Hernán Rivera Letelier y el Parkinson: "No quería dar pena, pero ya se me nota demasiado"
El escritor nacional, de 69 años, habla por primera vez de la enfermedad que padece y de su nueva novela que recrea su juventud en las salitreras del norte, donde comenzó a escribir. Se llama El autodidacta y este fin de semana llega a librerías.
Dice que a los 24 años leyó su primer libro de poesía. "Y no paré de leer", comenta uno de los bestseller nacionales, Hernán Rivera Letelier (69), desde su casa en Antofagasta, quien siendo joven al finalizar su faena en la oficina salitrera de Pedro de Valdivia, se dedicaba a escribir poemas. Su primer libro se llamó Poemas y pomadas (1988).
Fundamental cree que fue la Antología de la poesía chilena contemporánea, de Alfonso Calderón. También lo es para el protagonista de la novela El autodidacta, Eleazar Luna, joven poeta y minero, quien fue criado en la salitrera Buenaventura y que luego emigró a Pedro de Valdivia. A Luna le dicen el "Comelibro".
Ambientada en la pampa, en los años 60, El autodidacta es la nueva entrega de Rivera Letelier, que este fin de semana llega a librerías por editorial Alfaguara. Eleazar no está solo en el desierto. Vive una serie de aventuras con su amigo Rosario Fierro, minero y boxeador, acaso el más fuerte luchador en su categoría. Ambos se encandilarán con la belleza de Leda, candidata a Reina de la Primavera, una joven "alta, esbelta, risueña, blanca como pocas niñas en la pampa", se lee en El autodidacta, la novela número 19 de quien el año pasado fue postulado al Premio Nacional de Literatura.
La próxima semana Rivera Letelier vendrá a Santiago, como lo hace habitualmente para promocionar su obra desde que debutara, hace 25 años, con La reina Isabel cantaba rancheras (1994). En esta entrevista, el narrador cuenta por primera vez un diagnóstico entregado hace 7 años: padece la enfermedad de Parkinson.
"Estoy con pastillas, con un tratamiento. Es complicado porque es una enfermedad irreversible y degenerativa. Es una enfermedad que cada cinco años te va aumentando el problema de los movimientos y todo eso. Estoy viendo doctores en Cuba. Ahora mi trabajo es tener la mente ocupada. En un principio no lo conté para no causar pena ni lástima, pero ya se me nota demasiado", señala el escritor cuya obra ha sido adapta al teatro y la ópera. "En el cine he tenido mala suerte, pero ya se va a arreglar eso", dice y cuenta que está en etapa de preproducción la película basada en su libro La contadora de películas (2009), a cargo de la directora española Isabel Coixet.
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El autor es un habitual asistente de la Feria del Libro de Santiago.[/caption]
Una plegaria express
"Aunque la soledad paquidérmica de la pampa a veces me ponía la pata encima, la mayor parte del tiempo me sentía muy bien en esta Oficina. Aquí había firmado mi primer contrato de adulto, había encontrado una biblioteca y estaba completando mi educación en el liceo nocturno", escribe Rivera Letelier en El autodidacta, que no trae epígrafe, pero sí una dedicatoria. "Para mi hija, Música Mistral, autodidacta de la danza".
¿Cómo surgió El autodidacta?
El autodidacta lo comencé a escribir como hace ocho años cuando escribí Historia de amor con hombre bailando (2013). Y no la publicaba porque presentía que algo no estaba bien. La leía completa y no encontraba la falla por ninguna parte. Hasta que descubrí que tenía como 40 páginas de más. Había cosas demasiado obvias.
El poeta y minero forraba sus libros con papel de diario. ¿Ud. hacía eso?
Claro, los libros de poesía. Yo le ponía papel de diario para que no reconocieran que era poesía. Porque la poesía era asunto de señoritas o maricones. Y yo también, como el protagonista, escribía mis versos a escondidas. Para mí fue clave la antología de Alfonso Calderón. En ese volumen descubrí la poesía de Nicanor Parra, y me enseñó que se podía escribir poemas con palabras que usábamos a diario.
¿Conoció a Parra?
Tuve la suerte de estar en su casa un día entero cuando él vivía en La Reina. En aquel tiempo él tenía 69 años y yo 34 años y a mí no me conocía nadie. Por entonces me había ganado un concurso de poesía, y le mostré mis poemas y le encantaron. Hay uno que le gustó que se llama Plegaria express y dice "Señor haceme invisible/ como un buen árbitro de box".
¿Y cómo recuerda las bibliotecas de las salitreras?
La primera vez que entré a una biblioteca fue en la oficina salitrera de Pedro de Valdivia. Antes cuando estuve en la oficina de Algorta no había biblioteca. ¡Y cuando entré a la biblioteca de Pedro de Valdivia fue como entrar al paraíso! Yo era de los pocos que entraba a leer libros, porque los viejos iban a leer los diarios o revistas de fútbol.
En la novela se muestra que el boxeo estaba muy presente en la pampa…
Yo creo que incluso era más importante que el fútbol. Si los trabajadores eran boxeadores se los contrataba inmediatamente. El personaje de Rosario Fierro está inspirado en un hermano, José Agustín Rivera, alias el "Tordito". Él comenzó a pelear a los 17 años y fue vicecampeón de Chile, en peso medio mediano. A mí no me gusta mucho el box. Mi hermano tiene como 86 años y vive en La Serena.
¿Cómo ha sido vivir estos años con Parkinson?
Al principio cuando me enteré estuve mal un par de meses, porque aparecen las típicas preguntas: ¿Por qué a mí? Después cambié el chip y me dije bueno ¿Y por qué no a mí? Y comencé a animarme y a tomármelo con humor incluso. Si caía en depresión me iba a la cresta. El año pasado o antepasado, Raúl Zurita (tiene Parkinson hace 20 años), participó en la Feria del Libro de Antofagasta y conversé con él y le pedí un consejo. Me dijo "Lo único es no caer en depresión, sí eso ocurre te vas a la mierda".
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La portada de la novela
El autodidacta
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