El incierto arribo de la nueva mesa de la Cámara de Diputados

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Para este martes está fijada la votación que sellará el destino del pacto administrativo de la corporación. Y las complejidades que tendrá que enfrentar la carta de la Democracia Cristiana, Gabriel Silber, no son menores. Un importante número de bajas de sus pares de la oposición debido al Covid-19 y la resistencia de sectores del Frente Amplio para ratificarlo como nuevo presidente de la testera podrían entorpecer su ascenso. La derecha, en tanto, buscará construir una mayoría para disputar la elección.


Un minucioso conteo de votos. Ese es el ejercicio que la bancada de la Democracia Cristiana tiene previsto realizar este viernes en la antesala de la votación que -el próximo martes- definirá a los integrantes de la nueva mesa de la Cámara de Diputados. Y es que en la colectividad, a la que de acuerdo al pacto administrativo de la centroizquierda le corresponde el cupo de la presidencia de la corporación, se ha instalado una profunda preocupación por una serie de factores que podrían dificultar que su candidato, el diputado Gabriel Silber, se convierta en el nuevo líder de la Cámara Baja.

El parlamentario debía asumir el cargo durante el año 2019, sin embargo, se vio obligado a bajar su candidatura luego de que se difundiera un correo anónimo acusándolo de violencia intrafamiliar, lo que provocó que finalmente la presidencia quedara en manos de su par, Iván Flores (DC). Meses después, se reveló que ese email provenía de una asesora legislativa del diputado independiente, René Alinco. Así, y luego de una tensa disputa interna con el diputado Víctor Torres (DC), quien también tenía aspiraciones de dirigir la corporación, la bancada falangista optó finalmente por darle el cupo este año. Pero, ahora, sus problemas son otros.

En medio de la crisis sanitaria que ha desatado el avance del Covid-19 en el país, hay varios parlamentarios de la centroizquierda que han manifestado su imposibilidad para concurrir a la sesión de sala el día martes, la que por reglamento debe ser una votación presencial y con sufragio secreto. De hecho, hasta hoy -según información oficial de la secretaría de la Cámara- hay 49 parlamentarios con permiso por impedimento grave, ya sea porque se encuentran en cuarentenas preventivas o por no poder trasladarse desde sus distritos a Valparaíso. Esto, dicen en el Congreso, podría mermar las posibilidades del sector de ratificar en la presidencia a Silber y en las vicepresidencias a Karol Cariola (PC) y Rodrigo González (PPD).

Según explican en la Cámara Baja, en una primera votación los parlamentarios requieren de la mayoría en ejercicio de los miembros de la corporación, es decir, más de 78. Sin embargo, de no alcanzarse ese quórum, se realiza una segunda votación, con un mínimo de 52 diputados en total, en la que se impone el candidato que alcance la mayoría relativa.

“Sabemos que hay una situación compleja por la falta de algunos parlamentarios (...) y por eso estamos haciendo los cálculos para asegurarnos dado que la votación es presencial. Necesitamos asegurar los votos para que se cumplan todos los compromisos y en eso estamos tratando de ver quiénes pueden viajar”, sostiene el jefe de bancada DC, Daniel Verdessi, quien ha estado en permanente contacto con el presidente de la colectividad, Fuad Chahin, y el propio Silber.

De hecho, advierte el parlamentario, solo en su comité habrán al menos cuatro bajas que preocupan al partido: el diputado Gabriel Ascencio, quien se encuentra en su distrito en la isla de Chiloé; y los diputados José Miguel Ortiz, Manuel Antonio Matta y Miguel Ángel Calisto. Este último, sin embargo, podría llegar a acudir a la sesión de este martes. Esto, debido a que durante los últimos días, desde la colectividad se han contactado con él con el fin de solicitarle que viaje desde la Región de Aysén para marcar su voto.

Pero esa, reconocen en la Democracia Cristiana, no será la mayor complicación. Según fuentes de esa bancada, lo que más les inquieta es la resistencia que el nombre del parlamentario ha despertado en algunos sectores del Frente Amplio como Revolución Democrática. En el sector varios resienten el hecho de que Silber haya jugado un rol clave para que el gobierno viabilizara sus reformas de pensiones y tributaria en la Cámara Baja. Así, en privado, legisladores del bloque aseguran que el democratacristiano ha sido más un aliado del gobierno que de la centroizquierda durante la administración del Presidente Sebastián Piñera. Asimismo, otros tienen algunas dudas sobre la denuncia que Silber enfrentó el año pasado.

