En qué estaba Ampuero antes de la polémica migratoria

Ampuero
El canciller Roberto Ampuero, este viernes, en Washington. Foto: AgenciaUno

Hartos viajes y misiones concentradas en reforzar los nexos con países vecinos -sacar adelante tratados de libre comercio, por ejemplo- y una preocupación estratégica por Asia son los haberes que cuentan en la Cancillería, pese a la polémica migratoria. Pero el ministro sigue siendo visto como una autoridad de discreta presencia, y el último episodio endureció el juicio que tienen de él parlamentarios opositores que pensaban que había partido bien.


Han sido tales las críticas en su contra por el rechazo de la administración Piñera a firmar el Pacto Migratorio de la ONU, que esta semana varios de los antecesores de Roberto Ampuero rompieron la regla tácita de no cuestionar al canciller. La suya fue una semana ruda: fue al Congreso a dar explicaciones por el episodio (en el que se volvió a enredar ayer), y tuvo un respiro cuando el Senado homenajeó al equipo que estuvo a cargo de la defensa ante la demanda marítima boliviana, "el" hit diplomático del año. ¿En qué otros frentes se ha movido el ministro? ¿Llega a fin de año con un saldo a favor o no, más allá de polémica contingente?

De lidiar contra la etiqueta de inexperto (él mismo dijo al ser nombrado que "uno sabe de política internacional por la vida misma, por la lectura y la experiencia"), el escritor pasó a debutar en un esquema donde su jefe, el Presidente, concentraba las decisiones y conducción. En su equipo recalcan que pese a ello, este año el canciller ha gastado sus suelas tratando de que Chile deje de ser visto como un "mal vecino" en el barrio, reforzando acuerdos con los países vecinos, y ademas colocando todas las fichas posibles en Asia.

Eso, reconocen, sin soslayar la demasiado lenta nominación de embajadores pendientes. Al día de hoy todavía no hay titular en Francia -el asilo a Ricardo Palma Salamanca lo hizo más evidente-, pero en el Edificio Carrera indican que sólo están esperando el agreement de París. Y que si faltan otras plazas, es porque también dependen del beneplácito y no de decisiones en Santiago.

En el barrio, el último de los tratados de libre comercio suscritos en la región es el que vino a firmar hace pocas semanas el saliente mandatario brasileño Michel Temer. A la lista agregan los TLC con Argentina y Uruguay, aún en trámite legislativo para su ratificación.

Además, en una Sudamérica que vira hacia la derecha, en el equipo de Ampuero cuentan también a favor las gestiones para "convertir" a Ecuador, país donde también ha viajado. Allí el presidente Lenin Moreno rompió con su antecesor, Rafael Correa (hasta lo acusó de haber dejado instaladas cámaras ocultas en su despacho), dando la oportunidad a Chile para interceder y atraerlo al círculo de la Alianza del Pacífico. Colombia también ha sido destin, y próximamente se espera la visita del gobernante Iván Duque.

Priorizar el barrio, dicen en Cancillería, apunta al que señalan como uno de los objetivos de la cartera: hacer de puente entre la región y el Asia Pacífico.

El continente oriental ha sido otra de las prioridades de Ampuero, y ha viajado a esa zona al menos en dos ocasiones. La última fue para la Chile Week en China (junto al ahora controvertido embajador Eduardo Frei Ruiz-Tagle), y antes hizo una gira a ese mismo país y a Japón. En ambas plazas la apuesta es reforzar no sólo lazos comerciales, sino abrir otra agenda política y tecnológica.

Y aunque hace algunos meses el embajador en Beiijing, Luis Schmidt, se quejó de falta de personal y recursos en su legación -considerando la importancia estratégica de ésta-, en RR.EE. afirman que de momento no han ampliado significativamente el personal allá. También se ha querido marcar presencia en foros como la Asean, en Vietnam.

A Europa Ampuero ha ido dos veces. Una, la gira del Presidente Piñera que siguió al triunfo en La Haya y al visita a Estados Unidos, y otra previa que hizo él solo. Allí se trabaja en actualizar el acuerdo con la Unión Europea, y agregan en su staff que también están conversando con Londres para negociar un TLC independiente en cuanto se termine de concretar el Brexit.

Cambios en su equipo

Tanto viaje no le ha garantizado llegar a diciembre en buen pie. El episodio migratorio alimentó las críticas que ya había a su gestión. Los ex embajadores de la administración Bachelet lo ven "ausente", y que por primera vez desde el retorno a la democracia el Presidente de la República asumió la responsabilidad de explicar la política exterior de Chile.

Bachelet, al contrario de Piñera, le entregó al excanciller Heraldo Muñoz todas las facultades para señalar la posición de Chile en el exterior. Un ejemplo concreto de ello es que el ministro tuvo la exclusividad de la vocería frente al diferendo con Bolivia en Haya.

La conformación de equipos de Ampuero ha tenido baches. En la Cancillería reconocen que con la salida de Alfonso Silva de la subsecretaría (es embajador en Washington), el ministerio perdió a uno de los funcionarios más experimentados del edificio Carrera y a uno de los que mejor conoce la administración del ministerio. Su reemplazo, Carolina Valdivia, es reconocida como una abogada de alto nivel, pero hasta marzo estaba más enfocada en el trabajo del equipo de la Haya.

Hoy el gabinete del ministro está compuesto por Carlos Bonomo (jefe de gabinete), Diego Bunster, Andres Aguilar y Trinidad Saona. Recientemente se sumó al equipo Constanza López como directora de comunicaciones, un cargo nuevo que estaba considerado en el proyecto de modernización del ministerio.

"No sé con cuál imagen quedarme"

"Hasta hace pocos días tenía una muy buena opinión de él. Habíamos tenido una buena relación con él; habíamos trabajado bien el tema de Bolivia, con mucha disposición a consultar con los ministros, y nos hemos reunido varias veces con el comité de ex ministros de Relaciones Exteriores", reflexiona el ex canciller y senador de la comisión de RR.EE., José Miguel Insulza.

"Pese a que algunos otros han tenido una opinión distinta, de inexperiencia del canciller, la verdad es que tenía una buena evaluación", sigue, pero el caso migración "revela improvisación y una pérdida de peso de la Cancillería, afecta a la política exterior de Chile en lo sustantiva, en su conducta multilateral".

Para él, "no sé con cuál imagen quedarme: la de un canciller que estaba aprendiendo el trabajo y estaba desarrollando una buena relación y tratando de abrir una política de Estado, o un canciller en una Cancillería desorganizada, con poco peso, que no responde por las cosas que ha hecho; que hace hablar al Presidente una cosa en septiembre, y hace que el subsecretario cambie eso mismo en diciembre".

Tampoco es benevolente su par PPD Ricardo Lagos Weber, quien le reconoce que "partió con el favorable fallo de La Haya y luego siguió con el proceso de modernización de la Cancillería. Se han firmado varios acuerdos comerciales que venían negociándose de administraciones anteriores".

"Sus puntos débiles", enumera,  "estuvieron al no imponerse en el gabinete y lograr convencer al Presidente que se debía firmar el tratado de Escazú. Luego vino lo de Francia, cuando se acoge el asilo a Palma Salamanca, donde se notó que la Cancillería solo siguió el proceso judicial y no se preocupó de los otros organismos. Se cierra el año con el rechazo a firmar el pacto migratorio".

Lagos Weber sí destaca que "no ha tenido una mala relación con el Parlamento, pero estas últimas actuaciones han ensombrecido el desempeño de su cargo".

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