Joanna Pérez: “La DC no está en la UCI, pero ya basta de los lotes”
La diputada falangista lidera una de las tres listas que busca dirigir la Democracia Cristiana. Su apuesta es generar un espacio de unidad del mundo democratacristiano, incluso, estableciendo un diálogo con aquellos que han renunciado al partido. "¿Por qué se han ido? Porque falta defender las ideas con convicción y sin complejos".
Dentro de la composición que tendrá el Congreso a partir de marzo, cinco de los ocho diputados DC y tres de sus cinco senadores (Ximena Rincón, Matías Walker e Iván Flores) apoyan a Joanna Pérez para presidir la Falange.
En estas elecciones internas -donde compite contra el alcalde Felipe Delpín (candidato apoyado por la senadora Yasna Provoste) y el expresidente de la JDC Diego Calderón-, la diputada falangista espera generar un nuevo momento de unidad en el partido y frenar la fuga de militantes producto de la desmoralización generada por los últimos resultados electorales del partido.
A su juicio, ¿qué rol debería cumplir la DC en un eventual gobierno de Gabriel Boric?
La Democracia Cristiana está abierta hoy día a los cambios y transformaciones profundas que Chile necesita y es por eso que decidimos darle el apoyo a Gabriel Boric, sin condiciones. Creemos que ahí está la posibilidad de generar estos cambios. Hay que tener disponibilidad a dialogar, a llegar a acuerdos por el bien de Chile, pero sin perder nuestra autonomía e independencia. También tenemos un espacio por la ciudadanía entregado en el Congreso, en ambas cámaras, y tenemos mucho que también seguir aportando desde los espacios que la ciudadanía nos ha dejado.
¿Pero integrar el gobierno con ministros?
El voto político fue muy claro y se dio ese apoyo sin condiciones, pero, además, se dijo que no íbamos a ser parte del gobierno y, por lo tanto, yo soy respetuosa también de la democracia interna. Eso fue una definición en una junta, con casi 500 delegados, es el máximo órgano de nuestro partido. En esas condiciones, nosotros vamos a respetar los acuerdos de la junta nacional.
En el Diario de Concepción dijo que quería recuperar el partido en un momento donde Chile necesita reactivación, unidad y democracia. ¿Cómo pretende materializar eso en una eventual gestión suya a cargo de la DC?
Primero, nuestra directiva a lo que aspira es justamente a reconectar el partido con la ciudadanía, pero por sobre todo para hablarle al nuevo Chile desde los territorios. Yo soy una mujer que lucha contra el centralismo y que también cree que el partido se debe descentralizar mucho más y desde los territorios valorar los liderazgos que tenemos, donde la ciudadanía ha dado importantes triunfos. Es por eso que en la lista llevamos personas muy importantes, como nuestra gobernadora Cristina Bravo, el alcalde Gustavo Toro y, por cierto, también personas que tienen trayectoria en materia de derechos humanos, como Gabriel Ascencio. Creemos que tenemos una posibilidad de conectar el partido con las bases, con las comunas, el territorio, donde tenemos una fuerza electoral. La DC no está en la UCI, no está en la UTI, ni en estado terminal. ¿Tenemos que reflexionar? Sí. Tenemos que trabajar en un congreso ideológico también para fijar las posturas de este nuevo Chile.
¿Cómo pueden revertir el desencanto, la desmoralización que se ha producido en algunos dirigentes históricos, por ejemplo, como Genaro Arriagada, Edmundo Pérez Yoma, que renunciaron? Pueden frenar o enfriar esa sangría. Incluso, algunos temen que después de las elecciones el grupo que pierda puede irse en masa del partido.
Primero, nuestra lista siempre estuvo en toda la disposición de buscar un espacio comunitario. No estuvo en nosotros el no lograr aquello. Sin embargo, creo que esto también nos permite hoy día debatir sobre ideas con una sana competencia, pero tenemos que ser capaces también de unificarnos. Al menos, bajo el liderazgo que busco, ese ha sido mi afán. Ya basta de los lotes, hay que unificar el partido. Hay que trabajar unidos y por respeto también a quienes dieron tanto por esta Democracia Cristiana. Hay que volver a conversar con los que se han ido, no solo ahora último, sino también hace un tiempo. El partido también tiene una tremenda riqueza. A diferencia de lo que dicen algunos, que buscan también, yo diría, acercarse al futuro gobierno poniendo a disposición el partido, nosotros creemos que no debemos ser parte del gobierno de Apruebo Dignidad. Tuvimos una candidata que era del Nuevo Pacto Social que quedó quinta y que también tenemos que hacernos cargo de esas cifras. ¿Por qué se han ido esos militantes? Porque también falta defender las ideas con convicción y sin complejos. La DC está más allá de la izquierda y la derecha, siempre fue un partido que se adelantó a los cambios, a las transformaciones profundas y debemos volver a aquello, creo que es posible.
También, ¿la DC debería mantener la distancia con la derecha, que estuvo representada por José Antonio Kast?
Por cierto, la DC no tiene su domicilio al lado de la derecha, sino en la centroizquierda. Hoy día la ciudadanía se siente huérfana de ese proyecto político que le pudiera dar la centroizquierda, pero no estuvimos a la altura. Y ahí hay un mea culpa que tienen que asumir los liderazgos que sustentaron estas campañas presidenciales, donde finalmente nuestra opción quedó en quinto lugar. Se vieron momentos de deslealtad, vetos, que creo que la gente lo castigó, y por eso que nos relevó a un quinto lugar.
Ignacio Walker planteó la posibilidad de una alianza desde Evópoli hasta el laguismo, ¿usted cree que es posible? ¿Comparte esa idea?
Yo lo veo complejo hoy día. Creo que estamos rearticulando un trabajo conjunto. Nosotros queremos mantener nuestra independencia, pero los cambios profundos yo difícilmente veo que gran parte de la derecha esté por facilitar esos cambios. Además, Apruebo Dignidad va a requerir apoyos más allá de la centroizquierda, por lo tanto, lo que sí hay que hacer es dialogar.
Para la composición de la mesa de la Cámara a partir de marzo, ¿usted cree que debería negociarse con la centroizquierda o abrirse también a un acuerdo con la derecha?
Hoy estamos conversando con la centroizquierda. A la DC se le hicieron vetos y nosotros fuimos tremendamente generosos en respetar los acuerdos hasta el final. Yo espero que hoy día haya más madurez política de todos los actores y que se entienda que otra cosa es con guitarra. La Cámara por esencia es una cámara de fiscalización, donde se debe hacer un contrapeso al gobierno y, por cierto, como centroizquierda también estamos disponibles para generar ese espacio.
Diego Calderón, también candidato a presidir la DC, dijo que la opción suya representaba más de lo mismo...
Está muy lejos de ser lo mismo. Yo soy mujer, soy de región, tengo un liderazgo probado, he sido evaluada por la ciudadanía, obtuve el doble de mi votación inicial, por lo tanto, eso significa que he liderado procesos sociales. Represento un distrito con muchas dificultades sociales, donde hay pueblos originarios, y siento que he liderado leyes en momentos difíciles como la ley anticorte de servicios básicos. Mi aporte desde la cámara ha sido también de la sintonía social. Por lo tanto, no represento más de lo mismo. Además, esta lista tiene un tremendo apoyo parlamentario y las grandes reformas se van a definir en el Congreso, por lo tanto, necesitamos tener un partido ordenado.
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