Gustavo Quinteros entra en guerra con el plantel: las disputas internas que desestabilizan al técnico de Colo Colo

Gustavo Quinteros, técnico de Colo Colo
Gustavo Quinteros, técnico de Colo Colo (Foto: AP)

El papelón albo frente a América Mineiro no solo tiene como consecuencia la eliminación en la Copa Sudamericana. También profundiza la distancia entre el técnico y sus dirigidos. El DT los fustiga públicamente, los futbolistas critican el planteamiento. El entrenador ya no está tan cómodo en Macul y la dirigencia está en alerta.


Colo Colo acaba de perder por goleada frente a América Mineiro. Los albos se van de la peor forma imaginable de la Copa Sudamericana: el colista del Brasileirao les ha dado un auténtico baile. Las consecuencias se sentirán en el futuro cercano, pues el torneo continental era la principal fuente de ingresos que le quedaba al club. Sin embargo, las cabezas de los jugadores estaban incendiadas por lo que acababa de pasar en Belo Horizonte. Solo el estado de shock les impedía, en alguna medida, dimensionar que habían sido protagonistas de uno de los peores bochornos del Cacique a nivel internacional en la historia.

Gustavo Quinteros no está para prestarle el hombro a nadie. Si en las mentes de sus futbolistas había fuego, el entrenador le añadió una cuota considerable de combustible. “Defensivamente fuimos un desastre. Me da vergüenza que el equipo defienda así. No marcamos en el área, no logramos los rebotes y esto pasó después de varios partidos. Pero este fue muy malo y como entrenador me da vergüenza que hayamos funcionado así”, admite, sin tapujos. Y añade: “Cuando esperas que jugaremos en el mejor nivel, no lo podemos hacer. Es algo a mejorar. Es una deuda que tenemos pendiente y que tenemos todos: dirigentes, jugadores y nosotros. Pero debemos cambiar este comportamiento deportivo cuando hay que definir una llave internacional”.

Desgaste

Jugamos un partido muy por debajo de las actuaciones anteriores, incluido la Libertadores. Fuimos a jugar con Boca en La Bombonera y jugamos mucho mejor. Fuimos a Colombia y Venezuela y pudimos sacar algo más que el empate. Defensivamente fuimos un desastre y no lo hicimos bien. Ofensivamente hemos creado para hacer un gol más... Me hago responsable de la vergüenza, pero no tuvimos el carácter para defender una ventaja y defender en duelo individuales y ahora hay que dar vuelta la pagina”, insiste el estratega.

Quinteros ya no está tan cómodo en Macul. En gran medida, precisamente, porque su plan era que este año los albos compitieran en el nivel internacional. Sentía que el año pasado ya había formado una estructura que con un par de piezas más podía dar el nuevo paso. Sin embargo, la partida de varias figuras la debilitó. El reemplazo no fue el adecuado. En la dirigencia, por cierto, tampoco gusta que pida refuerzos a cada rato y, sobre todo, que no asuma la responsabilidad en las últimas elecciones. “Estaban Javier Correa, Miguel Merentiel y Salomón Rondón... Uno se fue a Boca, otro a River y a otro no lo dejaron salir”, dijo el DT, justo antes del primer partido ante el América. La respuesta no tardó en llegar. “Los números son claros. Quinteros trajo a Lezcano, a Ramiro González, a Benegas, a De los Santos, a Moya. Acabamos de contratar a Opazo, se acaba se sumar Parra. Entonces, no sé de qué habla”, le contestó un director de Blanco y Negro, a través de El Deportivo.