Bajo este escenario, desde RD afirman que, si bien su intención es cumplir el acuerdo, la figura del DC genera cierta resistencia en la colectividad y que, por esta razón, no sería “fácil” para el partido dar los votos. Asimismo, desde la tienda frenteamplista aseguran que Silber no contaría este martes con los respaldos suficientes ni aunque estuvieran todos ellos cuadrados.

En ese mismo sentido, fuentes de la bancada afirman que algunos parlamentarios, como Jorge Brito, rechazarían este martes la carta de la DC. Otros, en cambio, estarían por pedir que se aplace la elección o, incluso, solicitar que los democratacristianos reemplacen a Silber por otro candidato.

“El país vive una crisis sanitaria sin precedentes que debe ameritar toda nuestra atención. En consecuencia, cualquier otro asunto en especial, algo que diga relación con los partidos políticos o la elección de mesa, no es prioritario y no debiera tener lugar ahora”, afirma Brito.

Con todo, desde el bloque señalan que esperan tomar una decisión conjunta antes de la votación del martes.

Ante ese escenario, Verdessi afirma que “nosotros esperamos el 100% de respaldo del Frente Amplio” y advierte que el acuerdo administrativo también alcanza la composición y presidencias de las comisiones permanentes de la Cámara Baja, donde al bloque le corresponde este año dirigir instancias como la de Salud, Constitución, Economía y Cultura.

“Esto también implica los compromisos de las presidencias de las comisiones, de las cuales el Frente Amplio tiene este año algunas muy importantes (...). El compromiso se cumple integralmente, esto es todo un solo acuerdo", señala el DC.

Asimismo, ya han manifestado que no darán sus respaldos a Silber los parlamentarios que dejaron el Frente Amplio, entre ellos, los humanistas Tomás Hirsch, Pamela Jiles y Raúl Florcita Alarcón. Como también, el independiente René Alinco y la diputada PPD, Andrea Parra.

“Mi problema no es solamente con Silber sino con gran parte de la bancada de la Democracia Cristiana. Al que le daría mi voto sería a Víctor Torres porque es el único que ha sido consecuente con las posturas de la oposición, pero el resto ha estado más concentrado en negociar con La Moneda que con sus aliados”, sostiene la diputada Parra, quien señala que hará todo lo posible por llegar a la sesión del martes, dado que se encuentra en La Araucanía.

Y agrega: “Si Silber pierde un voto eso no va a ser significativo, el problema es que no tenga muchos votos y si el candidato de un conglomerado no tiene los respaldos necesarios es legítimo que la DC revise a quién presenta como carta a la mesa. La política no está escrita en piedra y hoy las condiciones no son las de ayer”.

Consultado por el adverso escenario que tendrá que enfrentar el día martes, el diputado Silber asegura que “en tiempos de crisis como los que viven nuestro país, la oposición más que nunca debe dar muestras de unidad, de cohesión y de disciplina interna. Y, en consecuencia, espero que tal como lo hizo el Senado en iguales condiciones demos normalidad a la nueva administración de la mesa. El acuerdo administrativo debe cumplirse, es garantía de gobernabilidad para la oposición y no veo a nadie de los nuestros, de forma directa u oblicua, pavimentándole el camino a la derecha”.

Las palabras del legislador aluden precisamente a que, como todos los años, Chile Vamos -pese a no tener mayoría en la Cámara Baja- buscará disputar la administración de la corporación con su propia lista, la que estará encabezada por Diego Paulsen (RN), Francisco Undurraga (Evópoli) y Jorge Alessandri (UDI).

En el sector aseguran que han sostenido conversaciones en los últimos días con varios legisladores independientes y esperan lograr imponerse en, al menos, alguno de los cargos. Las apuestas apuntan sobre todo a la primera vicepresidencia. Esto, dicen en el oficialismo, porque el nombre de Cariola aún no convence del todo a sectores de la oposición e, incluso, generaría rechazo entre los más moderados.

Paulsen asegura que “como Chile Vamos vamos a presentar nuestra lista como todos los años para ver si podemos encabezar la mesa y poder también ayudar a tramitar los proyectos del gobierno, tanto de la agenda social como de la pandemia".

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