Federación de partidos: la eterna fórmula de emergencia que ideó Lagos y que han promovido Girardi y Elizalde

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Si bien la figura para unificar a las distintas fuerzas de centroizquierda ya no es la misma fórmula que planteó el expresidente en 1987, a través de un partido instrumental, la idea que se viene conversando va más allá de ser una mera bancada en el Congreso o una coalición político electoral, como el actual Socialismo Democrático, cuyo carácter es transitorio o coyuntural. Esta opción cobró nuevamente fuerza tras las elecciones de constituyentes y fue discutida en el consejo nacional del PPD del sábado.


Un partido amplio que vaya del centro a la izquierda es una idea que viene rondando por lo menos de 1983, en momentos que era necesario articular a toda la oposición en contra de Augusto Pinochet.

Uno de los promotores de esa idea era Ricardo Lagos Escobar, quien al fundar el Partido por la Democracia (PPD), en 1987, junto a otros dirigentes políticos, lo concibió como una herramienta política de unidad.

“Haremos de este partido el instrumento para reconquistarla (la democracia)... Estamos aquí, hombres y mujeres de la derecha, del centro y de la izquierda de Chile, como ciudadanos cuyo único propósito es ganar la democracia... El camino para ganar la democracia es claro: inscribirnos en los registros electorales y organizarnos a través del PPD para impedir el fraude, para actuar en nombre de Chile y defender nuestro voto”, dijo Lagos en su discurso al presentar a la nueva tienda.

Ese impulso motivó a un grupo amplio de figuras políticas, desde exmilitantes comunistas (como María Maluenda), hasta exdemocratacristianos (como Vicente Sota), ingresaran al nuevo partido.

Incluso, en sus inicios, el PPD operaba como una federación, pues permitía la doble militancia. Sin embargo, tras la reunificación del PS -que estaba dividido entre las corrientes de Ricardo Núñez, Jorge Arrate y Clodomiro Almeyda-, las nuevas autoridades socialistas obligaron a escoger. Algunos dirigentes como Carlos Montes y José Antonio Viera-Gallo, quienes fueron elegidos diputados en 1989 como militantes del PPD, renunciaron a la emergente colectividad. Por su parte, otros como Lagos, Sergio Bitar y Guido Girardi se quedaron en la nueva tienda política.

No obstante, cada cierto tiempo la idea de volver a una articulación mayor vuelve al debate político.

Durante el gobierno de Lagos, entre 2000 y 2006, algunos parlamentarios cercanos al Mandatario intentaron reactivar esta discusión. Entre ellos figuraban los entonces diputados Fulvio Rossi (PS) y Carolina Tohá (PPD), actual ministra del Interior. La fórmula que se proponía entonces era un nuevo Partido Socialdemócrata.

Tras la derrota que sufrió la Concertación en las elecciones presidenciales de 2009, lo que permitió a Sebastián Piñera asumir por primera vez en La Moneda, el expresidente Lagos arremetió de nuevo con su idea. En enero de 2012, en una carta enviada al consejo nacional del PPD, volvió a sugerir la fundación de un solo gran partido, que aglutinara dicha colectividad, al PS y al PRSD.

Nuevos actores

Si bien la posibilidad de volver a ser parte de un proyecto colectivo con otras fuerzas de centroizquierda cobró fuerza tras el magro resultado de las últimas elecciones de consejeros constitucionales (donde el Partido por la Democracia, por primera vez en su historia, no logró elegir representantes en una instancia política colegiada), esta nueva discusión lleva por lo menos cuatro años de maduración.

La gran diferencia es que ahora son otros actores los que están promoviendo esta reflexión.

De hecho, la conformación del actual Socialismo Democrático, grupo que reúne a socialistas, liberales, radicales y pepedés, fue una manifestación de esas conversaciones protagonizadas en el período parlamentario anterior por el entonces senador Girardi y su par socialista, Álvaro Elizalde, quien presidía en esa época al PS.

“Trabajaremos por fortalecer el espacio de coordinación del socialismo democrático”, dijo, en diciembre de 2020, Elizalde tras encabezar una reunión del comité central, donde propuso la nueva política de alianzas del PS.

En esos diálogos también participaron otros actores políticos como el exdiputado y expresidente radical Alberto Robles. Según algunos dirigentes oficialistas en esas tratativas también llegó a participar el excandidato presidencial, Marco Enríquez-Ominami (ME-O). Incluso algunas de esas reuniones se realizaron en la casa de ME-O, quien al lanzarse nuevamente a la carrera presidencial finalmente terminó desahuciando esos acercamientos.

Pese a ello, Girardi y Elizalde lograron montar una nueva articulación política con el Socialismo Democrático, que primero se constituyó como una gran bancada de diputados y senadores en el Congreso tras las elecciones parlamentarias de noviembre de 2021. Luego, de cara a la segunda vuelta presidencial, en diciembre de ese año, esta coordinación derivó en una incipiente coalición para generar una base de apoyo más amplia al gobierno de Gabriel Boric.

La idea de promover una nueva alianza del sector, a través de una orgánica distinta y complementaria a los partidos, fue planteada este sábado en su discurso ante el consejo nacional por la presidenta del PPD, Natalia Piergentili, y por otros dirigentes como Girardi.

Si bien la figura para unificar a las distintas fuerzas de centroizquierda ya no es la misma fórmula que planteó Lagos en 1987, a través de un partido instrumental, la idea que se viene trabajando es la de una federación de partidos que tendría una directiva propia. Este mecanismo va más allá de ser una mera bancada en el Congreso o una coalición político electoral, como el actual Socialismo Democrático, cuyo carácter es transitorio o coyuntural.

Aunque ahora la opinión de Elizalde depende de lo que se acuerde en el seno del comité político de La Moneda, el actual titular de la Secretaría General de la Presidencia recibió hace dos semanas a un grupo de diputados de colectividades “chicas”, que veían con preocupación la nueva norma constitucional que ponía en riesgo su continuidad. En subsidio, le propusieron al ministro avanzar en una reforma que permita a los partidos federarse para poder conformar una orgánica mayor. En la ocasión, Elizalde se comprometió a estudiar la iniciativa.

La ventaja, sostienen en el PPD, es que ello permitiría a las distintas fuerzas del progresismo coexistir y mantener su identidad. De hecho, uno de los momentos que causó más furor en el consejo nacional del partido fueron los discursos que remarcaban su negativa a irse a militar al PS, desahuciando la continuidad del PPD.

A juicio de Girardi, el progresismo necesita “construir visiones comunes” para cambiar la discusión social y ofrecer una alternativa a la demanda de seguridad.

“En tiempos de tormentas para el planeta, debemos tener visiones comunes para que todos rememos en la misma dirección. A escala de país, necesitamos un acuerdo con la derecha, justamente para cerrarle el paso a los populismos y a los autoritarismos, que pueden ser de izquierda o de derecha, pero que igualmente degradan la convivencia democrática”.

“También dentro del Socialismo Democrático, por eso, estamos planteando la federación con el Partido Socialista, con el Partido Liberal, con el Partido Radical, con ojalá el Partido Regionalista Verde (FREVS) y otros para poder colaborar de mejor manera a este gobierno”, sostuvo el exsenador.

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