Inteligencia emocional, un semáforo y dos jugadores por puesto: las claves del renacer de Colo Colo
El PF albo Hugo Roldán entrega detalles de la intertemporada que reforzó al plantel y que hoy cosecha sus frutos en la Copa Chile, con el repunte de sus diversas figuras. "La parte más fundamental es poder llegarle y convencer al jugador", dice el profesional.
Después de un 2020 del terror, donde Colo Colo jugó por primera vez en sus 96 años de historia un partido por no descender, el presente es mucho más alentador. Después de mucho tiempo, los albos encadenaron una racha de cuatro triunfos seguidos. Y no solo eso, sino que jugando a un muy buen nivel, lo que naturalmente entusiasma a sus hinchas.
Clave ha sido la intertemporada que desarrolló el plantel durante el receso de Copa América, donde se reforzaron diversos aspectos. Hugo Roldán, preparador físico del Cacique, explica a El Deportivo las claves de este periodo. “Pudimos ajustar, porque maximizamos el tiempo. Los mínimos detalles hacen la diferencia y la competencia interna acá de jugadores hace que se eleve el nivel. Creyeron, nos creen y ahí el sacrificio del jugador se ve reflejado dentro de la cancha y eso tiene que ver con el presente”, explica sobre las claves que hoy tienen a Colo Colo entre los favoritos para ganar la Copa Chile y el Torneo Nacional.
“Secretos no hay acá. Sí nosotros tenemos una metodología y yo en la parte física tengo una sistematización de los entrenamientos, que hace que las cargas repercutan de esta manera en el jugador. Tratamos de que se alimenten bien, de que tengan un peso y una estructura física acorde a las exigencias que les pedimos. A base de entrenamiento y de administrar las cargas, tenemos un equipo muy dinámico”, reconoce.
A juicio del profesional, hay aspectos psicológicos importantes a los que han logrado sacarles provecho para ponerlos al servicio del plantel. “Al margen de todo lo que se le pueda hacer a un jugador para que mejore, yo creo que la parte más fundamental es poder llegarle y convencerlo. Aquí se le llaman capacidades blandas o inteligencia emocional, donde yo las utilizo para que el jugador crea y, una vez que cree, se convence de que las cosas las puede hacer de la mejor manera para poder sacar rendimiento en una disciplina tan profesional como el fútbol. Apuntamos ahí, a que el jugador crea y a poder darle las herramientas”, señala.
Uno de los ejemplos que pone el PF es el de Iván Morales, un delantero que vive el mejor momento de su carrera tras superar diversos momentos difíciles. “Iván recepcionó mucho la forma en que nosotros lo tratamos, las intervenciones. Cualquier deportista de elite tiene sentimientos y tiene necesidades como cualquier otra persona. Entonces, al abordarlas desde esa parte humana, nuestra intervención profesional llega más rápido”, destaca.
El GPS y los dobles turnos
En los últimos años, la tecnología ha entrado con mucha fuerza en el mundo del fútbol y el PF de Colo Colo es una amante de ella: “Considero que la modernidad hace que las tareas físicas tengan mucho que ver con lo técnico y con lo táctico. Hacemos un trabajo integral con pelota y pocas cargas ortodoxas, por así llamarlo. Interactuamos por medio del GPS, tenemos el monitoreo de las cargas y de ahí yo voy sacando los volúmenes que tengo semanalmente. Luego, eso lo voy fluctuando semana tras semana. Me gusta mucho la tecnología y hoy tenemos un montón de herramientas”.
También hay varios alumnos aventajados. “En el caso del volumen total, César Fuentes es un jugador que tiene mucho despliegue físico. Gil, también, al igual que Suazo. Después tenemos a Bolados, Solari y Martín Rodríguez, que son muy intensos. Según el puesto, va variando el volumen y la intensidad, y esa medición uno la lleva puesto por puesto y tiene que ver con la integración con lo que recorren durante el partido y en los entrenamientos”, revela.
Sobre el régimen de trabajo empleado en las últimas semanas, Roldán explica que por razones sanitarias, el plantel no pudo salir del Monumental y que por 10 días mantuvieron hicieron una labor especial. “Así y todo, hicimos doble turno transitorio, donde cada uno volvía a su casa y después volvíamos a entrenar por la tarde”, indica.
En este contexto, uno de los aspectos vitales es el circulo virtuoso que se genera, a juicio del transandino: “La metodología que tengo hace que vaya desencadenando una cosa con otra. Al estar fuerte y bien físicamente, te lesionas menos. Al lesionarte menos, tienes mucha más continuidad de cargas para ponerte bien; cuando te pones bien, tienes un rendimiento bueno. Y eso se ve reflejado en el resultado en la cancha. Es una cadena que va de la mano. Tenemos fortalecimiento, hacemos trabajo de prevención, que tiene que ver con el trabajo de fuerza física puntual de la parte fisiológica puramente de la preparación física y va de la mano con los trabajos intensos con pelota. La entrada en calor tiene que ver con el trabajo principal, el que a su vez tiene que ver con la forma y el sistema de juego que tiene Gustavo. Es una consecuencia de un montón de cosas, que hace que los jugadores estén bien. Nosotros creemos en esta metodología, que no es la única ni tampoco la inventamos”.
Alimentación y competencia
Hugo Roldán resalta la tranquilidad que hoy reina Pedreros y la importancia de no estar viviendo situaciones de tensión, como la lucha por el descenso, lo que muchas veces hace que desencaden en lesiones. “Tiene que ver, porque el estrés mental que te genera la presión de tener que ganar y salir de una situación complicada a veces te genera miedo y ese miedo te paraliza, y esa parálisis hace que funciones de otra manera. Por suerte, hemos superado eso, se ha renovado el plantel y, a raíz de eso, el equipo está tranquilo y podemos trabajar con otro ambiente, con otro clima”, expresa.
Asimismo, hay un especial énfasis en la alimentación del grupo, donde hay un particular sistema de control. “Nosotros tenemos un protocolo con la nutricionista. Yo les exijo a los jugadores que tienen que tener un número determinado de pliegues para poder ser competitivos y estar dentro de los parámetros de un profesional. Entonces, les exigimos que tienen que estar todos en un semáforo de colores, como le llamamos, en verde y lila. El lila son los que están excelente; el verde, los que están muy bien; el amarillo es moderado; y los rojos son los que están más mal. Gracias a Dios, no tenemos a ninguno en rojo ni en amarillo. Es un detalle muy importante, porque hacemos que el jugador tenga un poco más de profesionalismo”.
Finalmente, otro aspecto muy destacado es la relación entre la competitividad del plantel. Esto es algo que resaltó Gustavo Quinteros tras vencer a La Serena en la Cuarta Región. “Solari volvió al nivel que él tenía. Nosotros tenemos dos jugadores por puesto, que compiten lealmente por estar uno mejor que otro, y él en un momento bajó el rendimiento y salió. Hay otro que estaba mejor, el caso de Bolados, Costa. Tanto los jóvenes como los de experiencia saben que deben tener un nivel óptimo. Tener dos jugadores por puesto sirve para que crezcan día a día y no se relajen nunca”, ejemplificó.
Y su PF lo complementa: “El que es inteligente y le saca ventaja al que está al lado, juega. Y el que no, no juega. Entonces, ahí está la cabeza de jugador de equipo grande en relación al de equipo chico”.
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