El fuerte análisis del entrenador responde a lo que acaba de acontecer en tierras brasileñas, pero la contundencia de las frases del entrenador incluyen otras pasadas de cuentas. La forma, de hecho, ya tiene desgastados a sus jugadores. A los futbolistas les molesta que el conductor del grupo los exponga cada vez que las cosas salen mal. De hecho, inconscientemente, le enrostran responsabilidades al estratega. “Estamos bastante dolidos. Es difícil hablar en estos momentos. El primer tiempo fue muy malo. Ellos nos ganaron tácticamente. Siempre tenían uno o dos más por dentro”, declaró el capitán Esteban Pavez, en una abierta alusión a la decisión más criticada de Quinteros: establecer una línea de tres defensores, que en la práctica se transformaban en cinco, que no le brindó seguridad en lo absoluto y que, por el contrario, terminó facilitando las acciones ofensivas del rival. El marcador ahorra consideraciones al respecto.

Maximiliano Falcón se refirió a la posibilidad de ser llamado a la selección por Marcelo Bielsa.
Falcón, en un partido de Colo Colo (Foto: Agenciauno)

Maximiliano Falcón, de hecho, fue más específico en las aprensiones hacia el plan. “La línea de tres nos costó mucho. Si entrábamos con línea de cuatro y hacíamos lo mismo que en allá en Chile, capaz que cambiaba, pero ellos nos hicieron los tres goles y no estuvimos firmes desde el inicio y nos costó el partido”, disparó Peluca respecto de los costos que tuvieron que pagar específicamente los centrales. El uruguayo, por cierto, es uno de los que más tirones de orejas ha recibido de Quinteros. Después de la expulsión que recibió en el duelo ante Everton, en febrero, estuvo ‘cortado’ por el DT. Esa vez, Quinteros dictaminó antes que el Tribunal. “Falcón se equivocó, cometió un error grave porque dejó al equipo con un hombre menos, sin necesidad, en una jugada que no había peligro. Nos privó de tener más fortaleza para ganar el partido”, expresó el técnico. Solo la fragilidad defensiva de los albos le abrió al uruguayo la posibilidad de volver a ser titular.

Ataque

Los problemas albos están en todo el campo de juego, aunque hay un sector en el que son especialmente notorios: a los albos les pena finiquitar la opciones que se generan, más aún porque sigue fresco el aporte que Juan Martín Lucero representó en ese sentido. El transandino, por el que Quinteros tanto peleó, eligió al Fortaleza después de marcar 24 tantos con la camiseta del equipo popular. Hasta ahora, el Cacique no ha podido reemplazarle.

Hoy, el titular en el centro del ataque es Damián Pizarro, quien suma apenas dos conquistas. La última, el penal ante O’Higgins, que más pareció una señal de confianza. Sin embargo, eran dos los llamados a convertirse en la referencia ofensiva de los albos. Al primero, lo pidió expresamente el estratega: Leandro Benegas. De hecho se tuvo que activar la operación para sacarle de Independiente de Avellaneda. El segundo llegó cuando la falencia no encontraba solución, aunque con el cartel de ser uno de los goleadores del fútbol mexicano, lo que suponía una cuota alta de garantía. Ninguno, en rigor, ha sido un real aporte. En el que puede ser considerado como el partido más decisivo del año, ambos fueron a la banca.

Benegas y Lezcano tienen algo en común, aparte de su escasa efectividad: también han sido objeto de críticas del entrenador. En mayo, el ex ariete de Palestino fue ‘cortado’ por el DT por su bajo nivel. Después del partido frente a Audax Italiano, hubo un reproche público. “Creemos que ellos dos (Benegas y Lezcano) y otros jugadores tienen que levantar el nivel. Por eso no están jugando, uno estuvo parado por lesión y el otro necesita levantar el nivel (Benegas). Espero que puedan levantar el nivel y ser los mejores de acá hasta que termine la temporada”, dijo Quinteros. A Lezcano no le perdona dos cosas: que no haya estado en plena condición física y un viaje a Paraguay. del que volvió después de lo pactado. “La idea siempre fue traer a un delantero que pueda reemplazar a Lucero, que entrene periódicamente, que juegue seguido y él no lo pudo hacer. Hablaremos de nuevo con Lezcano”, lo remató, en mayo.

Sigue en El Deportivo

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.