistema de juego. Cada entrenador tiene el suyo. Hay una metodología relacionada con ese sistema de juego. Para volcar ese sistema o idea de juego necesitas no menos de 30 o 35 entrenamientos. Ahí, el equipo debe tener una línea de lo que pretendes. Pero está también la eficacia: que es cuántos partidos uno precisa para encontrar el equipo para poner en la cancha. Eso lleva tiempo. Siempre, las primeras son las más duras porque están las transiciones de distintos procesos, de entrenador a entrenador, ni mejor ni peor, diferente. Cuesta ese período de adaptación”, decía a fines de agosto al sitio de la Conmebol.
E insistía en una cifra que en ningún caso es antojadiza: “Esos 30 o 35 entrenamientos tienen que ser como la Biblia: son lo mandamientos. Ahí hay que construir la estructura del equipo que generalmente uno lo hace el primer día de la pretemporada. Pero me gusta planificar por microciclos de una semana”. Sus pupilos ya le toman la mano al estilo y a la planificación. Buena parte la sacó de su pasado como técnico de hockey. En esa función, llegó a ser medallista panamericano dirigiendo a Uruguay.
La UC que le ganó a Gremio mostró un funcionamiento convincente, que muy probablemente se ajuste a la asimilación de la idea de su conductor. Cuesta encontrarle puntos bajos a su presentación ante los brasileños. Presionó a su rival y le quitó espacios, una evidencia de uno de los principios de juego del entrenador, fue eficiente y rápido en la transición desde la defensa al ataque y, una vez que consiguió la ventaja, la administró adecuadamente, con madurez posesión del balón. Incluso pudo aumentarla. Otra prueba contundente de la eficiencia de un libreto bien aprendido es que Gremio no pateó al arco. Eso, más el aporte individual de figuras como el silencioso, pero clave Ignacio Saavedra y los más vistosos José Pedro Fuenzalida, César Pinares y Edson Puch resumen una victoria totalmente ajustada al desarrollo del encuentro. Otro elemento decidor: el iniciador de los ataques es Matías Dituro, una exigencia que forma parte de los principios del entrenador.
Los de la franja no solo mejoran en el plano futbolístico. También en el plano físico. A tal punto llega la exigencia en los trabajos que en más de alguna oportunidad los jugadores le han pedido regular las cargas. Ahora empiezan a advertir los beneficios. “Soy exigente para tratar de conseguir un funcionamiento que haga que el equipo juegue un buen fútbol y sea dinámico. Desde ese punto de vista, soy exigente. En esta profesión necesitas carácter. Para conducir un club con el prestigio de Católica hay que ser firme, tener convicciones y carácter, pero buen carácter", decía en diciembre, en una entrevista a La Tercera.
La dirigencia también está más tranquila. En el club valoran la cercanía en la relación con el DT y su adecuación a las políticas institucionales. Holan no es un técnico que los agobie permanentemente, como ha pasado con algunos de sus antecesores.
El método Holan
La tecnología juega un rol clave en el trabajo del técnico transandino. En pleno partido frente a Gremio, el entrenador se adentró en la banca, donde uno de sus asistentes manejaba un computador, para revisar una jugada. Esa es, precisamente, una de las características de la labor del estratega y de sus asistentes. “Da todas las posibilidades en cuanto a videos, a velocidad de tenerlos rápido para corregir, tanto en los entrenamientos como en los entretiempos de los partidos. Para nosotros es importante, porque no solo está la palabra del entrenador, sino que también lo vemos. Uno se da cuenta más rápido”, decía hace unas semanas el portero Matías Dituro a ESPN.
El uso de los recursos audiovisuales es, efectivamente, al instante. En pleno partido ante Gremio, Holan acudió a la banca para revisar una jugada, un compartamiento que también suele tener en los partidos por el torneo local. De hecho, el notebook que maneja uno de sus asistentes está conectado a la transmisión del CDF, de lo que, a modo de ejemplo, el técnico dio cuenta en el partido ante Huachipato. “Fue gol, ya lo vimos”, gritaba antes de que el VAR validara un gol de José Pedro Fuenzalida que, inicialmente, había sido anulado.
Los entrenamientos del equipo estudiantil son grabados a través de drones, que manipulan los integrantes del equipo audiovisual que asesora al trasandino. Hay colaboradores del club y del staff del estratega. Y, por si fuera poco, en Argentina también hay un grupo que le envía información.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.