El trabajo psicológico de Mauricio Pellegrino para acabar con el “miedo institucional” de la U en el Monumental

En las primeras conversaciones que tuvo Mauricio Pellegrino con el gerente deportivo de Azul Azul, Manuel Mayo, antes de firmar el contrato que lo transformó en el nuevo entrenador de la Universidad de Chile, se habló de lo mal que estaba la institución en el aspecto psicológico.

Cuatro años de pésimas campañas, mal desempeño en los clásicos, disputas internas y la falta de un proyecto deportivo consistente, tenían el ánimo de quienes trabajan en la U muy bajo. Por lo mismo, una de las primeras medidas del adiestrador argentino fue ratificar a la psicóloga Carolina Delmónaco en su puesto e incorporarla en su trabajo diario.

Luego, les quitó a sus dirigidos la presión de la historia ya contada y comenzó a motivar a cada estamento de la entidad con la idea de que el futuro no está escrito y puede ser favorable si todos trabajan unidos para volver a instalar a la U en el sitial que le corresponde.

“Sé que no va a ser sencillo, pero tengo mucha confianza. Esta institución merece ser representada mucho mejor. Lo que deseo es que el hincha se sienta identificado, se sienta orgulloso del equipo que trabaja, que corre”, dijo a su llegada y los resultados en el Campeonato Nacional así lo han demostrado: marchan segundos con 13 puntos, cuatro partidos ganados, un empate y dos derrotas.

La actual campaña por primera vez en mucho tiempo tienen al Superclásico del fútbol chileno sin un claro favorito y al estratega con la firme convicción de que es la oportunidad de romper con lo que alguna vez Frank Kudelka llamó el “miedo institucional”.

Para ello, el nacido en Córdoba comenzó a preparar hace tres semanas este escenario y recientemente reforzó todos los trabajos tácticos durante estos días y aumentó el análisis audiovisual. Todos las jornadas, los jugadores laicos ven videos de los movimientos propios y del rival y luego los practican en cancha con variadas repeticiones. De hecho, Pellegrino se mete en medio de las jugadas y hace que se repitan constantemente para que salgan cómo él las ha visualizado.

Además, reforzó el mensaje positivo. Felicita con énfasis a quienes logran realizar el ejercicio de manera perfecta y trata con cariño a quienes cometen un error o no entienden en la primera pasada. Para el DT que va a cumplir 52 años el próximo 5 de octubre es fundamental que el grupo se sienta acogido y que logren, más allá de sus amistades internas, una cohesión como plantel.

Por ende, el mensaje ha sido claro para sus pupilos: para ganarle a Colo Colo en su casa no hay que correr con colores propios, sino con el empuje de todos. Además, les ha dicho reiteradamente que la presión no la tienen ellos, sino que los albos pues nadie quiere transformarse en el “villano” que dejó escapar un invicto de más de 20 años y le transfiere el favoritismo a los de Macul. Además, les señaló que es un partido normal.

A eso se le agrega que Delmónaco ha acompañado cada una de las prácticas desde el borde la cancha, para que los futbolistas no tengan excusas a la hora de revelar sus sentimientos y por si eso fuera poco, por primera vez, Pellegrino ha conversado individualmente con cada uno de los referentes de su oncena. De hecho, llamó la atención de todos los que trabajan en el CDA que se reuniera especialmente con quién fuera el patrón del Cacique en las últimas temporadas, Matías Zaldivia, y que mantuvieran una charla por largos minutos en el campo de entrenamiento.

Son estas conversaciones las que reemplazaron a los video motivacionales que se estilan en este tipo de encuentros, ya que el venido del otro lado de la cordillera cree más en el uno a uno que en una serie de imágenes que apelen a los sentimientos. ¿La razón? Pellegrino tiene una cosa clara: el juego es lo más importante y si sus pupilos logran plasmar su idea táctica en la alfombra de Macul, saldrán bien parados de ahí.

Por otro lado, en un comienzo había citado a los jugadores a entrenar el domingo, pero tras el empate 1-1, le dio el fin de semana libre para recargar pilas. De hecho, cuentan en el CDA que la condición que puso fue que cuando regresaran entrenaran a full.

También sabe y se lo ha dejado claro a sus cercanos que este fin de semana puede marcar un antes y un después en sus labores. El argentino quiere ganar, pero lo que más desea es que sus futbolistas no se desmoronen con un mal resultado, tal como le pasó a la escuadra de Esteban Valencia el 2021 (luego de perder con Colo Colo no ganó más) y a la de Ángel Guillermo Hoyos el 2018, cuando llegó a la cita con el elenco albo con ocho partidos invictos y tras la derrota se comió dos goleadas seguidas (6-0 con La Calera y 7-0 con Cruzeiro).

La tranquilidad de Pellegrino entusiasma en La Cisterna. Creen firmemente que el trabajo del entrenador puede cambiar la suerte de los últimos años en un duelo muy ingrato.