El tormento de Tiger: cómo es el documental no autorizado que estrena HBO sobre Tiger Woods
Basado en la biografía de 2018, el filme de dos partes que se lanza mañana brinda una mirada exhaustiva a uno de los mayores deportistas de la historia. Hablan desde quienes lo conocieron en su infancia hasta Rachel Uchitel, la primera mujer involucrada en el escándalo sexual que se destapó en 2009, quien jamás había entregado públicamente su versión.
Un joven que va a ayudar a tantas personas. Una figura que trascenderá el deporte. Alguien que aportará al mundo un humanismo nunca antes visto. Un hombre cuya existencia hará del planeta un lugar mejor. Son las palabras que un conmovido Earl Woods dedica a su hijo a fines de 1996, en la ceremonia del premio Haskins en la Universidad de Stanford.
Dentro del documental Tiger, el registro de la ceremonia sirve como la pieza que inaugura un relato en que Tiger Woods luce como la construcción más preciada de su padre, un resultado casi perfecto de un plan que habría trazado cuando era un niño que mostró gran destreza en el golf.
No aprobado por el deportista ni por su entorno, el filme (debuta mañana a las 20.00 horas por HBO y HBO GO) examina al hombre detrás de la leyenda tomando como referencia el libro publicado en 2018 por Armen Keteyian y Jeff Benedict, en que se entrevistó a cerca de 250 personas pero no al protagonista.
Por tanto, las búsquedas de la cinta no son tanto sus triunfos en el campo como los claroscuros de su vida y una indagación en su biografía personal. Su temprano ascenso en el circuito y sus victorias más extraordinarias, presentes a través de un voluminoso archivo, son más un telón de fondo de una narración que ahonda en lo que por años logró ocultar la imagen pública de Woods: una máquina de ganar fruto de la obsesión de su hogar, acechada por carencias y fantasmas.
Su padre fue un veterano de Vietnam que se negaba a que jugara otro deporte que no fuera el golf. Así lo cuenta una profesora del jardín que intentó mediar cuando el niño manifestó querer practicar otra disciplina. Su madre, Kultida Woods, se asumía como incluso más dura que su progenitor, que a su juicio se quedaba sólo en las palabras a la hora de enrielarlo.
El rigor de ambos derivó en que, por ejemplo, no funcionara la relación de Tiger con Dina Parr, su novia de colegio y universidad, quien habla en extenso y lee a cámara la carta en que la posterior estrella mundial le informaba que, luego de tres años juntos, él y sus padres habían determinado que ya no la querían en su vida. “No tenía destrezas de vida. Nunca lo prepararon para la vida”, sentencia la primera pareja de Woods.
Del mismo modo, en el documental que se extiende por tres horas se dan cita otros nombres ligados a la leyenda, desde amigos íntimos de la familia hasta expertos en su carrera y la directora de operaciones de clubes nocturnos Rachel Uchitel, quien fuera su amante mientras estaba casado con la modelo sueca Elin Nordegren (una de las grandes ausentes de la cinta).
En la segunda parte del filme, la mujer con la que se inició el escándalo sexual que sacudió la carrera del golfista en 2009 da por primera vez su testimonio. Por mientras, Uchitel ha aprovechado para recordar esa turbulenta época en entrevistas como la que dio a Los Angeles Times la semana pasada, donde aseguró que “los medios fueron realmente horribles conmigo. Me culparon por algo que pasó entre dos personas”.
A diferencia de The last dance, que como pudo buscó matices pese a tener a Michael Jordan como principal entrevistado, Tiger se inclina desde un inicio por la cara menos amable detrás del genio, hasta llegar el momento en que la estrella abandona el deporte y luego, contra todo pronóstico, consigue retornar al circuito y gana el Masters de Augusta hace dos años.
Woods no fue entrevistado en el documental y, si bien no ha hablado públicamente, su agente expresó su disgusto con el estreno, antes del debut en Estados Unidos el domingo 11. “Al igual que el libro en el que se basa, el próximo documental de HBO es sólo otro intento no autorizado y lascivo de pintar un retrato incompleto de uno de los mejores atletas de todos los tiempos”, planteó Mark Steinberg. Si como ocurrió con Jordan, contribuye de todos modos a reflotar el interés en torno a su figura, queda tiempo para verlo.
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