¿Extremos en qué? ¿En sus opiniones? ¿En sus votaciones?
Aquí quisiera compartir un camino alternativo para dimensionar cuán extremos son en realidad ambos candidatos. Lo primero es recalcar que ser o no ser un extremo es siempre respecto de algún punto de referencia. Y el punto de comparación que propongo son sus pares (actores políticos) en dos contextos diferentes.
A medida que la carrera presidencial llega a sus horas finales la polarización en el debate público ha ido en aumento y los llamados a los indecisos a estar en “el lado correcto de la historia” se intensifican. La radicalización de posturas ha desvanecido todo intento de racionalidad o deliberación en el debate público, al punto que los grupos más exaltados de partidarios de Kast y Boric se muestran crecientemente indignados frente a la sola existencia de sus adversarios.
En ese contexto, uno de los temas que se han instalado es que los candidatos serían representantes de extremos, de forma tal que para muchos ciudadanos la interrogante frente a la urna ha pasado a ser cuál extremo es el que les incomoda o al que le temen menos.
Pero ¿extremos en qué? Una forma natural de responder a esta pregunta es revisar sus planes de gobierno. No obstante, ha sido tal el pragmatismo desplegado por ambos candidatos en la segunda vuelta al borrar con una mano bastante de lo que habían escrito con la otra, que los contenidos de los programas han perdido peso específico: mirando sus programas se hace difícil saber cuál será el camino que de verdad intentará recorrer aquel que llegue a La Moneda, si el que prometió antes de la primera o el que abrazó antes de la segunda vuelta. Otra alternativa es revisar sus declaraciones pasadas. Pero, debido a que ambos tienen en su currículum expresiones que para muchos podrían ser consideradas extremas mientras que para otros no, hay un riesgo de introducir nuestros propios sesgos al juzgar a partir de esa evidencia.
Aquí quisiera compartir un camino alternativo para dimensionar cuán extremos son en realidad ambos candidatos. Lo primero es recalcar que ser o no ser un extremo es siempre respecto de algún punto de referencia. Y el punto de comparación que propongo son sus pares (actores políticos) en dos contextos diferentes.
El primer contexto es el período 2014 al 2018, en que ambos compartieron como miembros de la Cámara Baja y junto al resto de los diputados y diputadas votaron en múltiples proyectos de ley. Para ello, extraje desde el sitio web de la Cámara de Diputados y Diputadas todas las votaciones en el pleno en dicho período. En total obtuve un registro de 4.472 votos. Con esos datos estimé las preferencias ideológicas de cada legislador del período (detalles de los métodos utilizados los pueden ver aquí o aquí). El resultado lo resumo en el gráfico 1 que presenta un histograma con la distribución ideológica de izquierda a derecha de los parlamentarios. Se destacan las posiciones de Boric y Kast y de algunos de sus colegas que sirven como puntos de referencia. De acuerdo con este gráfico, la posición ideológica de Kast era más alejada de posiciones moderadas que la de Boric. De hecho, Boric aparece en una posición más bien centrada dentro del conjunto de la izquierda y la centroizquierda.
Gráfico 1 – Distribución ideológica de la Cámara Baja 2014-2018
El segundo contexto es el que les va a tocar enfrentar en la misma cámara en el evento de que sean elegidos presidente. Para ello, hice uso de los resultados del Match Electoral de La Tercera. A diferencia del anterior, en este contexto, lo que se compara son opiniones antes de la primera vuelta. Detalles aquí. El resultado lo resumo en el gráfico 2. Lo primero que se debe destacar es que la distribución ideológica entre derechas e izquierdas es más pareja, tal como era esperable a juzgar por el resultado electoral de los pactos parlamentarios. En este nuevo contexto, sin embargo, ambos aparecen con posturas más extremas. Aunque Boric ligeramente menos que Kast.
Gráfico 2 – Distribución ideológica proyectada para la Cámara Baja 2022-2026
En suma, los datos confirman que se trata de dos posturas que hoy se ubican en los extremos en materia de opiniones en materias públicas respecto de quienes conformarán la Cámara de Diputados a partir de marzo, pero sólo Kast se ha mantenido en ese lugar en el tiempo. Podría decirse que Kast es de una sola línea. Una línea dura. En cambio, Boric muestra mayor flexibilidad. Para algunas personas la consistencia del primero da más confianza; para otras, esa confianza la otorga la flexibilidad del segundo, ¿y para usted?
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