General Yáñez pacta su salida con el Presidente Boric: renuncia se concretará la semana siguiente al “Día del Carabinero”
El jefe de la policía uniformada alista su salida luego de que el TC rechazara suspender la formalización en su contra. Aunque un último camino que activó con el recurso de amparo, la decisión ya está tomada si es que todo sigue su curso para el 7 de mayo. Por estos días busca el proceso menos "traumático" para la institución, pues vivirá la cuarta salida forzada de los últimos tres generales directores que lo antecedieron, en lo que algunos llaman "la maldición del uno" o del "cuatro estrellas". El 3 de mayo asoma como su último día como máxima autoridad de la institución.
Han estado en contacto permanentemente, pues la relación entre el Presidente Gabriel Boric y el general director, Ricardo Yáñez, es buena y fluida. El jefe policial ha destacado que “en este gobierno es cuando más se ha apoyado a Carabineros”, y el Mandatario ha subrayado la importancia de la institución para sacar adelante la actual situación de seguridad en el país.
Y es por esa estrecha relación que la situación judicial de Yáñez -quien será formalizado el 7 de mayo por el delito omisivo de apremios ilegítimos y homicidio durante el estallido social- ha sido un tema constante de conversación entre ambos. Tanto así, que el jefe policial ya le comunicó al Presidente que de no prosperar su recurso de amparo en la Corte de Apelaciones de Santiago, le presentará su renuncia durante la próxima semana, donde la fecha escogida es -hasta el momento, aunque podría variar- el 3 de mayo.
El general Yáñez no ha comentado nada con su alto mando, pues toda esa comunicación la ha mantenido directamente con el Presidente, aunque sí ha dado luces de cómo será su salida: sin parapetarse en el cargo, no llegando en servicio activo, ni menos con uniforme, a la formalización y sin que su causa judicial sea protagonista de la ceremonia del “Día del Carabineros”, este sábado 27 de abril.
Quienes han conocido esas conversaciones con su entorno señalan que el primero en confirmar su asistencia a la actividad fue el Presidente Boric y la ministra del Interior, Carolina Tohá. Agregan que si uniformado no contara con el respaldo del gobierno, ninguna autoridad del Ejecutivo estaría presente, menos el Mandatario.
Así, citan un ejemplo: la renuncia del excomandante en jefe del Ejército, Ricardo Martínez, el 2 de marzo del 2022. El jefe militar fue citado a declarar en calidad de inculpado por la ministra Romy Rutherford en el fraude en el Ejército, el día anterior a su cuenta pública, lo que lo empujó su salida abrupta de la institución a sólo horas de terminar su mandato y hacer el traspaso a su sucesor.
Martínez comunicó su salida públicamente, en una ceremonia en que haría un balance de su gestión. Sin embargo, esa vez, el gobierno de entonces instruyó a sus ministros no asistir a la actividad. No fue ni el subsecretario, ni el ministro de Defensa, Baldo Prokurica.
Esa vez la cuenta pública pasó a segundo plano y todo se centró en la renuncia de Martínez. Yáñez quiere apartarse de este episodio y asegura a sus cercanos: no quiere repetir la fórmula para no “ensuciar” la imagen de la institución.
La sucesión
Otra situación que no se quiere repetir es una “salida traumática”, ni un jefe policial “parapetado” en Carabineros. Yáñez ha descartado esa posibilidad, es decir, resistirse a la renuncia, a pesar de tener una formalización a la vista.
Eso, aún cuando en su fuero interno hay un convencimiento en que la investigación de la Fiscalía no ha sido certera. Por ejemplo, un caso que repite entre sus cercanos y su defensa es el homicidio que le imputan. Se trata del caso de Cristián Valdebenito, quien falleció luego de recibir una bomba lacrimógena en Plaza Baquedano, en marzo del 2020. Sin embargo, en ese caso no hubo oficiales detenidos, ni menos formalizados.
A ese argumentos se suma la decisión del Consejo de Defensa del Estado (CDE) de no querellarse en la causa por responsabilidad de mando. El organismo decidió no interponer una acción judicial, pues consideró que el artículo citado para aplicar el delito omisivo no era atribuible a autoridades como los generales de Carabineros, interpretando que puede citarse cuando el oficial imputado está en el lugar de los hechos y ve la comisión del delito y no hace nada para que no ocurra.
Aunque Yáñez está convencido que jurídicamente no tuvo una responsabilidad por los lesionados durante el estallido, asumirá el peso político del cargo, aunque los ilícitos por los que se le formalizará ocurrieron en su época de director nacional de Orden y Seguridad.
Los sucesores
Cuando el general director dimita, será el gobierno el que tendrá que decidir quién asumirá el cargo y en ese escenario los candidatos podría ser: el subdirector, Marcelo Araya; el jefe de Orden y Seguridad, Enrique Monrás; y el director de Personal, Pablo Silva.
Araya cuenta con un buen “saldo a favor”. Conoce al dedillo las operaciones de Carabineros, al ser el segundo a bordo en la institución, pues todas las labores operativas y administrativas pasan por él.
Monrás, por su parte, cuenta con la línea directa que mantiene con La Moneda, dado el cargo que ostenta. Está en permanentes reuniones y viajes con la ministra del Interior, Carolina Tohá, y con el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve.
Silva, por su parte, antes de integrar a las “cinco primeras antigüedades” fue secretario general de Carabineros, por ende, sabe cómo funciona el cargo. Además, se le denomina como el “favorito” del general Yáñez, por ende, su nombre podría ser acercado de buena manera al gobierno.
Evitar una “salida masiva” y un mando sin experiencia
Sin embargo, lo que se quiere es no tener un “terremoto de mando”, es decir que de subir alguien al primer lugar, esto no signifique la salida masiva de generales y, por ende, el ascenso obligado de coroneles o “generales de dos estrellas” que no cuenta con la preparación para cargos altos.
Esta convicción interna se sostiene en un ejemplo no tan lejano: el ascenso a general director de Mario Rozas. El exoficial asumió en noviembre del 2018, luego de la salida forzada de Hermes Soto, sin embargo, Rozas no estaba en los primeros puestos, sino que en el octavo puesto, lo que significó la salida de 10 generales.
Así se conformó un mando -dicen- con poca experiencia en puestos de alto rango, quienes un años después debieron enfrentar un estallido social.
Esto no debiera repetirse, añaden, pues el actual alto mando fue ratificado por el gobierno. Es más, agregan que en el caso de querer dar una señal y nombrar a la general Karina Soza, esto significaría la salida de otros 10 generales.
Por lo mismo, hay dudas de quién asumiría el cargo de Yáñez ¿Y un subrogante hasta noviembre? Lo descarta, pues las subrogancias no deben ser tan extensas, por ejemplo, no lo fue en el caso del director de la PDI, el cual fue oficializado en el cargo, cuatro días después de la salida de Sergio Muñoz.
Así, creen, lo más probable es que el nuevo general director no implique una salida masiva de generales y así asegurar la continuidad de los planes operativos fijados para este 2024, los cuales cuentan con la venia de La Moneda.
En Carabineros, al menos entre los generales, lamentan la renuncia forzada de Yáñez. Será el cuarto general director en salir antes de terminar su periodo de cuatro año, sumándose a los casos de Bruno Villalobos (2015-2018); Hermes Soto (2018); y Mario Rozas (2018-2019). El jefe policial estuvo cerca y sólo estuvo a cinco meses de evitar “la maldición del uno” o “del cinco estrellas”.
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