Iniciar en junio las Eliminatorias para el Mundial 2026: la movida sudamericana que se fragua en Qatar y que daría aire a Eduardo Berizzo
Inicialmente, la ruta hacia el torneo que organizarán Estados Unidos, México y Canadá partiría en marzo. Así, por lo menos, lo había planificado el cuerpo técnico del Toto. Sin embargo, la idea de recalendarizar gana adeptos en el subcontinente.
La caída frente a Polonia profundiza las dudas respecto del arranque de la gestión de Eduardo Berizzo al mando de la Selección. Las estadísticas son crudas: hay que retroceder cien años para encontrar un arranque igual de malo en el ciclo de un seleccionador. El Toto, en todo caso, prefiere el optimismo y valora los progresos que ha ido observando. Lo fue especialmente después del revés en Varsovia. Diagnosticó que la Roja había dominado el partido y destacó especialmente la presión que ejerció en la recuperación del balón, aunque reconoció que la falta de gol sigue siendo una preocupación.
El ex defensor de River Plate y Newell’s Old Boys anunció que intensificará los trabajos para encontrar soluciones. En esa línea, por ejemplo, plantea juntar a los jugadores del medio local, e idealmente a algunos provenientes del exterior, para impregnarlos de sus ideas. “Cuando volvamos a Chile tenemos preparado un microciclo de 15 días que empieza el 28 de noviembre y termina el 10 de diciembre, con jugadores nacionales y sub 23 y generando algún permiso de futbolistas del exterior”, planteó en Varsovia. Detrás de esa planificación, en todo caso, residía lo que hasta ahí era una certeza: que las Eliminatorias para el Mundial de 2026, que organizarán conjuntamente Estados Unidos, México y Canadá, partirían en marzo.
Un condicional justificado
El uso del condicional obedece a que el comienzo de las clasificatorias en marzo ya no es, precisamente, seguro. En Perú surgieron las primeras señales. “Aún no se oficializado el inicio de las Eliminatorias, aparentemente va a ser en junio pero no está confirmado al 100%, de ser así tendríamos más amistosos”, declaró Antonio García Pye, el gerente de selecciones de la federación incaica, en el programa Fútbol como cancha, de Rpp.
No fue el único que se refirió al posible cambio de planes. “Creo que se terminará decidiendo por junio. Hay varias selecciones que juegan el Mundial y seguramente cambiarán de entrenador”, reforzó Justo Villar, el ex arquero de Colo Colo que ahora ejerce como director deportivo de la selección de Paraguay.
Paradójicamente, la materia se discutirá durante el desarrollo de Qatar 2022. En Doha, los timoneles de las federaciones sudamericanas sostendrán reuniones para discutir la reprogramación. La idea es aprovechar la línea directa que habrá con la FIFA, que es el organismo que organiza los mundiales. En términos teóricos, las Eliminatorias son concebidas como la fase preliminar de la competencia, que culmina con los mejores enfrentándose en la sede definida con anterioridad. Para 2026, al margen de los países organizadores, también cambiará el número de participantes: intervendrán 48 selecciones, lo que le abre opciones considerables a Chile. Sudamérica contará con seis cupos y medio. Es decir, seis selecciones irán directamente al evento y una séptima definirá la clasificación en un repechaje. La oportunidad para Chile es imperdible.
Una chance de oro
Aunque, por el momento, aún se trata de una posibilidad, la explicación ya existe: se optará por privilegiar el descanso de los jugadores, considerando que la disputa del Mundial en los últimos meses de este año y la continuidad de las competencias en todo el mundo, pero principalmente en Europa, atentaría considerablemente contra la recuperación de la condición física de los principales actores de este negocio.
En Chile, la opción es vista con agrado. Si bien la Roja no se someterá a la exigencia del Mundial, sus jugadores igual deberán seguir compitiendo en sus clubes extranjeros. Incluso algunos de ellos, como el Blackburn Rovers en el caso de Ben Brereton, han negado a sus figuras. En ese sentido, la tesis del descanso encuentra aprobación en Quilín.
Sin embargo, detrás del respaldo a la iniciativa hay un argumento quizás más poderoso: en la sede del fútbol chileno ven la postergación del arranque de las Eliminatorias como una opción para que el equipo de Berizzo siga sumando horas de trabajo y, sobre todo, para que alcance la cohesión futbolística y la contundencia que hasta ahora no demuestra. En seis partidos al mando del sucesor de Martín Lasarte, aún no suma triunfos.
Por lo pronto, en todo caso, en Quilín no modificarán los planes. Berizzo quiere tener la mayor cantidad de jornadas de trabajo posibles para observar nuevas variantes. Además, no escondió su deseo de reunir a los jugadores que militan en el exterior, aunque esa intención depende principalmente de la obtención de permisos ajenos a las fechas establecidas como obligatorias para esos fines. Y bien se sabe que los clubes europeos se apegan estrictamente a la letra de los compromisos que suscriben.
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