Emiliano “Dibu” Martínez, la polémica figura que pasó de ser espectador en Rusia 2018 a héroe en el Mundial de Qatar

Dibu Martínez

Querido por unos y odiado por otros. El controvertido arquero fue una de las claves en la tercera estrella de Argentina. El meta, de una irregular carrera, pasó de hincha en el certamen pasado a la consagración con la Albiceleste.


El nerviosismo reinaba en el Estadio Lusail. En un intenso duelo, Argentina y Francia empataban en todo, literalmente. El monarca del mundo sería elegido en la tanda de penales, lugar en el que una figura elocuente tomó fuerza.

El polaco Szymon Marciniak, de discreto desempeño, pitó el final de la prórroga y la imagen de Emiliano Martínez se empezó a engrandecer. El arquero, con chapa de atajador en la pena máxima, era la esperanza de la selección transandina. Argentina no lo pudo ganar en los 120, pero confiaba en lo que podía hacer el meta.

1-1 en la tanda, Messi y Mbappé, las figuras y emblemas de sus equipos no fallaron. Kingsley Coman era el siguiente designado, pero sucumbió ante Dibu. El arquero adivinó el lado escogido por el atacante y encaminó a la Albiceleste a la consecución de su tercera estrella. Al igual que con Croacia, Martínez sacó a relucir una de sus mejores facetas.

Emiliano Martínez
Martínez tapó el penal de Coman y esperanzó a Argentina. (AP Photo/Frank Augstein)

De abajo a la cima

Martínez, de 30 años, disfruta del mejor momento de su carrera. Oriundo de Peralta Ramos, barrio de Mar del Plata, el portero, querido por algunos y odiado por otros, se destaca por su gran actitud. Detrás de su controversial imagen hay una dificultosa historia que lo forjó.

Arrancó su carrera en el fútbol en el Club General Urquiza, a los cuatro años. A los diez fue a probar suerte a Buenos Aires, pero Boca Juniors y River Plate le cerraron la puerta. Pasó por Talleres y San Isidro, clubes de su ciudad natal, pero no dio el salto hasta que su técnico, Roberto Cacho Gonzalo, lo llevó a Independiente.

En 2009 disputó el Sudamericano Sub 17, atajándole dos penales a Brasil, y el Mundial de la misma categoría en Nigeria, en el mismo año. Ahí llamó la atención de los captadores del Arsenal, quienes lo invitaron a una prueba de diez días a Londres. Finalmente, los Gunners pagarían 500 mil euros por el 65 por ciento del pase del portero, quien solo tenía 17 años.

No alcanzó ni a debutar con el Rojo. No obstante, se fue de Avellaneda con una increíble marca que lo acompañaría toda la vida: su apodo, Dibu. “Cuando llegué era un poco coloradito, con pecas, y me empezaron a decir que me parecía al dibujito”, recordó en su momento, haciendo referencia al personaje de la serie animada “Mi Familia es un Dibujo”.

Su periplo en Europa no arrancó de gran manera. De hecho, no fue hasta hace unos años que logró acomodarse. La oportunidad no llegaba y salió a préstamo en diversas ocasiones. Tuvo que esperar tres años para debutar. En mayo de 2012, jugando para el Oxford United de la tercera división, jugó su primer duelo. Pasó por Sheffield Wednesday, Rotherham, Wolverhampton, Getafe y Reading.

En 2020 vendría su oportunidad en el cuadro londinense. Brend Leno se lesionó y Martínez aprovechó el momento que tanto estaba esperando. Había jugado poco y nada, pero no pareció pesarle su tan ansiada titularidad con el Arsenal. A pesar de esto, dejó el club. Fue traspasado por 21 millones de euros al Aston Villa, equipo con el que debutó tapando un penal.

Ese mismo año llegó su llamado a la Albiceleste, pero su debut no fue hasta junio de 2021. Su inclusión fue discutida, pero de ahí en adelante no soltó más el arco de la selección argentina. Ahora, Martínez disfruta del mejor momento de su carrera. Su rol en el elenco sudamericano es trascendental. Por fin, tras años de búsqueda, encontraron en el Dibu un arquero a la altura de las circunstancias.

