Encuesta Descifra: Principal giro del gobierno de Boric es haber asumido una posición crítica frente al estallido social

El 36% de los entrevistados en la última encuesta Descifra -una alianza entre Artool y Copesa- dieron el primer lugar al cambio de opinión del Presidente sobre los hechos ocurridos en octubre de 2019. Le siguieron el haber renunciado a la refundación de Carabineros y, en tercer lugar, decretar estado de excepción en la Araucanía.
Son varios los giros que el Presidente Gabriel Boric ha protagonizado a lo largo de sus tres años de gobierno.
Desde su mea culpa por las críticas a la gestión de la pandemia, el apoyo a la acusación constitucional al exministro Raúl Figueroa por buscar abrir los colegios en medio de ésta, y sus duros juicios al expresidente Sebastián Piñera, entre otros.
Al borde de cumplirse el tercer aniversario de gobierno -y cuando le resta sólo un año de administración-, una encuesta realizada por Descifra -una alianza estratégica entre Copesa y Artool- titulada “Evaluación y proyección del gobierno en su último año” indagó en cuáles son, a juicio de los entrevistados, las principales volteretas del Mandatario.
Junto con dar cuenta de una marcada desaprobación a la gestión de Boric, la valoración de la agenda laboral como su principal legado, y la figura de la exministra Carolina Tohá como la carta continuadora del gobierno, el sondeo consultó respecto de cuál ha sido el principal giro del Gobierno respecto de su programa original y discurso de campaña.
Las respuestas fueron categóricas.
Para los encuestados, el principal giro es haber asumido una posición crítica respecto al estallido social y al rol que tuvieron en ese momento como oposición con un 36% de los resultados.
En segundo lugar, le sigue el haber renunciado a la refundación de Carabineros (29%) y militarizar La Araucanía decretando y manteniendo el estado de excepción (26%).

El estallido del oficialismo
En octubre de 2019, en medio del estallido social, desde otros frentes de la política, quienes lideran hoy el gobierno asumieron una postura crítica al entonces gobierno del expresidente Sebastián Piñera, incluso pidiendo su renuncia.
El presidente Gabriel Boric era diputado, fue parte de las manifestaciones en la Alameda y de hecho en octubre de 2019 publicó en su cuenta de X: “Estoy en Plaza Italia y hay militares con armas de guerra. Que pretende el gobierno! Basta!!!! Todas las fuerzas sociales y democráticas debemos oponernos a la militarización de la ciudad”.
El actual mandatario también fue parte del acuerdo por la Paz Social y nueva Constitución, que se firmó un mes después del estallido, por lo cual fue pasado al tribunal supremo de su entonces partido, Convergencia Social. Y tanto él como sus entonces parlamentarios más cercanos -Camila Vallejo, Giorgio Jackson, Karol Cariola, entre otros- apoyaron y empujaron acusaciones constitucionales en contra de Piñera y de sus ministros, como Andrés Chadwick, titular de Interior, quien terminó siendo acusado en diciembre de 2019.
Pero desde que el mandatario asumió el poder, sus discursos han cambiado.
“El estallido no fue una revolución anticapitalista y tampoco, como han querido instalar en los últimos días, fue una pura ola de delincuencia. Fue una expresión de dolores y fracturas de nuestra sociedad, que la política, de la cual somos parte, no ha sabido interpretar ni dar respuesta”, dijo Boric en 2022, cuando se cumplieron 3 años del estallido. Pero condenó claramente los hechos de violencia que se dieron en esos días. “Desde la izquierda debemos ser más categóricos que nadie al poner un dique a esas conductas, en enfrentarlas sin complejos, denunciarlas y castigarlas (…) No podemos construir un país más justo quemando los buses en los que se transportan los ciudadanos, o dejando a personas sin semáforos para cruzar la calle, o a los emprendedores y trabajadores sin su fuente de ingreso. Simplemente no es aceptable”, afirmó.
En febrero de 2024, en el funeral de Estado del expresidente Piñera, Boric fue más allá. “Algunos han recordado que fuimos adversarios políticos. Es cierto, él tuvo un estilo de ejercer la autoridad, que no es el mío. Defendió ideas diferentes a las de nuestro sector y también tuvo una interpretación del estallido social del 2019, que fue diferente a la mía y actuó en ocasiones de una manera con la que discrepé, pero usando siempre, repito, siempre los mecanismos de la democracia y la Constitución”, dijo Boric en su discurso en el Congreso.
“Valoro particularmente que haya sido él quien haya solicitado el informe de la ONU respecto a las denuncias de las graves violaciones de los derechos humanos que se produjeron en ese periodo”, aseveró. “Uno como oposición, como ha sucedido otras veces en nuestra historia en medio de la vorágine política, durante su gobierno las querellas y las recriminaciones fueron, en ocasiones, más allá de lo justo y razonable”.
Estas últimas aseveraciones le trajeron problemas con el ala izquierda de su gobierno, desde donde diputadas del PC incluso acusaron de “una forma de negacionismo”. Tanto así, que la ministra vocera Camila Vallejo debió salir a aclararlas. "
“Es evidente que hemos tenido diferencias políticas con el gobierno del expresidente Sebastián Piñera, que sostenemos hasta el día de hoy. Pero eso no nos impide ser capaces de reconocer algunos elementos de su gestión o de su liderazgo. Una cosa no quita a la otra, tan simple como eso”, sostuvo. La vocera agregó que durante la administración de Piñera “hubo graves violaciones a los derechos humanos, hoy día además la justicia tiene un rol y nosotros no solo ponemos sobre la mesa y recordamos que hay cuatro informes que constatan que hubo violaciones a los derechos humanos en el contexto del estallido social, además está la confianza en el Poder Judicial para que haga su trabajo respecto a eso”.
“Así como tenemos nuestras propias posiciones políticas, también está el trabajo de la justicia. Y las querellas, insisto, no son solo judiciales, tienen que ver con la incordia y la autocrítica que el presidente ha hecho en varias oportunidades, y ha sido en varias oportunidades (...). Cuando pedimos a la oposición ser más constructiva, le hemos dicho que tenemos que partir por casa, reconociendo cuando también hubo excesos en las críticas políticas. Pero eso no quiere decir que se borran todas las críticas políticas a las gestiones anteriores”, complementó.
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