El Rey se aprieta el cinturón: los ajustes en la billetera de Arturo Vidal para que los números vuelvan a calzarle
En los últimos años, la economía del volante ha sufrido embates. A las cuantiosas pérdidas que sufrieron sus inversiones se suma una devaluación natural de sus ganancias como futbolista. La opción de desprenderse de activos está latente, aunque desde el mismo entorno del jugador llaman a la calma.
Arturo Vidal se aprieta el cinturón. A los 36 años, el Rey asume que está en la fase final de su carrera. Cuanto la pueda estirar, dependerá de su privilegiada condición física. Hoy está en el Athletico Paranaense, en el que el fin de semana sufrió una lesión muscular que mantiene inquieto al cuerpo técnico de la Selección, considerando que aún es una pieza clave para la Roja. La alerta no es la única que se activó en torno a su figura: en las últimas horas surgió la información de que se estaba desprendiendo de las instalaciones del haras Il Campione, en la región del Maule, un predio de 30 hectáreas con el foco puesto en la crianza de caballos finasangre y con todos los estándares de comodidad que identifican al mediocampista. La operación, según publica la radio ADN, bordearía los tres mil millones de pesos, una cifra inferior a los US$ 5 millones que quería inicialmente el Rey por un complejo que incluye una casa, quincho, piscina, pesebreras y, por supuesto, caballos.
El criadero es uno de los grandes sueños que Vidal, un aficionado a la actividad hípica de toda la vida, pudo cristalizar gracias a sus millonarias ganancias como futbolista. Desde la dependencia, ya han surgido ejemplares que se han vendido con el objeto de rentabilizar la inversión. Sin embargo, las mismas versiones apuntan que los números no calzan, como ha sucedido con otros emprendimientos en los que ha incursionado el bicampeón de América.
Calma
Hace un tiempo, a través de su perfil en Instagram, Vidal negó problemas económicos y, específicamente, que estuviera pensando en desprenderse de sus negocios hípicos. Desde su entorno más próximo, de hecho, ironizan con la posibilidad. “Si dicen que Arturo Vidal se va a morir, entonces se va a morir”, dice uno de sus colaboradores más estrechos, con una evidente cuota de sarcasmo, frente a la consulta de El Deportivo.
Sin embargo, es el propio Vidal quien admite la posibilidad, aunque no inmediata. “El haras es algo que siempre soñé con tener. Lleva cinco o seis años, me ha costado mucho tenerlo, tener y criar mis caballos”, declaró una transmisión en su canal en Twitch. “Llega un momento en que me llega a la cabeza, estoy en lo último de mi carrera como futbolista. En estos cinco o seis años he ido máximo siete veces. Me he gastado toda la plata del mundo tratando de cumplir mi sueño”, amplió. Y justificó su decisión en otro aspecto clave. “Me aburrí de la hípica porque vi cosas que no me gustaron. Lo veía como un hobby, pero ya no le estoy dando la importancia que me gustaría”, sostuvo. En efecto, hace algunos meses, a través de Instagram, había exteriorizado su molestia por el manejo de la actividad. “Llegan ofertas, pero no lo voy a vender todavía. Seguro lo venderé, pero seguiré en lo mío, que es el fútbol. Estudiar para ser entrenador es algo que quiero, ayudar a las cadetes de la selección. Por eso he cambiado mi forma de pensar. Me siguen gustando (los caballos), pero de qué me sirve tener una crianza si nos los veo”, aclaró.
Otra explicación, también proveniente de conocedores del volante, es que el mecanismo establecido en la relación con su agente, Fernando Felicevich, impediría un descalabro financiero. En efecto, el agente cautelaría los dineros a través de fondos de inversión, preferentemente en el extranjero, de los que Vidal recibe las ganancias. De esa forma, no toca el capital. El mismo representante le ha recomendado desprenderse de los activos que le generan grandes costos e invertir en instrumentos financieros rentables y sin riesgo, como los depósitos a plazo.
