De Gastón y Nova a Contralorito: El "equipo millenial" que difunde por redes sociales los dictámenes del contralor
El mismo equipo del ministerio de Energía del anterior gobierno trabaja ahora en la institución que dirige Jorge Bermúdez. Y sus ilustraciones en Twitter y Facebook no han pasado desapercibidas.
Fue un detalle que llamó la atención. Este miércoles, cuando la Contraloría General de la República dio a conocer el dictamen que declaró ilegal el protocolo de objeción de conciencia, el primer aviso fue en redes sociales, por la cuenta oficial de la entidad y con una ilustración colorida explicando, en palabras simples, en qué consistía la resolución.
El ente contralor ha estado en el ojo del huracán, sobre todo tras el polémico dictamen que desató una tormenta política de proporciones. Y es que tras el pronunciamiento, las críticas a la forma de comunicar su labor no tardaron en llegar desde la derecha.
Pero detrás de las cuentas de Twitter y Facebook de Contraloría hay un grupo de jóvenes que, en realidad, son "viejos conocidos" de la estrategia digital.
El equipo es liderado por César Leiva, publicista de 26 años y quien se hiciera cargo de las redes sociales del Ministerio de Energía durante el gobierno de Michelle Bachelet, promoviendo la eficiencia energética y la sustentabilidad. Pero quizás su creación más conocida son los dos personajes con que se hacía la difusión: Gastón y Nova.
El trabajo en esta área le llamó la atención al contralor Jorge Bermúdez. Su jefe de Gabinete, Carlos Peña, contactó a Leiva y su equipo a pocos días de terminar la administración de gobierno.
Así, el pasado 4 de marzo el publicista comenzó su trabajo a cargo de la unidad de comunicaciones digitales de la Contraloría, pero faltaban los otros miembros del equipo. Al poco andar, Leiva trajo a Grisel Fuentealba (32 años), diseñadora que se dedicó a fotografía previamente y ahora debió retomar su carrera. Y de igual forma, Mario Abarca (30 años), otro funcionario que se destacaba por sus dibujos, pero que se encontraba en una unidad que se encarga de folletos, también se sumó al nuevo equipo.
Para agilizar el trabajo, Bermúdez decidió crear una unidad de redes sociales. Los tres jóvenes cuentan con oficina propia e independencia, ya que dependen directamente del gabinete del contralor y no de Comunicaciones, como es tradicional. Un esquema que generó su primera controversia esta semana.
La forma de comunicar
La estrategia es tomar dictámenes, auditorías e investigaciones especiales que tengan interés público y llevarlos a redes sociales.
Al interior del grupo funcionan lógicas periodísticas. De hecho, entre las características para difundir el trabajo de la Contraloría están que el mensaje a difundir sea inédito y que influya a una cantidad de personas relevante o que pueda generar repercusiones posteriormente.
Así, el impacto de difundir el dictamen con una ilustración causó controversia: era un formato completamente nuevo y que podía ser malinterpretado como un respaldo político a la postura.
Pero en la entidad desmienten que haya algún tipo de favoritismo y destacan que una de las directrices es trabajar con independencia política. De hecho, hace unas semanas la Contraloría publicó en sus redes sociales una investigación especial sobre la deuda hospitalaria, que afectaba esencialmente al período de gobierno de Michelle Bachelet.
El trabajo de la nueva unidad de redes sociales de Contraloría ha dado resultados. Constantemente vigilan el nivel de interacción de cada publicación y tweet. Más que en números, el éxito del trabajo se denota también en el aforo del público dispuesto a recibir los mensajes.
Desde el 1 de marzo en Facebook la Contraloría contaba con entre 5.000 a 6.000 seguidores. Hoy son más de 20.000. Y en Twitter el incremento también es sustancial. Al principio su cuenta @contraloriacl tenía entre 9.000 a 10.000 seguidores, hoy son más de 25.000. Pero los mayores cambios se esperan en al menos siete a 10 meses.
Esquema en progreso
El trabajo de esta nueva unidad está en permanente afinación. Si bien por las manos del contralor pasan gran parte de las decisiones, sí se admite que lo que se difunde también cuenta con la opinión de un par de asesores de Bermúdez y su jefe de gabinete.
La unidad de redes sociales recibe al menos cinco a seis correos con material a difundir a la semana y sus propuestas son definidas al final por el círculo cercano del contralor. El objetivo es difundir el trabajo que puede tener mayores repercusiones en Twitter y Facebook y bajar a lenguaje claro el trabajo contingente de la Contraloría, pero no dejando de lado el área formativa de educación cívica.
Hoy, por ejemplo, se difundirá el cuestionamiento que hiciera la Contraloría a la Municipalidad de Copiapó que gastó casi $40 millones en un concierto del cantante Luis Jara por medio de un trato directo.
Detrás del trabajo está la intención de explicar el tema de fondo que en dichos procesos se deben realizar a través de convenio marco o por licitación pública.
Sin embargo, el trabajo de la unidad no sólo se centra en temas contingentes, sino que también en casos atemporales. Ello también forma parte de la estrategia de la Contraloría.
Un ave que vigila
De color azul y mirada precisa, Contralorito se ha vuelto cada vez más recurrente en redes sociales. Se trata de un loro vestido como un funcionario vestido de traje a la antigua, y es la mascota y emblema de la entidad.
La mascota surgió como corpóreo bajo la administración del actual contralor, pero su origen se remonta al trabajo de un funcionario que en la ciudad de Antofagasta lo dibujó en un diario mural de la Contraloría.
En medio de una visita, a Bermúdez le llamó la atención y lo readaptaron en el área de diseño. La última actualización del ave se hizo en el mes de marzo para sumarlo justamente a las redes sociales bajo una lógica más articulada.
Todo con el afán de marcar más presencia y aterrizar una institución asociada con procesos complejos. Y que hoy tiene una inesperada presencia en las conversaciones.
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