“General Armagedón”: el brutal historial del nuevo jefe militar ruso que arrasa las ciudades ucranianas
Con experiencia en Chechenia y Siria, el general Sergei Surovikin fue comandado por Vladimir Putin para revertir los malos resultados que ha tenido, durante los últimos meses, la “operación militar especial” en Ucrania.
El mismo día de la gran explosión que golpeó el simbólico puente Kerch que une Crimea con Rusia, el Presidente Vladimir Putin se decidió por nombrar al general Sergei Surovikin como nuevo comandante de la totalidad las fuerzas rusas en Ucrania. El anuncio es particularmente importante para el militar, ya que es la primera vez que se le da la responsabilidad oficial a una sola persona por el esfuerzo de la guerra. Hasta el momento, el Ejército ruso dividía la responsabilidad entre distintos comandantes, cada uno a cargo de un grupo específico de fuerzas, nombrados por el ministro de Defensa.
En ese contexto, la confianza y presión sobre Surovikin es enorme. Uno de los favoritos de Putin, el “General Armagedón” como le dicen entre sus pares, había liderado hasta el momento el grupo sur de las fuerzas rusas en Ucrania, que tuvo entre sus misiones la exitosa captura de la ciudad de Severodonetsk.
Al igual que lo inaudito de dejar la responsabilidad en un solo comandante, también es raro que esto mismo sea público. Hasta el nombramiento de Surovikin, solo los nombres de algunos comandantes de grupos específicos se hacían conocidos, mientras que la información respecto a quienes tomaban las decisiones en el Ejército ruso llegaban por fuentes distintas.
Para Surovikin, nacido en 1966 en la ciudad de Novosibirsk en Siberia (por ello también es conocido como el “general de hielo”), esta no es la primera vez que capta la atención de los medios de comunicación: su primera aparición fue el año 1991, luego de un fallido golpe de Estado en la entonces Unión Soviética. En ese entonces, el hoy general había servido en las fuerzas especiales soviéticas, ganando experiencia en la guerra de Afganistán.
Durante el intento de golpe, Surovikin tenía 24 años, y estaba a cargo de la 2ª División de Fusileros Motorizados de la Guardia, que intentó romper las barricadas entre las avenidas Garden Ring y Novy Arbat, en Moscú. En esa operación, tres manifestantes resultaron muertos, y Surovikin pasó varios meses en custodia, hasta que se levantaron los cargos en su contra. En ese entonces, la oficina de fiscalía moscovita determinó que “estaba llevando a cabo las órdenes de su comando”.
Esa no fue la última ocasión de Surovikin frente a la justicia: cuatro años después fue sentenciado por comercio ilegal de armas, aunque su condena fue anulada. En esos mismos años, participó en la guerra civil que golpeó Tayikistán, y en la segunda guerra chechena.
Años más tarde, Surovikin lideró tropas rusas en Siria, siendo uno de los comandantes en mayo de 2017. En octubre de ese año se le puso a cargo de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas, y en diciembre se le nombró como “Héroe de Rusia”, a causa de la operación que llevó a cabo en Siria. Ya en 2021, fue finalmente promovido al rango de general del Ejército ruso.
Durante su campaña en Siria, se le acusó de haber supervisado el brutal bombardeo que destruyó gran parte de la ciudad de Alepo, donde Rusia intervino en el lado del Presidente Bashar al-Assad. En octubre de 2020, Human Rights Watch lo incluyó, debido a esta campaña, en una lista de “comandantes que podrían asumir la responsabilidad de mando por violaciones” a los derechos humanos.
“En primer lugar, el daño, la destrucción o la inutilización de la infraestructura civil parece ser parte de una estrategia más amplia de ‘castigo’ (...) En segundo lugar, las Fuerzas Armadas rusas en Siria han usado regularmente armas con un gran radio destructivo (...), lo que aumenta la posibilidad de que los efectos destructivos de la munición llegaran más allá del objetivo previsto, particularmente en áreas pobladas”, revela un informe de Human Rights Watch de 2020 sobre la estrategia rusa en Siria.
Al saberse de su reciente nombramiento, el fundador del grupo de mercenarios Wagner, Yevgeny Prigozhin, comentó en los medios su opinión positiva sobre Surovikin, respaldando sus acciones durante el intento de golpe de 1991. “Luego de recibir órdenes, se subió a su tanque sin ninguna duda y corrió a salvar a su país”, señaló el millonario.
Por su parte, el líder checheno Ramzan Kadyrov escribió este sábado, al saberse del nombramiento de Surovikin, que lo conocía bien desde hace ya 15 años. “El grupo unido de fuerzas ahora está en buenas manos”, comentó el checheno, mostrándose confiado de que el nuevo comandante “hará las cosas bien” en el frente.
De acuerdo con el medio Meduza, que cita fuentes cercanas al Kremlin y al gobierno ruso, Surovikin suele ser partidario de utilizar misiles de amplia escala contra infraestructura militar y civil. “Surovikin no es un sentimental”, señaló una de estas fuentes. Los medios rusos indicaron que el nuevo comandante es conocido como “General Armagedón” entre sus pares, debido a su “capacidad de actuar de manera poco convencional y brutal”.
Su primera orden ya en el cargo fue desplegar el ataque masivo con misiles que afectó a, al menos, 11 ciudades ucranianas, entre ellas Kiev y Lviv, que cayeron este lunes como “respuesta” al bombardeo del puente que une a Rusia con Crimea.
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