El guionista chileno Sebastián Arrau y su experiencia con Covid-19 en Miami: “Estados Unidos es un desastre”
El autor de teleseries como Machos y Matriarcas, hoy colaborador en Verdades ocultas y para la cadena Telemundo, estuvo en España y Nueva York antes de sentir los primeros síntomas en la ciudad donde reside actualmente. Luego de una difícil recuperación el escritor mira preocupado lo que ocurre en EE.UU. "La gente sigue haciendo deporte, sigue su vida", reclama.
Después de varios días sufriendo las consecuencias del coronavuris, el guionista chileno Sebastián Arrau, radicado en Estados Unidos hace varios años, está recuperado. “Ya me siento mucho mejor, salí de la pesadilla”, cuenta a La Tercera PM al teléfono desde Miami, donde vive actualmente por temas laborales, y donde mantiene su encierro.
Arrau, guionista de populares teleseries como Cerro Alegre (Canal 13), Machos (Canal 13) y Matriarcas (TVN), actualmente colaborando a la distancia para la exitosa teleserie Verdades ocultas (Mega), es parte de la lista de 330 mil contagiados por Covid-19 que se registra a la fecha en ese país: el territorio con más casos en el mundo.
Tras vivir en carne propia esta enfermedad decidió hacer pública su experiencia a través de Twitter, con un objetivo claro: hacer que la gente tome conciencia de la pandemia. “Manténganse en la casa para cuidar a quienes sí pueden morir y aunque es una pequeña pesadilla, se pasa y muchos más lo tendrán”, escribió en dicha red social.
Ahora Arrau cuenta en detalle lo que le tocó vivir. Mientras el coronavirus estaba recién dando muestra de su impacto en el mundo, el guionista visitó España por temas de trabajo, participando de un festival en Bilbao. Tras unos días allí regresó a Estados Unidos haciendo un paso por Nueva York, ciudad que aún considera su hogar después de haber vivido 10 años ahí. “La duda que tengo es si me lo pegué en España o en Nueva York, porque ambos lugares tienen actualmente muchos casos”, relata, aunque se inclina a vincular su contagio a su paso por Europa. “Después escuché que el aeropuerto de Madrid fue un foco de contagio y yo además comí ahí”, recuerda.
“Después de llegar a Nueva York es cuando anuncian el cierre de los vuelos y que recomendaban la cuarentena”, prosigue. “Tenía harto trabajo así que opté por quedarme en la casa, pero vi a un par de amigos y una amiga de hecho se enfermó después. Suponemos que la contagié yo. Pero por supuesto yo no sabía que lo tenía”, advierte.
Luego de pasar una semana en esa ciudad se fue a Miami, donde vive actualmente por temas laborales, entre ellos su trabajo para la cadena Telemundo. Dos días después de su arribo a esa ciudad, aproximadamente a mediados de marzo, comenzó a sentir malestares. “En Nueva York sentí ciertas cosas, pero pensé ‘esto es pura sugestión’. Igual pasé por una farmacia y pregunté por mascarillas, pero ya no tenían. Y ya en Miami empecé con escalofríos, me tomé la temperatura y tenia 38, y dije ‘me tinca que es’”, cuenta.
En paralelo, su esposo fue a trabajar por esos días, pero al enterarse en su empresa que Arrau había llegado de un viaje, le pidieron no asistir a la oficina. “Recuerdo que pensamos ‘qué exagerados’”, dice el guionista, pero que efectivamente la medida fue acertada. Cuenta de paso que a su esposo “le dio solo tos, no tuvo síntomas, lo que es super bueno saberlo”.
Mientras su temperatura seguía subiendo, y sin tener claro qué hacer, decidió llamar a una amiga médico. “Le dije ‘me tinca que tengo el coronavirus, ¿qué hago?’. Me dijo ‘nada, no salgas porque si no vas a contagiar’, yo no tenía mascarilla tampoco”, dice. Afortunadamente su amiga tenía un colega amigo que vivía en el mismo edificio de Arrau, quien fue a dejarle mascarillas y paracetamol. “Me los dejó en la puerta de la casa”, advierte.
