Guarequena Gutiérrez, la renunciada embajadora de Guaidó: “El plan ahora es buscar un trabajo en el que tenga contrato”
La abogada y administradora habla de cómo enfrentó su labor sin sueldo, sin oficina y casi sin equipo. Y el proceso que la llevó a renunciar el 30 de mayo. "La expectativa era la salida del régimen de Maduro (...) Por supuesto que tenemos una tarea pendiente", afirma.
En los 16 meses en que ejerció como embajadora en Chile del presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, Guarequena Gutiérrez (36) no supo lo que era trabajar en la residencia diplomática de su país, que sigue ocupada por el representante de nombrado por el presidente Nicolás Maduro, Arévalo Méndez. Y que hoy está rodeada de inmigrantes que abogan por regresar para enfrentar la pandemia en su país natal.
Aunque el gobierno de Guaidó fue reconocido por la administración de Sebastián Piñera, Gutiérrez ejerció su labor de diplomática desde la periferia, pues la relación formal del Ejecutivo sigue siendo con la administración que la oposición venezolana lucha por desbancar.
Desde el 29 de enero de 2019, cuando fue nombrada embajadora, Gutiérrez renunció a su trabajo en una importadora y dejó de contar con una remuneración. Con la ayuda de su pareja y algunos cercanos, juntaba mensualmente entre 200 y 300 mil pesos, recibiendo una escasa ayuda externa.
En esta entrevista la abogada y administradora habla de cómo enfrentó su labor sin sueldo, sin oficina y con un pequeño equipo de voluntarios sin salario. Y del proceso que la llevó a renunciar el 30 de mayo, lamentando que no se hubiera cumplido la principal expectativa de la oposición venezolana: el fin del régimen de Maduro.
¿A quién le presentó su renuncia y cómo fue ese proceso de toma de decisión ?
Se la presenté al comisionado Julio González, comisionado de Relaciones Exteriores, y también al Presidente, Juan Guaidó.
¿Pudo hablar directamente con Juan Guaidó?
No. Fue una conversación por escrito. Fue a través de una carta en la que le expliqué las razones de mi decisión, que fue por motivos económicos y migratorios. Para la opinión pública esta decisión es nueva, pero la verdad es que yo en el mes de enero había comunicado que si llegábamos a mitad de año y seguíamos en la misma situación, yo tendría que renunciar porque ya venía mi proceso migratorio en julio.
¿En qué situación migratoria está hoy?
Con una visa de responsabilidad democrática que ya había prorrogado por un año más. Y eso se vence ahora en septiembre y, de acuerdo al Departamento de Extranjería, en 90 días se puede empezar el proceso de solicitar otra vids o lo que vayas a hacer.
¿Qué respuesta tuvo cuando anunció su salida?
Bueno, que esperábamos que hubiera un cambio lo más pronto posible, pero ese cambio no ha sucedido y yo tenía que resolver mi situación personal.
¿Cuál fue el punto de inflexión que la llevó a tomar esta decisión definitivamente a fines de mayo?
Mi situación económica y migratoria principalmente. Y es que no tenemos funcionarios con salario (solo voluntarios), ni contrato de trabajo. Estaba siendo pragmática. Ya estamos a 10 de junio y ahora me quedan 20 días para empezar el proceso.
Usted es abogada en Venezuela, ¿quiere encontrar un trabajo en esa área? ¿Cuáles son sus planes ahora que deja la labor diplomática?
Sí, de la Universidad de Carabobo. Soy abogada y tengo una administración, ingeniero en administración le llaman ustedes. El plan ahora es buscar un trabajo en el que tenga contrato, un contrato notariado como corresponde a los extranjeros acá en Chile. Y empezar a hacer los trámites de mi visa. Siempre me voy a ver haciendo labores de servicio. Es lo que he hecho incluso desde la universidad. He trabajado casi siempre en lo público, ahora estoy en un país en donde la situación es distinta, pero siempre voy a buscar un trabajo que me permita seguir atendiendo la política de Venezuela.
