Eric Campos, secretario general de la CUT: “Vamos a impulsar el diálogo con el gobierno, pero si se nos niega eso: movilización”
Aunque el dirigente dice que sí ha habido algunos avances, tiene un balance crítico de la administración del Presidente Boric y advierte que eso está configurando un escenario de malestar social. "Tenemos un gobierno que se corre cada vez más al centro, que plantea ideas más vinculadas a la derecha para buscar votos que nunca van a llegar", acusa. Además, cuestiona las citas de ministros en la casa de Pablo Zalaquett.
El secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Eric Campos, es uno de los rostros del XIII Congreso de dicha entidad, denominado “José Luis Figueroa Jorquera”, en honor al exdirigente sindical y padre de la hoy secretaria general del PC, Bárbara Figueroa.
Campos, quien también integra el comité central del Partido Comunista, realiza una dura crítica al gobierno del Presidente Gabriel Boric por el modo en el que este se ha relacionado con el mundo sindical, y advierte que se está generando un descontento social.
Además, cuestiona la reforma previsional que lidera la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, y las reuniones que ha sostenido parte del gabinete del Mandatario en la casa del lobbista Pablo Zalaquett.
El mundo sindical ayudó al Presidente Gabriel Boric durante su campaña. Hoy pareciera que no han sido muy tomados en cuenta por el gobierno. ¿Cuál es la impresión que tiene al respecto?
Nosotros llamamos a votar por Gabriel Boric, primero, porque entendemos que es un gobierno que se autodenomina progresista, porque su propuesta era mucho más cercana a los trabajadores que la de José Antonio Kast. Puesto frente a dos alternativas, nos parecía que Boric era una oportunidad. Si bien este gobierno ha avanzado en políticas públicas laborales bien importantes -como las 40 horas, los $500.000-, al Presidente Boric y a su gobierno les ha faltado diálogo social con las organizaciones sindicales y sociales. Los sindicatos y las organizaciones sociales no podemos ser un corpóreo en la foto de un lanzamiento de política pública. Nosotros tenemos que estar en la mesa y lo que hemos visto en los últimos días, más bien en los últimos meses, es que tenemos un gobierno que se corre cada vez más al centro, que plantea ideas más vinculadas a la derecha para buscar votos que nunca van a llegar para aprobar sus reformas. Ese proceso nos parece preocupante, sobre todo cuando no se hace sentando a la mesa el sindicalismo.
¿Se han sentido utilizados?
No. Yo creo que hay un desconocimiento de parte del gobierno, una falta de interés al parecer, en sentar a la mesa de la discusión de políticas públicas a la CUT como principal central de trabajadores y trabajadoras del país. Hay un problema en el diseño de diálogo, y evidentemente es un gobierno que en materia de diálogo social conoce menos que otros gobiernos.
¿Y quién podría ser el culpable de esto?
Más que una responsabilidad personal, aquí hay una actitud en general del gobierno de no establecer contrapartes en el movimiento social. Es bien contradictorio porque este es un gobierno que en general sus principales cuadros provienen del movimiento social, particularmente del movimiento estudiantil, pero en mi opinión esa experiencia no basta para relacionarse con los actores del trabajo.
Usted dice que no han sido involucrados…
Yo diría que parcialmente hemos sido involucrados en algunos temas (...). Yo los veo mucho más reunidos con el gran empresariado, incluso a pesar del rol de oposición abierta a este gobierno.
En la CUT han planteado que hay cambios sociales pendientes. ¿Cuáles son estos?
Principalmente en materia de condiciones de vida concretas. Creo que hay una cuestión pendiente, urgente, que es el tema de las pensiones. Es evidente que en materia sindical está pendiente la negociación colectiva ramal, que no es un fetiche del sindicalismo. Recuerde usted que el propio Boric candidato señaló incluso la necesidad de avanzar en comités de empresas como lo hacen en Alemania. Y de eso nunca más se escuchó hablar ni siquiera en las empresas públicas.
