“Insinuaciones sexuales explícitas”: suspenden a carabinera por acoso a subalternos

Una serie de mensajes de índole sexual es lo que generó que dos carabineros denunciaran por acoso sexual y laboral a su superior, una capitán de Carabineros de la 44º Comisaría de Lo Prado. Eso fue el comienzo de un caso que durante los últimos meses llegó hasta la Corte Suprema, luego de que la oficial ingresara un recurso de protección a su favor, el cual fue rechazado recientemente por el máximo tribunal del país.

La ahora suspendida uniformada ingresó el requerimiento ante el tribunal de alzada para que se decretara ilegal la suspensión temporal sus funciones mientras duraba la investigación administrativa. Decisión que fue adoptada por el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, una vez que se conocieron las denuncias de los miembros de la policía uniformada en contra de su superior, quien -según acusan- los acosaba sexualmente a través de mensajería o de forma verbal mientras realizaban rondas policiales.

Pese a la extensa discusión judicial, la Corte de Santiago -en un inicio- rechazó el requerimiento al determinar que no existía una vulneración de los derechos o injusticia en contra de la suspendida capitán A.T.V.G., debido a que aún no se ha cursado su baja definitiva, sino que solo fue separada de sus funciones mientras dura la investigación interna de la institución, la cual ha señalado que la permanencia de la carabinera “se tornó un inconveniente para el prestigio institucional”.

En su fallo, la Corte de Apelaciones de Santiago argumenta que “no existe un derecho indubitado que ampare al recurrente, no se ha dictado el acto terminal, y la autoridad ha actuado de acuerdo a la normativa que rige a la institución, por lo que tampoco existe un acto ilegal y arbitrario que afecte al recurrente”.

La investigación en contra de la excapitán de la 44º Comisaría de Lo Prado comenzó luego de que un compañero de la misma repartición, pero de menor rango que la capitán, denunció en otra comisaría a su superior por los delitos de acoso sexual y laboral. Según su denuncia, A.T.V.G. durante un tiempo le envió una serie de mensajes inapropiados, en los cuales lo invitaba a su departamento reiteradamente.

A estos antecedentes, además, sumó que la entonces capitán también en una ocasión lo habría tomado de su chaleco antibala para forzarlo a besarla sin su consentimiento. Ante la negativa de realizar aquello, “esta se molestó y con un tono elevado le ordenó que se fuera al carro policial”, donde la funcionaria denunciada intentó tocar al carabinero sin su autorización.

Junto con eso, el funcionario denunció que su capitán también había realizado “insinuaciones sexuales explícitas” al verlo vestido con ciertas tenidas durante sus funciones. A lo que sumaron, además, más mensajes a través de WhatsApp, todos de carácter sexual.

Luego de denunciar en lo administrativo, el caso se envió también al Ministerio Público. El comisario a cargo de la investigación interna determinó la existencia de otro funcionario quien señaló que la excapitán le realizó una serie de “insinuaciones groseras e inadecuadas de carácter íntimo”. A lo que se sumó que en varias ocasiones realizó “muestras de cariño con besos y abrazos que no le agradaban e incluso lo incomodaban”. Así como también dijo que había recibido mensajes “insistentes e inapropiados” de índole sexual, además de recibir comentarios -también- sobre su aspecto físico con determinado uniforme.

A raíz de esta serie de denuncias, Carabineros abrió un sumario interno en paralelo a la investigación de la Fiscalía. Sin embargo, el Ministerio Público no profundizó la investigación al considerar que se trataba de un caso de carácter laboral, derivando los antecedentes a un tribunal competente.

En el recurso de protección presentado por A.T.V.G. expuso su versión de los hechos, señalando que tras su llegada a la comisaría conoció al funcionario que la denunció, con quien entabló una relación de amistad y confianza. En ese contexto, es donde se realizaban “bromas” al punto de “utilizar un lenguaje propio de pares masculinos (...) sin advertir que el mismo pudiera resultar excesivo”.

A lo que agrega que el entorno familiar de la funcionaria siempre fue masculino, “absorbiendo una cultura en la cual existían ciertas licencias a la hora de bromear con temas que hoy resultan ser mucho más observados y cuestionados”.

En ese escenario es que la suspendida funcionaria denuncia que el carabinero de menor rango se habría jactado del tenor de sus conversaciones frente al resto de funcionarios, lo que motivó que ella lo confrontara “explicándole que sus acciones implicaban una falta de respeto hacia ella en su calidad de mujer”.

Respecto a las acusaciones de acoso sexual, apunta a que el denunciante “construyó una historia contraria a la realidad, sosteniendo que estaba siendo acosado por una oficial, para ello recurrió a un mecanismo demasiado burdo borrando sus whatsapp y mensajes, todos aquellos que él había enviado en respuesta a la relación de confianza y juego que mantenía con la recurrente durante meses”. Además de eso, sostiene que este “pidió ayuda a un segundo funcionario con el cual mantenía un vínculo de estrecha amistad, con el propósito de crear un segundo episodio que diera verisimilitud a su denuncia”.

Con estos argumentos, además de las citas al derecho, la funcionaria acusó una serie de supuestas ilegalidades de parte de la institución en el sumario en su contra. Instancia que -según señala- podría dejarla fuera de la policía uniformada tras casi 20 años en sus filas.