Juan Guaidó no pidió asilo
Hoy, el presidente encargado Juan Guaidó enfrenta una compleja situación, se ha llegado a decir que está desaparecido o refugiado en la embajada de Francia, ¿cuánto afectó ese hecho a su gestión?
Dijeron que estaba en la embajada de Francia, pero eso no fue así. Como es natural tuvo reuniones ahí, como lo ha hecho también en la embajada de Chile o España. Pero no es que estuviera buscando asilo. No es que ahora sea más difícil la situación del gobierno interino. El punto es que cada día pasa más el tiempo y no se ha logrado sacar a Nicolás Maduro del gobierno, pero entiendo a carta cabal que las cosas no son fáciles. No solo estamos luchando contra un dictador y contra otra ideología, sino que estamos luchando contra una cleptocracia, contra un régimen que se mantiene gracias al odio y el tráfico de drogas, de oro y de personas... Estamos luchando contra todo, incluso contra enemigos internacionales poderosos.
¿No se han cumplido las expectativas que tenían con el gobierno transitorio de Guaidó?
La expectativa era la salida del régimen de Maduro. Ahora estamos viendo que hay ciudadanos venezolanos alrededor del mundo, que tienen todo el derecho de volver, y Maduro cierra la frontera. Por supuesto que tenemos una tarea pendiente de lograr el cese de la ocupación de Maduro.
¿Cuándo fue la última vez que conversó personalmente con Juan Guaidó?
Hace unos días, luego de haber enviado la comunicación. Hablamos por Whatsapp.
¿Y dónde está él?
En Caracas, en su casa....
“La falta de reconocimiento diplomático (del gobierno de Chile) es una limitante”
El gobierno del Presidente Piñera, si bien ha reconocido al gobierno de Guaidó y ha tenido comunicación con ud., en la práctica mantiene la comunicación formal con el embajador de Maduro. ¿Eso significó una dificultad permanente para su gestión?
Claro, la falta de reconocimiento diplomático es una limitante para cualquier funcionario del servicio exterior. Entendemos las razones de Chile, puede que no las compartamos, pero las entendemos porque ellos lo hacen por un tema de reciprocidad: si nos reconocieran a nosotros, Maduro automáticamente los sacaría de Venezuela.
En estos meses de gestión diplomática, ¿cuál ha sido su momento más complejo?
El momento más complejo es cada vez que hay una familia venezolana pasándola muy mal y no tengo la capacidad real de mejorar sus condiciones. También lo vemos con otras nacionalidades. También cuando estuve en Chacalluta (el 2019) e impusieron nueva visa. La cantidad de familias varadas allí. Yo fui hasta la frontera para intentar mediar que pudieran pasar algunos, y realmente fueron momentos difíciles.
El gobierno del Presidente Piñera ha tenido una política migratoria muy restrictiva para el ingreso de extranjeros, particularmente de venezolanos. ¿Sintió que el gobierno chileno le cerró las puertas a Venezuela?
No, para nada. Los países tienen que pedir una visa, y se entiende la radicalización, porque no solamente hay venezolanos. Chile es uno de los países que mejor está en América Latina, pese a lo que muchos puedan pensar, entonces mucha gente ha pensado en venirse.
¿En su gestión como diplomática contó con pocas herramientas para ayudar todo lo que hubiese querido?
Contamos con mucha solidaridad, con los medios de comunicación que se portaron muy bien. Sin embargo, hace falta muchas herramientas, no solamente en Chile, sino en todos los países donde se han nombrado representantes como yo.
¿Con qué le hubiese gustado contar para realizar su gestión?
Con una oficina y con un equipo. Es estresante hacer todo el trabajo entre tres personas. Éramos prácticamente dos voluntarios y yo. Teníamos otras colaboraciones, pero a tiempo completo era eso. Era insostenible porque cada una tiene que ver cómo produce sus recursos, un salario.
¿Ha pensado en irse de Chile?
Por ahora no. Yo tengo bastante familia en Chile, por eso me vine. Pero puede ser más adelante. Va a depender de cómo va la vida de inmigrante.
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