El sanador de Alexis: las milagrosas manos a las que tanta fe le tienen las estrellas chilenas
El traumatólogo Ramón Cugat, que ha operado a Sánchez, es uno de los médicos más reputados en el deporte. Por su pabellón suelen pasar las figuras del Barcelona y de los principales clubes del mundo. Arturo Vidal, Claudio Bravo y Christopher Toselli figuran en su lista de pacientes ilustres.
Encontrar desocupado a Ramón Cugat, el doctor de las milagrosas manos que curan a las estrellas chilenas y que acaba de operar del tobillo a Alexis Sánchez, es virtualmente imposible. Hay que pasar dos o tres filtros para que, finalmente, sus colaboradores más cercanos entreguen una respuesta que resume su vida. "Está en pabellón, operando. Y cuando opera se demora bastante, se toma todo el tiempo que requiera", explican, a modo de excusa y para graficar la dedicación que lo convirtió en el médico en el que han confiado varios de los futbolistas más reputados del mundo y casi todos los astros del Barcelona, o que han pasado por el club culé, que han requerido algún tratamiento complejo. En esa última categoría, además del tocopillano, entran otros tres chilenos.
La relación entre Cugat y el Barcelona es, literalmente, de toda la vida. Al club español llegó cuando tenía 15 años para intentar el sueño de convertirse en una de las estrellas que pisaba el Camp Nou. La obligación materna de compatibilizar la práctica del deporte con los estudios le fue quitando intensidad a la idea, aunque la medicina tampoco fue su interés inicial. Su suegro, José García Cugat, fue quien lo incentivó a tomar el delantal blanco y quien, posteriormente, le dio su primera ocupación como médico, en la Mutual de Futbolistas de Cataluña.
Hoy, en todo caso, ya no tiene dudas vocacionales. "Mi vida es el fútbol y el cuidado de los futbolistas", le dijo el año pasado a OK Diario. Y cómo no si por sus manos han pasado estrellas como Josep Guardiola, Xavi, Samuel Eto'o, Mikel Arteta, Cesc Fábregas, Andrés Iniesta, Carles Puyol, David Silva, David Villa y Fernando Torres, entre muchos otros.
El perfil profesional de Cugat lo describe como experto en lesiones de rodilla y pionero en cirugías artroscópicas en España. Innovó, por ejemplo, en el uso de Factores de Crecimiento, un procedimiento que introdujo en 2000 y también en el uso de células madre en reparación de lesiones de ligamento cruzado anterior y cartílago. "Ha trabajado en hospitales de España, Inglaterra y Estados Unidos. Actualmente es codirector del Departamento de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Quirón de Barcelona, presidente del Patronato de la Fundación García Cugat para la investigación biomédica y presidente del Consejo Médico de la Mutualidad Catalana de Futbolistas de la Real Federación Española de Fútbol", consigna su referencia en Wikipedia, que lo reconoce como uno de los principales especialistas en su área en el mundo.
Por qué el mundo confía en él
La explicación para la confianza que el mundo y los chilenos tienen en Cugat parece obvia en relación a su historial. "El gurú mundial de la rodilla", lo bautizó el diario El Confidencial, un calificativo que resume su importancia en el deporte a nivel global.
Aunque el nombre de Cugat ha estado siempre muy asociado al barcelonismo, hay una particularidad: jamás ha pertenecido al club. Y se ha comprometido públicamente a no vincularse a ninguno. Ni a los catalanes ni a los que les envían pacientes desde todo el mundo. "Lo que sí me gusta es ser médico de la Mutualidad de Futbolistas, donde estoy abierto al mundo. Hay 115.000 federados y mi grupo de trabajo controla cada año a 8.000 de los 16.000 lesionados que hay aproximadamente, lo que supone una base enorme de datos, casos diferentes que te sirven para mejorar y perfeccionar, porque ninguna rodilla es igual. En un club vería un par de ligamentos cruzados rotos en unos tres años, pero en la Mutua veo cientos. Ésa es la experiencia que luego puedes aplicar", declaró ese medio, con el afán de graficar su deseo de independencia contractual.
