Frédéric Chambert: tres temporadas, Filarmónica de Viena y una gran deuda

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El ejecutivo francés, quien deja la dirección del Teatro Municipal en noviembre, alcanzó a diseñar tres temporadas, donde encargó una ópera y un ballet chilenos. En su gestión la deuda escaló a siete mil millones de pesos, se trajo a la Filarmónica de Viena y se transmitieron obras en streaming.


A diferencia de las programaciones del 2018 y 2019, para el próximo año hay más bien títulos "calados". Es decir, óperas con poder de convocatoria, un poco en concordancia con las difíciles circunstancias económicas que atraviesa el Teatro Municipal. Entre ellas están Lucia Di Lammermoor de Gaetano Donizetti, un clásico del bel canto; La flauta mágica de  Mozart, ópera inoxidable y una de las pocas que puede ser vista por menores sin caer en el aburrimiento; El holandés errante, la más corta y "oreja" de las óperas de Richard Wagner; o Macbeth, una de las tempranas obras maestras de Giuseppe Verdi.

Fuga de los privados 

El complejo escenario del Teatro Municipal tuvo un curioso contrapunto este año. Es quizás uno de los aportes de la era de Frédéric Chambert. Hubo al menos dos óperas de primera calidad y entre lo mejor que ha presentado el coliseo en su historia: Rodelinda, un estreno de George Frideric Handel que se presenta hasta hoy; y El caballero de la rosa, la ópera de Richard Strauss que en junio condujo Maximiano Valdés y que contó con la presencia de Sophie Koch, mezzosoprano francesa de primer nivel.

Es verdad que este año hubo una ópera interpretada en gran parte por cantantes chilenos (Così fan tutte de Mozart, que se dio en julio, inmediatamente después de los despidos), pero la herida entre Chambert y los intérpretes nacionales estaba sangrando desde el 2018. No sólo hubo ese año una temporada discreta (salvo el estreno de la ópera Lulú, de Alban Berg, aunque el barítono alemán Stefan Heidemann se quedó sin voz), sino que Frédéric Chambert realizó declaraciones que le significaron un enfrentamiento con la soprano chilena Cristina Gallardo-Domâs.              

Durante estos años hay que conceder en cualquier caso el esfuerzo en presentar al menos una obra completamente chilena al año, una petición de la que se hizo eco Frédéric Chambert tempranamente y que el año pasado significó el estreno de la ópera El Cristo de Elqui, con música de Miguel Farías y libreto de Alberto Mayol, basado a su vez en dos novelas de Hernán Rivera Letelier. 

Este año, sin ir más lejos desde el próximo 11 de septiembre, se podrá ver el ballet La casa de los espíritus, adaptado de la novela homónima de Isabel Allende, con música de José Luis Domínguez  y coreografía de Eduardo Yedro. 

También hubo en la gestión de Chambert un intento por conectar con las nuevas plataformas y así es como el año pasado se transmitió por streaming la ópera El Cristo de Elqui. Lo que no resultó, a menos que alguien utilice hoy la expresión "Opera Nacional de Chile", fue aquel cambio de nombre, presentado con bombos y platillos a fines del 2016.    

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La Orquesta Filarmónica de Viena tocó en mayo del 2018 en el Teatro Municipal.[/caption]

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