Sobre la enfermedad en sí, relata: “Lo peor es que tuve fue una deshidratación impresionante, fue lo peor. Me empezaron a salir fuegos en la boca, despertaba con una sensación de sequedad en la boca. Y ahí alguien me dijo que le echara sal al agua, que ahí funciona como suero”.
Tanto a su médico vecino como a su amiga les manifestó su intención de ir a hacerse el examen, y ambos fueron enfáticos. “Me dijeron ‘para qué te lo vas a ir a hacer, si no tienes coronavirus es súper peligroso porque te lo puedes pegar. Ya en Miami estaban habiendo bastantes casos y si tienes puedes ir a contagiar a otras personas'”, relata.
Pero Arrau Igualmente decidió acudir a un centro asistencial, y lo hizo cuatro días después de sentir los síntomas. “Necesitaba saber. Fui súper precavido eso si, con mascarilla y te atendían en un lugar especial para hacer exámenes. Pero me lo hicieron solo porque tenía síntomas y había viajado, si no, no me lo hacen”. Y es entonces que se encontró con otro problema. "Ahí me advierten que se va a demorar mucho, que va para no se dónde y que me iban a avisar. Y así fue, pasaron dos semanas” relata. Es otro de los puntos que decidió hacer público vía Twitter, haciendo una abierta crítica del modus operandi estadounidense. “Después de dos semanas de hacerme el test de Coronavirus, hoy (sábado 4 de abril) recién me dieron los resultados. Salió positivo. Pero ¿de qué sirve cuando han pasado 14 días?”, publicó.
¿Cómo cree que ha sido la respuesta de EE.UU. versus lo que ha podido observar de Chile?
Yo sé que me puedo echar gente en contra, pero yo comparando con EE.UU. y esto es una opinión personal, no soy experto, creo que el gobierno de pronto tiene problemas de comunicación, comunican muy mal las cosas. Sí creo que hay cosas que están haciendo bien, la cantidad de exámenes que hacen en comparación con Latinoamérica es harta. Estados Unidos es un desastre y se está viendo en el resultado de los contagios, cómo pasó rápidamente a ser el número uno. Pueden decir que acá hay mucha gente, pero no han hecho absolutamente nada. Yo acá veo por mi ventana y dicen que van a pasear con un metro de distancia, pero la gente sigue haciendo deporte, sigue su vida.
“Lo otro que pasa también aquí es que el presidente (Donald Trump) se dio cuenta que con los contagios en la tv gana más puntos, y se pone a hablar él en vez de dejar espacio a los especialistas, y trata de quitarle gravedad al asunto en vez de tratar de ser serio y hablar desde los datos. Por eso creo que acá está muy mal hecho. Todos los días habla Trump, no le ha dado la importancia que tiene y el peligro que tiene, y la gente no siente que es peligro”.
Ahora, ya recuperado, hace una reflexión final, reconociendo que más allá de las cifras, lo primordial es el encierro. “Leí a alguien que decía en Twitter que era positivo pero que a su familia no le querían hacer el test. Yo le dije ‘qué importa que no les hagan el test, lo importante es que no salgan’, porque ir a hacerse el test es ir a contagiar más gente. ¿Cuál es la necesidad de tanta exactitud? O sea es súper importante tener un número para ver cómo se van moviendo los contagios, ver en qué sectores está, y ojalá fuera como en Corea del Sur donde te hacen el test en el propio auto. Pero como no se va a poder hacer eso, creo que es más importante en este momento no salir, por último después uno dirá ´fuimos cuatro personas contagiadas’, pero lo fundamental es no contagiar. Y si estás enfermo quedarte en la casa, a no ser que tengas problemas respiratorios. En este caso es más importante la vida”.
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