¿Qué podría ocurrir si no se concretan estos cambios? Porque igual el candidato Boric prometió bastante…
Si bien llamamos a votar por Boric, la CUT no es del gobierno. Hay algunos cuadros del sindicalismo que militan en partidos de gobierno, pero eso en ningún caso quiere decir que nuestra función es congraciar al gobierno con la CUT. A nosotros nos moviliza el interés por concretar políticas públicas que mejoren las condiciones de vida de los trabajadores y las trabajadoras. Si eso no se cumple, es obvio y lógico lo que tiene que pasar. Y lo que va a pasar, es que nosotros vamos a impulsar el diálogo (con el gobierno), como siempre, pero si se nos niega eso: movilización. Nadie descubrió la pólvora, el sindicalismo se maneja con movilización y con diálogo. Pero es evidente que si este gobierno, y el sistema político, no avanza en reformas va a haber movilización. Las razones que originaron el estallido social no están resueltas.
¿El gobierno ha estado al debe en estos dos años?
El sistema político está al debe en materia de aprobación de reformas. Cuando la gente se moviliza, no se va a movilizar solo contra el gobierno, se va a movilizar contra el sistema político. Es cosa de mirar a nuestros vecinos, que el enojo no se traduce en un gobierno en particular o en una coalición en particular, es contra todo el sistema político.
¿Advierte que puede haber un segundo estallido, por ejemplo?
Es que, después de que nadie pudo predecir el primero, todos se apuran en predecir el segundo. Yo creo que, no sé de qué manera, se va a expresar en lo concreto lo que en mi opinión sí existe. Hoy en día hay una gran frustración social, y eso se va a traducir en enojo si no son resueltos los problemas que son fundamentales para la clase trabajadora, ya sean de capas medias o bajas.
¿Le gusta la nueva fórmula (3-2-1) del gobierno en materia previsional?
La reforma del gobierno está bien orientada, porque le mete la mano al sistema y, por otro lado, busca aumentar pensiones del presente y del futuro. En eso coincidimos. Nosotros creemos que el 6% debe ir, en su totalidad, al pilar solidario o al seguro social del que se está hablando. Esto de que los fondos deben ser de propiedad de los trabajadores, en realidad eso es un discurso de un sector de la derecha poco creíble, técnicamente insostenible, porque eso no va a permitir que suban las pensiones ni del presente, y está por verse si suben las pensiones del futuro. No nos queda tan claro el 1% para salas cunas. El problema de salas cunas se debe resolver con un financiamiento estatal, a cargo del empleador. Pero los fondos destinados para pensiones tienen que ser directamente para pensiones.
El gobierno y las fuerzas del oficialismo han estado agachando la cabeza un poco. Por ejemplo, en el PS se abrieron a esta lógica de la DC, el 3-3.
Espero que el excesivo pragmatismo de esas fuerzas no termine aprobando una reforma que precisamente haga lo contrario que tiene que hacer esta reforma, es decir, que consolide el peso de la industria de las AFP y que finalmente no logre subir sustantivamente las pensiones del presente y el futuro.
Quien lidera hoy en día la agenda de pensiones es la ministra Jara (PC). Ella ha estado en el centro de la polémica por sostener encuentros en la casa del lobbista Pablo Zalaquett, sin que quede registro. ¿Qué opinan de esto?
El gobierno tiene que fortalecer un aspecto débil de su política de diálogo, que es con los trabajadores y con el movimiento social. Segundo, a mí no me gustan las reuniones que ponen al centro la discusión de políticas públicas que buscan favorecer a la gran mayoría, no me gusta que se realicen en la casa de un lobbista, y menos de alguien como Zalaquett, que además estuvo involucrado en problemas vinculados a financiamiento de la política. Me parece que en la política la estética es fundamental. Y esto se ve feo, huele hediondo, y a mí no me gusta.
Varios han salido a criticar este tipo de citas. ¿Para usted esto es lobby?
Yo soy un dirigente sindical, desconozco las definiciones específicas de ciertas figuras, sobre todo de la administración, como el lobby. A mí no me gusta que ningún ministro ni ministra se reúna en la casa de alguien como Zalaquett, en una reunión que no sabemos de su contenido. Yo prefiero las conversaciones hechas de manera institucional.
¿La ministra Jara sigue siendo una interlocutora válida?
Esto no es un problema con la ministra Jara. Ella sigue siendo nuestra contraparte en el gobierno, la respetamos por esa condición y me parece que aquí tiene que haber una revisión total del gobierno, en los mecanismos que utiliza para relacionarse tanto con los empresarios, pero particularmente a mí me preocupa cuáles son los mecanismos que se utilizan para relacionarse con los trabajadores. La ministra Jara es la ministra del Trabajo, hasta que el Presidente Boric diga lo contrario.
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