Lo que sí se acepta es que en el último tiempo se han debido ajustar algunos aspectos para reducir gastos cuantiosos que pueden resultar innecesarios y, ciertamente, perjudiciales para el jugador. En esa línea, desprenderse de ese bien implicaría un opción para ‘hacer caja’ y, paralelamente, eliminar un gasto. Vidal separa tajantemente esa determinación de eventuales problemas financieros. “No estoy gozando como quisiera, estoy metiendo mucha plata. Prefiero que vaya a otras cosas en lugar de desperdiciarla en algo que no estoy disfrutando. Esa es la verdad, lo diré cuando quiera hacerlo, pero no crean en lo que dicen. Varios van a decir que tengo problemas de plata, pero no entiendo. Yo me compré cosas, ¿acaso no las puedo vender? Cómo pueden ser tan tontitos. ¿Quieren que las queme, las regale o las sortee? Uno compra para vender también”, sentencia.
Entre finales del año pasado y comienzos del actual, Vidal había adoptado una decisión en el mismo sentido, desilusionado por un traspié deportivo: lejos de la aspiración de llegar a la Primera B, en función de la alta inversión que había realizado con ese propósito, el Rodelindo Román terminó descendiendo a la Tercera División. Ni Vidal ni los asesores que tenían a cargo el proyecto solicitaron los antecedentes para el retorno a la categoría aficionada, lo que en la práctica significó el fin de las operaciones del ala ‘profesional’ de la escuadra en la que el mediocampista había dado sus primeros pasos como futbolista. Atrás quedaban varios años de esfuerzo. Y, por cierto, varios millones en el camino.
El golpe fue duro. Tanto como el que lamentó en mayo de 2022, cuando se supo de la querella que había presentando en contra de sus primos Carlos y Víctor Hugo Albornoz, a quienes le había confiado la administración de sus negocios inmobiliarios. La lista de cargos era amplia: inicialmente, administración desleal y contrato simulado y, después, tres más: negociación incompatible, otorgamiento de contrato simulado y obtención fraudulenta de créditos. En noviembre, Vidal desistió de las querellas y al mes siguiente se realizó la audiencia de sobreseimiento. En principio, Vidal reclamaba daños patrimoniales por unos US$ 5 millones, traspaso de bienes que no había autorizado y solicitudes de créditos en la que aparecía como aval. Con el tiempo, entendió que las pérdidas obedecían a los efectos que la pandemia había producido en las empresas. Carlos Albornoz le exhibió peritajes especializados que acreditaban esa versión. Terminó desistiendo de la ofensiva legal.
Ganancias que caen
Indefectiblemente, además, Vidal tiene que afrontar que sus ganancias futbolísticas, por así definirlas, están lejos de las que obtenía en sus mejores tiempos. Su valorización es una señal en ese sentido. En agosto, Transfermarkt, un parámetro reconocido para tal efecto, la situó en 700 mil euros, la cifra más baja del último tiempo. Si la comparación se establece con el extremo más alto, la distancia es demoledora: en julio de 2014, cuando brillaba en la Juventus, para el mismo sitio costaba 40 millones de la moneda comunitaria.
La firma en el Athletico Paranaense supuso, ciertamente, la resignación de ganancias. Vidal dejó de ser el jugador mejor pagado del fútbol brasileño, condición en la que llegó al Flamengo, procedente del Inter de Milán, su última estación en el fútbol europeo. En el Furaçao obtiene poco más de 200 millones de pesos mensuales. De esa cantidad, el actual club se hace cargo de $ 40 millones. El resto lo paga el club de Río de Janeiro en función de una relación contractual que, en efecto, termina en diciembre. Vale decir, junto con el fin de la relación entre el jugador y su actual club.
El plazo también es clave por otra razón: en esa fecha pueden reactivarse los contactos con otros interesados. Vidal ha coqueteado con Boca Juniors, aunque lo concreto es que el que está más cerca de cumplir sus expectativas salariales es el Inter Miami. La escuadra en la que milita Lionel Messi ya le tentó ahora, cuando surgió el distanciamiento con Jorge Sampaoli que le terminó costando la salida del Flamengo. Sin embargo, la propuesta era inferior a la que le planteó el Paranaense. Los norteamericanos, eso sí, dejaron un mensaje: volverán a la carga. Y el aval de esa intención es nada menos que el argentino, con quien Vidal fraguó una relación de amistad en el Barcelona.
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