"Se fue posicionando como un referente. Es lo que pasa con todos los médicos. Si es bueno, trabaja bien, suele ser recomendado por los mismos pacientes. En este caso, la naturaleza de esos pacientes también contribuye a su relevancia. Ese factor es relevante. Yo hablé con él un par de veces por lo de Arturo, pero no lo conozco tanto. Nuestra vinculación fue más bien técnica, formal. En Europa se ha hecho una buena fama y ese factor, como dije, es fundamental", dice Giovanni Carcuro, ex jefe del cuerpo médico de la Selección.
El vínculo con Chile
A Alexis Sánchez ya lo tuvo como paciente. En 2007, cuando el Niño Maravilla militaba en River Plate, lo sometió a una cirugía en el tobillo derecho. El tratamiento dio resultados plenos, pues el tocopillano no sufrió secuelas de la dolencia y, por el contrario, inició una carrera ascendente que lo llevó a los mejores clubes del mundo y también a conseguir logros históricos con la Selección. Las lesiones que ha lamentado, sobre todo en el último año, han tenido que ver con otros factores. Esa vez, su ausencia se prolongó por tres meses, el plazo máximo al que alude Rueda, seguramente en virtud de reportes del cuerpo médico de la Roja.
En mayo de 2014, Cugat enfrentó un procedimiento contra el tiempo. Arturo Vidal llegó a su consulta con el menisco externo de la rodilla derecha roto y, por consiguiente, en serio riesgo de perderse el Mundial de Brasil. El Rey fue sometido a un procedimiento artroscópico que tardó unos 40 minutos y, después de él, el profesional recomendó una recuperación más larga. "Vidal es de mucho temperamento, valiente, lo veo siempre positivo, es ganador, un crack y somos optimistas en su recuperación", declaró esa vez.
La porfía del King, quien además se encomendó al fisioterapeuta cubano José Amador, parte del cuerpo técnico de Jorge Sampaoli, le permitieron llegar al debut frente a Australia, aunque, evidentemente, lejos de las mejores condiciones.
En abril de 2018, Cugat volvió a ver la rodilla derecha de Vidal, aunque ahora para una cuestión bastante menor: la eliminación de un cuerpo libre articular. Por esos días, el Rey acordaba su incorporación al Barcelona. Antes de ficharlo, el club catalán le solicitó a uno de sus médicos de cabecera un pormenorizado detalle de la condición médica del futbolista. El aval del facultativo resultó clave para que las tratativas continuaran su curso y el oriundo de San Joaquín terminara en el Camp Nou.
En agosto del año pasado, Claudio Bravo fue quien se puso en sus manos. El arquero del Manchester City sufrió una de las lesiones más temidas por los futbolistas: la ruptura del tendón de Aquiles izquierdo. El 24 de ese mes, entró en el Hospital Quirón, de Barcelona, para someterse a la ineludible operación para reconstruir la zona dañada. El guardameta, de 35 años, cumplió al pie de la letra el tratamiento que le indicó el galeno. A diferencia de Vidal, ni siquiera la cercanía de la Copa América de Brasil lo alteró en la búsqueda de una rehabilitación plena. Tardó 11 meses en volver a defender el arco del Manchester City, en un partido amistoso enmarcado en una gira por China. Desde ese día demostró que sus condiciones estaban intactas y que la pesadilla, en gran parte gracias a la expertise de Cugat, había quedado en el olvido.
El caso menos mediático entre los chilenos que ha atendido Cugat fue el de Cristopher Toselli. En octubre de 2014, después de padecer molestias durante un año asociadas a una dolencia en el cartílago del cóndilo femoral de la rodilla derecha, el guardameta de Universidad Católica pasó por las manos expertas del facultativo. Inició un proceso de recuperación que demoró seis meses, pero que le permitió retomar su carrera sin contratiempos.
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