Emiliano Martínez
Martínez con la camiseta del Aston Villa. Foto: Tim Goode/Pool via AP)

De Rusia a Qatar

La vida cambia demasiado en cuatro años y Martínez claro que lo sabe. En 2018, el arquero viajó a Rusia, pero no formando parte del plantel dirigido en ese entonces por Jorge Sampaoli, sino que como hincha. Dibu, como uno más en las tribunas, fue testigo de la eliminación de Argentina en manos de Francia. En la siguiente cita planetaria, la suerte sería otra. El destino tenía planeado otra cosa.

Luego de que la Albiceleste superara a Croacia y sellara su paso a la final, Ale Martínez, hermano del futbolista, publicó la foto en sus redes sociales con un potente mensaje: “¡4 años atrás en Rusia juntos! ¡Donde dijimos que ibas a atajar! ¡Y acá estamos, yo del mismo lado y vos cumpliendo el sueño en el lugar que te corresponde!

Evoluciona tanto, que quienes crean saber todo de ti, tengan que conocerte de nuevo ¡VAMOS ARGENTINA!”, sentencia el mensaje subido a Instagram.

Envuelto en la polémica

Independiente de su rendimiento, la figura de Dibu Martínez genera tanto adeptos como contrarios. El fanatismo en Argentina está creciendo, aún más con sus destacadas actuaciones en Qatar. Sin embargo, quienes lo han sufrido parecieran no estar tan contentos con su controversial comportamiento.

El meta asume el protagonismo afuera y dentro de la cancha. No le teme, no le complica. Su primer polémica ocurrió en la Copa América de 2021, cuando sus palabras en la tanda ante Colombia se hicieron viral. El silencio ante la ausencia del público debido a la pandemia permitió escuchar con claridad el discurso previo a cada lanzamiento de los jugadores cafeteros.

Te como hermano, lo siento pero te como”, “Estás nervioso, te estás riendo porque estás nervioso. Te lo atajo, mirá que te como” y “Te voy a esperar, eh, tenés miedito”, fueron las célebres frases ese día. Argentina ganó el encuentro y la estrategia psicológica dio la vuelta al mundo, sumando seguidores y detractores. Fiel a su estilo, Martínez continuó con el histrionismo. Copa América, Eliminatorias y ahora la Copa del Mundo fueron testigos. Incluso en esta última, en una muestra clara de su personalidad, se tiñó el pelo con la bandera de su país.

Un nuevo capítulo llegó en los cuartos de final de la cita planetaria, ante Países Bajos. El duelo estuvo marcado por la hostilidad entre argentinos y neerlandeses. Ahí, Dibu sería nuevamente figura tapando dos penales en la tanda ante los europeos. Tras los dimes y diretes provenientes de ambas escuadras, el meta selló su brillante actuación increpando a los jugadores rivales y aludiendo a sus atajadas: “¡I fucked you twice!”.

En la final nuevamente fue figura. Tuvo una intervención colosal cerca del cierre de la prórroga, evitando el tanto de Kolo Muani. Después, en los penales, tapó el remate de Coman y acercó a la Albiceleste al título. “Fue un partido de sufrir, lo teníamos controlado, pero vienen dos tiros y nos empatan. Una cosa que dijimos es que era el destino, que había que sufrir. Nos ponemos 3-2, nos cobran otro penal, lo meten, casi nos meten dos goles. Gracias a dios puese ese pie después”, señaló sobre la jugada en cuestión.

Pero la historia no finaliza ahí. En la ceremonia de premiación, donde fue galardonado como el mejor portero del certamen, tuvo un gesto poco decoroso, replicando lo que alguna vez hizo tras obtener el mismo premio en la Copa América.

No pudo haber un Mundial que haya soñado tanto como este. No tengo palabras. Tenemos la llave de la eternidad, seremos eternos porque lo logramos”, sentenció el meta tras el fin del duelo.

Este lunes, en tanto, justificó su celebración. “Lo hice porque los franceses me abucheaban. La soberbia conmigo no va”, explicó en diálogo con el medio La Red de Argentina.

Luego, agradeció el galardón y el título, diciendo que “dedico la copa a mi familia. Vengo de un lugar muy humilde, fui a Inglaterra muy joven. Se lo quiero dedicar a ellos”.

Querido por unos y odiado por otros. Sin dudas, una figura que genera debate. Mientras la discusión se realiza, Dibu Martínez festeja la obtención de la Copa del Mundo.

Emiliano Martínez
El polémico gesto de Martínez. Foto: REUTERS/Kai Pfaffenbach

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