En el nombre del abuelo: la historia familiar que inspiró 1917 de Sam Mendes
El filme del director británico ganador del Globo de Oro es un homenaje a su abuelo Alfred Mendes, quien combatió en la Primera Guerra Mundial. La nueva película del realizador de Belleza Americana y Skyfall se estrena el jueves en Chile.
"Es una tarea peligrosa", advirtió el oficial a cargo. "Puede que no haya retorno", agregó. Era octubre de 1917 y el fusilero británico Alfred Mendes, de 20 años y un metro 60 de estatura, se ofreció como voluntario para la misión: en medio de la neblina, la llovizna y el lodo, debía escabullirse en tierra de nadie, sortear a los francotiradores alemanes y llevar un mensaje de vida o muerte a otras compañías, en el frente belga.
Alfred Mendes (1897-1991) sobrevivió a la proeza, de hecho recibió una medalla por sus valerosos servicios en combate, pero no solía hablar de ello. Nacido en la isla de Trinidad, tras el fin de la Primera Guerra Mundial regresó a su hogar y desarrolló una trayectoria literaria en la que dejó huella de sus experiencias.
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Alfred Mendes, abuelo de Sam, director de 1917.[/caption]
De niño, el director británico Sam Mendes (1965) visitaba a su abuelo Alfred en Trinidad. Para él se trataba de un personaje extravagante, que cantaba ópera y comenzaba el día con un chapuzón en el mar. Otro detalle que llamaba la atención es que Alfred se lavaba obsesivamente las manos, durante largos minutos. Cuando Sam Mendes le preguntó a su padre la razón de ello, la respuesta cambió su visión del abuelo: "Recuerda el barro de las trincheras durante la guerra".
Entonces los nietos comenzaron a preguntarle a Alfred por sus aventuras en la guerra, y el abuelo, que no le contó a sus hijos, les habló de historias cruzadas por los caprichos del azar. En lugar de cuentos de valor y heroísmo, les contó sobre "la suerte que tenía de estar vivo mientras que su mejor amigo había muerto disparando a su lado", recuerda Sam Mendes. O aquella vez que cargaba a un herido y al bajarlo en la trinchera, ya estaba muerto: había recibido una bala dirigida a él.
Esas historias son la materia prima de 1917, la nueva película de realizador británico, gran triunfadora de los Globos de Oro y que este jueves llega a salas chilenas, dedicada precisamente a su abuelo. "Una de esas historias que nos contó era sobre él llevando un mensaje a tierra de nadie, y ese fragmento de historia fue el inicio, lo que me hizo decir 'esta historia quiero contar'", dijo el director en España.
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Sam Mendes en rodaje de 1917.[/caption]
Ambición
Formado en la Universidad de Cambridge, Sam Mendes (1965) comenzó su trayectoria vinculado al teatro. Trabajó para el Covent Garden y dirigió exitosas versiones de Cabaret y Oliver! Su debut en el cine fue con Belleza americana, en 1999, premiada con el Oscar. Tres años después convenció a Paul Newman de volver al cine en Camino a la perdición, con Tom Hanks. Dirigió a Kate Winslet, con quien estuvo casado hasta 2010, y a Leonardo DiCaprio en Vía Revolucionaria (2008).
Tras realizar dos filmes de la saga Bond (Skyfall y Espectro), y luego de la votación del Brexit, Mendes volvió a las historias de su abuelo. "Me temo que los vientos que soplaban antes de la Primera Guerra Mundial están soplando de nuevo", le dijo a The New York Times. "Hubo una generación de hombres que luchaban por una Europa Libre y unificada, que haríamos bien en recordar".
En el filme Mendes narra la historia de dos soldados jóvenes y anónimos que deben llevar un mensaje desde la trinchera a un batallón para evitar una masacre. La singularidad de la película es que está filmada como si fuera un solo plano secuencia y ocurriera en tiempo real. Toda una proeza y un logro técnico y artístico. "Hubo momentos en que pensé: 'Estoy usando cada fibra de todo lo que sé sobre teatro y cine combinados'", dijo el realizador.
La filmación comenzó en abril en Inglaterra y la película estuvo terminada a fines de noviembre. La recepción de la crítica ha sido mayoritariamente elogiosa.
"Quizás ninguna película pueda capturar la enormidad de esa guerra, que dejó 17 millones de muertos y generaciones en duelo. El director Sam Mendes toma sabiamente el enfoque opuesto, personalizando la experiencia a través de dos jóvenes soldados británicos enviados en una desgarradora misión de alto riesgo durante la noche, crea una película que es tensa, estimulante y profundamente conmovedora", comentó la BBC.
Pero así como The Guardian la llamó la película "más ambiciosa y apasionada" de Mendes y Variety la consideró uno de los mayores logros cinematográficos de 2019, The New York Times la percibió demasiado calculada en su destreza visual.
Lo que al parecer es irrebatible es que 1917 es un filme con hambre de grandeza: "Los directores debemos ser ambiciosos y hacer películas que quieras ver en una sala de cine", comenta el realizador.
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