Entre la espada y la pared: censura de Kaiser contra Cariola enreda a la derecha e instala cuota de suspenso
A pesar de que los jefes de bancada de la UDI, RN, Demócratas y el Partido Republicano tomaron con distancia la arremetida del legislador de derecha, patrocinada por los socialcristianos, en la oposición ven poco margen para rechazar la solicitud de destitución que se votará este miércoles.
Minutos después de que se diera cuenta oficialmente del ingreso de una censura (una solicitud de destitución) en su contra, este martes en la mañana, sorpresivamente, reapareció en la sala la presidenta de la Cámara, Karol Cariola (PC), quien había presentado una licencia médica debido a un fuerte cuadro gripal.
Con una mascarilla negra y notoriamente congestionada, Cariola, quien además está en período de embarazo, reasumió sus funciones, a pesar de que inicialmente esta semana no iba a asistir al Congreso.
Sin embargo, la ofensiva en su contra, que afecta también a los vicepresidentes de la Cámara, Gaspar Rivas (independiente) y Eric Aedo (DC), la obligó a interrumpir la licencia.
En todo caso, la censura, levantada por el diputado Johannes Kaiser (ind. exrepublicano) y patrocinada por la jefa de comité del Partido Social Cristiano (PSC), Francesca Muñoz, fue recibida por incomodidad por las otras bancadas de derecha.
Mayoritariamente había consenso en que la acción no tenía sustento jurídico ni reglamentario. La presentación ideada por Kaiser, para “reclamar la conducta de la mesa”, se basaba exclusivamente en las declaraciones de Lautaro Carmona, presidente del Partido Comunista (PC), quien en una entrevista en TVN dijo que el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela “no es una dictadura”.
Esa afirmación salpicó a los militantes comunistas del gabinete de gobierno y de la Cámara, entre ellos Cariola, que no comparten las afirmaciones de Carmona. De hecho, su forma de expresar su discrepancia con el jefe partidario ha sido decir que respaldan lo obrado por el Presidente Gabriel Boric, quien calificó al régimen venezolano como una “dictadura que falsea elecciones”.
Pese a ello, Kaiser sostiene que es insostenible que una legisladora que milita en el PC presida la Cámara, debido a que esa colectividad oficialmente no ha expresado una condena al régimen de Maduro.
El problema es que en la misma derecha ven poco margen para rechazar esa censura, aun cuando no compartan la argumentación del exrepublicano y consideren que Cariola ha tenido un ejercicio ecuánime desde la testera.
En Chile Vamos, por ejemplo, recuerdan que en enero de 2023 sus diputados votaron en contra de una censura de Cariola, cuando presidía la Comisión de Constitución, impulsada por el republicano Luis Sánchez, molesto porque supuestamente la legisladora comunista no le había permitido interactuar con expertos invitados a una sesión en la que se discutía la habilitación de nuevo proceso constituyente.
Esa moción solo tuvo el apoyo de Sánchez, pero los parlamentarios de RN (Diego Schalper y Andrés Longton) votaron en contra, mientras que los de la UDI se restaron de la sesión. Esa derrota derivó en un altercado y en una fuerte presión en redes sociales. Entonces, Schalper (RN) fue el principal emplazado y fue objeto de críticas durante varias semanas por haber dado su apoyo a una “comunista”.
A partir de ese incidente, Chile Vamos ha optado por tener mayor cautela, admitiendo que sus parlamentarios han pasado malos ratos por votaciones que de alguna forma favorecen a la izquierda, precisamente por los emplazamientos y “funas” de legisladores republicanos, socialcristianos e independientes.
La jefa de bancada de RN, Ximena Ossandón, afirmó que “sería muy difícil votar a favor una acusación de este tipo”, pero puntualizó que no puede “tomar la bandera de toda la bancada de Renovación Nacional, porque insisto, no hemos leído cuáles son las causas”. “Viendo la conducción que Karol Cariola ha tenido, me parece que estamos desviando un problema que es del gobierno, porque el Presidente Boric sí que tiene un problema, porque tiene un discurso que es absolutamente pro democracia, pro derechos humano, y él sí tiene contratadas a personas que no han sido electas democráticamente y que estarían avalando la posición de su partido”, añadió.
Si bien el lunes el jefe del comité UDI, Gustavo Benavente, había dado piso a la presentación, este martes fue más cauto. “En primer lugar, nosotros no presentamos la censura, nosotros decidimos no presentar la censura, la evaluamos y creemos que hoy día hay otros temas más urgentes en Chile que preocuparnos de una censura. Eso independiente de cómo lo vayamos a votar en la sala, en que hay libertad de acción para los diputados de la UDI”, sostuvo.
El jefe de bancada de los republicanos, Stephan Schubert (indep.), dijo que “la censura se presentó el día de ayer, nosotros aún no la hemos revisado, la vamos a revisar, esa censura no está firmada por nosotros, no somos quienes la han impulsado, por lo tanto, la vamos a analizar y vamos a votar en conciencia. Nosotros presentamos la censura anterior, nuestro deseo siempre fue que esta mesa no asumiera por los motivos señalados en esa oportunidad, que nosotros creemos que hay una legitimidad de origen”.
Para los republicanos, en todo caso, hay otra variable interna. Kaiser, quien pretende postular a la Presidencia de la República, es una rival directo en el mismo espacio electoral del líder partidario, José Antonio Kast, por lo tanto, no es fácil para sus diputados darle un triunfo a un eventual competidor en la presidencial.
En la bancada Demócratas, Amarillos e independientes también ven con reticencia la solicitud contra Cariola y sus vicepresidentes. Sin embargo, también admiten que es complicado votar a favor de la legisladora comunista. En todo caso, uno de sus integrantes, Andrés Jouannet consideró como una “payasada” la censura.
En Evópoli, por su parte, transmiten que probablemente votarían divididos.
Si bien a priori esa misma resistencia que hay en la misma oposición augura que no habría votos para aprobar la censura, la votación se realizará este miércoles a primera hora; por lo tanto, otro factor a considerar es la disciplina del propio oficialismo, cuyos legisladores tienen un mal registro en términos de puntualidad a las sesiones.
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