El factor Milei y la apuesta del PC por mantener el cupo en Argentina: la encrucijada de La Moneda para reemplazar a Figueroa

El domingo la entonces embajadora de Chile en Argentina, Bárbara Figueroa (PC), le comunicó al canciller, Alberto van Klaveren, su renuncia indeclinable al cargo que ocupaba desde marzo de 2022, por designación del Presidente Gabriel Boric. Hasta el fin de semana en la Cancillería no habían sido comunicados de manera formal del movimiento que se tejía en el Partido Comunista, que dejaba a Lautaro Carmona en la cabeza de la colectividad y a la expresidenta de la CUT como nueva secretaria general.

La noticia sorprendió al ministro porque tenía una muy buena evaluación de Figueroa -como dijo en diversas entrevistas-, pero entendió las motivaciones de la sicóloga. Así, el mismo domingo el Ministerio de Relaciones Exteriores informó que el reemplazo transitorio queda en manos de Alberto Rodríguez, encargado de negocios en la embajada.

En La Moneda, y también en el Minrel, tienen claro que designar al nuevo embajador no será una tarea simple y que hay varios factores sobre la mesa. Por un lado, porque en el PC pretenden mantener el cupo; pero también, porque Argentina vive un tenso clima político en medio de la elección presidencial que se realizará el 22 de octubre y que tiene a tres protagonistas: Sergio Massa, Patricia Bullrich y Javier Milei, quien ha tratado a Boric de “empobrecedor” -al punto de que el canciller ha salido a responderle- y ha dicho en innumerables ocasiones que no se vinculará con comunistas.

Por todos estos factores en el gobierno aseguran que la designación será con tiempo y que “no hay apuro”. Es más, una posibilidad es esperar el cambio de mando en Argentina, que se realizará el 10 de diciembre (la segunda vuelta es el 19 de noviembre), ya que es imposible hacer “política ficción”. En La Moneda tienen claro que un posible triunfo de Milei enredaría las relaciones diplomáticas entre ambos países. Además, en el Minrel tienen una buena evaluación de los desempeños que han tenido los encargados de negocios de las embajadas descabezadas, por lo que tampoco hay aprieto en esa línea. Un ejemplo de aquello es la embajada en el Reino Unido, que se encuentra sin embajadora desde el 22 de agosto cuando Susana Herrera se vio obligada a renunciar por una idea de proyecto que no fue correctamente avisado a Cancillería.

En la Cámara de Diputados hay diferentes opiniones sobre el reemplazo de Figueroa. “Creo que necesitamos nombrar embajador en Buenos Aires lo antes posible, la relación de Chile con Argentina es crucial, es nuestro principal aliado, nuestro principal vecino, entonces creo que tenemos que nombrar a alguien. Pero también creo que tenga una llegada amplia al gobierno actual, al mundo de Patricia Bullrich, va a ser difícil buscar a alguien que tenga llegada con el mundo de Javier Milei, pero creo que necesitamos a alguien con la más amplia llegada a los distintos sectores”, dice el diputado Tomás de Rementería (PS), presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores.

Lo mismo cree el diputado Raúl Soto (PPD): “El Presidente tiene la facultad de designar embajador cuando lo estime conveniente; sin embargo, dado el escenario político y la cercanía con las elecciones presidenciales en Argentina me parecería prudente esperar a ver cómo avanza aquello para tomar una decisión al respecto. La embajada puede perfectamente seguir funcionando con sus funcionarios de carrera y otros representantes”.

El diputado Luis Malla (PL), también de la comisión, tiene una opinión más mesurada: “No creo que las decisiones diplomáticas de Chile, que son política de Estado, tengan que orientarse por los gobiernos de turno. Tenemos una larga historia de relaciones diplomáticas con Argentina y eso no puede detenerse porque llega tal o cual gobierno. Por eso, es importante tener un nuevo embajador lo antes posible que dé continuidad a la cooperación con Argentina”.

Mientras que en la oposición son más duros: “Ante la renuncia de la actual embajadora en Argentina, el Presidente debe cuestionarse muy seriamente sobre la pertinencia de mantener al Partido Comunista como “cupo” en dicha embajada y, de seguro, cambiar esa nominación. Parece bastante evidente que a fines de este año ocurrirá un cambio de ciclo político en Argentina, ya que 2 de los 3 competidores no son del llamado “Kirchnerismo”, sino que de oposición y más bien cercanos a la derecha, por lo que el nuevo embajador se enfrentará a un doble desafío, no solo en orden a continuar profundizando las relaciones diplomáticos con nuestros vecinos, sino además a subsanar algunas diferencias que se han suscitado recientemente”, dice la diputada Ximena Ossandón (RN).

El senador Iván Moreira (UDI), también de la Comisión de Relaciones Exteriores, coincide: “La relación con Argentina es de extraordinaria importancia para Chile y un embajador no solo representa al gobierno sino que al Estado de Chile, por lo que dado el contexto electoral en ese país, lo más conveniente a nuestros intereses sería un embajador de carrera, que asegure una buena llegada con la actual administración y también con la que viene. Pero sabemos que el Presidente estará presionado para que sea reemplazada Bárbara Figueroa por alguien del Partido Comunista, y eso sería una mala señal”.