Jaime Sáez (FA) por casa de Allende: “Todas las personas que pusieron una mosca deberían estar asumiendo responsabilidad”

El jefe de bancada de los diputados del Frente Amplio, Jaime Sáez, transparenta la molestia que ha invadido a su partido esta semana, luego de que removieran a Marcela Sandoval -militante frenteamplista- del Ministerio de Bienes Nacionales. Todo en medio de la polémica por la fallida compraventa de la casa de Salvador Allende que protagonizaron las socialistas Maya Fernández e Isabel Allende.

Aunque no delega la responsabilidad en ellas directamente, Sáez advierte que, de haber estado él involucrado en una situación así, se habría abstenido de participar, y enfatiza que el proceso de compraventa fue algo que pasó “por muchas más manos”, no solo por las de Sandoval.

Además, responde a los socialistas que cuestionaron el nombramiento de Francisco Figueroa (también del Frente Amplio) como nuevo titular de Bienes Nacionales. “Toda esta crítica a los tweets de un joven dirigente estudiantil hace 15 años atrás es muy mediocre”, sostiene.

¿Le parece justa la salida de Sandoval?

Cuando se cometen errores tan garrafales, sin lugar a dudas se tiene que asumir las responsabilidades. Ahora, es un caso que ha pasado por muchas más manos. El gobierno tendrá que evaluar, en función de las investigaciones que se realizan internamente, si es que corresponde que otras personas asuman responsabilidad. En general, todas las personas que pusieron una mosca deberían estar asumiendo responsabilidad, porque esto no pasó solo por la ministra de Bienes Nacionales, pasó por más gente.

¿Fue incómodo para el partido que se optara por derivar la culpa solo en ella?

Para un partido, cuando las cosas son de forma intempestiva como en este caso, siempre es una situación incómoda. Pero cuando uno es gobierno, las incomodidades son parte del trato. Tampoco es algo sobre lo cual valga la pena escalar mucho más.

¿Les cabe responsabilidad a la ministra Fernández y a la senadora Allende?

A mí no me corresponde evaluar si les cabe responsabilidad. En general, hubo más personas que validaron esto, incluyendo la Contraloría.

Pero pudieron advertir, ¿no?

Eso es entrar en un terreno de especulación del cual yo no soy muy amigo. Se me hace difícil decir que sí tienen una responsabilidad o que definitivamente no tienen nada que ver. No tengo elementos suficientes como para irme contra ellas, decir que son responsables de lo que pasó. Puede que sí, puede que no. No lo sé, la verdad.

A su criterio, y según lo que menciona la Constitución, ¿debiese la senadora ser destituida?

Creo que no, porque finalmente esto es algo que no se terminó concretando. Pero yo no soy jurista, no soy constitucionalista.

¿Fernández y Allende fueron ingenuas al delegar estos abogados, en el ministerio?

No le pondría un calificativo. Diría que, de estar yo involucrado, con el conocimiento que tengo, y soy administrador público, evidentemente me habría abstenido en una situación como esta.

¿Cree que el Frente Amplio tiende a pagar los platos rotos dentro de la alianza? Es recurrente que en cada crisis termina saliendo alguien del partido, siendo que hay más involucrados.

La historia habla por sí misma. Ahí están todos los antecedentes, desde 2022 a la fecha.

Entonces comparte el diagnóstico.

Comparto el diagnóstico.

¿A qué cree que se debe eso?

Tenemos la mayor responsabilidad política dentro del gobierno, somos el partido del Presidente de la República, y eso siempre va a implicar pagar un costo mayor. No es algo nuevo, pasó en las administraciones de Bachelet y Piñera. Siempre hay un partido que carga una responsabilidad mayor.

¿Y eso es sostenible en el tiempo? Imagino que hay un desgaste.

Por supuesto que causa molestia. A mí personalmente me causa molestia. Pero nuestra responsabilidad como militantes del Frente Amplio es cautelar que nuestro proyecto político trascienda este gobierno. Nosotros trabajamos pensando en eso, pensando en Chile, en el largo plazo.

¿No caen en ser un partido obsecuente?

No, no somos un partido obsecuente, para nada. Creo que hay una diferencia muy grande entre ser obsecuente y saber plantear las críticas en los espacios que corresponde.

Cuando se anunció la salida de Sandoval, algunos parlamentarios del PS, incluso su presidenta, de alguna forma celebraron que se cobró la responsabilidad política. ¿Molesta esa actitud?

Nosotros no tenemos esa actitud, yo no comparto esos códigos. Creo que la mofa o la celebración por la salida de alguien, cuando es evidente que las responsabilidades son más compartidas de lo que a simple vista parece, a lo menos es de mal gusto.

Se ha hecho una costumbre en la alianza que el Socialismo Democrático pida salidas de ministros, de asesores y de otras autoridades del Frente Amplio. ¿Qué impide que actúen de la misma forma con ellos?

Creo que tiene que ver con una ética de trabajo y una forma de entender la responsabilidad de ser gobierno, que nosotros hemos tenido que asumir aceleradamente.

También es llamativo que el PS ha reclamado incluso cuando les remueven a un delegado provincial. A ustedes les sacan ministros y optan por guardar silencio. ¿Por qué?

Tenemos una forma distinta de entender las cosas. Hay una cultura política que es distinta. No digo que sea mejor o peor, solo que es distinta. Tenemos una formación que es diferente. Nosotros no estamos insertos en el Estado desde siempre, somos más jóvenes. No tenemos esa raigambre.

Desde el Socialismo Democrático también criticaron a Francisco Figueroa por sus dichos de hace años referidos a la Concertación. Ese tipo de comentarios es común entre las autoridades del partido. ¿Eso es costoso pensando en que hoy son de una misma alianza?

Gente que ha tenido responsabilidad política, que ha estado en la primera línea por varias décadas, criticando las opiniones de estudiantes universitarios... Se contesta solo, ¿no? Es completamente absurdo. Evidentemente, yo tengo opiniones hoy día que pueden diferir de lo que pensaba cuando tenía 21. Volver permanentemente a eso me parece de un nivel de mediocridad que ya debería acabarse. Estamos hablando de personas que podrían ser nuestros papás, nuestros tíos. Un nivel de odiosidad. Toda esta crítica a los tweets de un joven dirigente estudiantil hace 15 años atrás, yo creo que es completamente desproporcionado y muy mediocre.