John Turturro desde el encierro: “Todavía hay un miedo al conocimiento y a la ciencia, a los intelectuales y pensadores”
El actor de El gran Lebowsky habla con La Tercera PM sobre su nueva serie, una adaptación en ocho episodios de El nombre de la rosa, donde interpreta el rol que antes tuvo Sean Connery. “Umberto Eco muestra la corrupción, la codicia, los falsos profetas. Mucho de ello todavía puede verse hoy en día”, dice.
“Dirijo películas, escribo cosas, siempre me gusta estar involucrado en muchos aspectos de un proyecto cuando tengo la oportunidad”, explica John Turturro. “Es estimulante, te conecta al material de una manera mucho más profunda”, responde a La Tercera PM vía correo desde su encierro, obligado por el coronavirus a analizar sus últimos trabajos en vez de estar en un set, como dictaba su calendario 2020.
El actor de películas como ¿Dónde estás hermano? y Gloria Bell lo comenta a propósito de su estreno de mañana, El nombre de la rosa (de la plataforma Starzplay), donde comenzó como protagonista y terminó implicado como productor ejecutivo y coguionista, junto al director italiano Giacomo Battiato, algo que rara vez en su carrera ha ocurrido salvo que sea una película dirigida por él mismo, como Romance and cigarettes o The Jesus rolls, donde revivió a su personaje de El gran Lebowsky.
Un entusiasmo gatillado por lo seducido que se sintió por el libro de Umberto Eco, que extrañamente, cuenta, tenía en su biblioteca pero no había leído, aunque sí “algunas de las novelas y ensayos de Eco”.
“Me sorprendió lo rico que es, lo conectado que está al mundo en que vivimos. Pensé que en una versión de siete horas había una oportunidad de hacer más de lo que estaba en el guión original. El libro es muy filosófico, hay mucho sobre la religión, es una ficción histórica, un cuento filosófico, un misterio medieval”, apunta sobre la novela publicada en 1980, adaptada seis años después por el francés Jean-Jacques Annaud, con Sean Connery y Christian Slater en los roles que ahora encarnan Turturro junto al alemán Damian Hardung.
Producción original de Rai (emitida en Inglaterra por la BBC y en EE.UU. por Sundance TV), la serie se apega a la historia diseñada por el escritor fallecido en 2016: a inicios del siglo XIV, el antiguo inquisidor y fraile franciscano William de Baskerville viaja a una apartada abadía del norte de Italia con su discípulo, el novicio Adso de Melk. El fin es participar en un encuentro en que se discutirán temas fundamentales para la iglesia, pero los planes de ambos se alteran cuando deben encargarse de investigar qué se esconde detrás de la sucesiva muerte de monjes en el lugar.
“Eco es un experto en escribir discursos, construir argumentos. Intentar reescribir todo o alejarse demasiado del libro habría sido una tontería. Hay muchos aspectos del libro que lo hacen enriquecedor. Por ejemplo, Eco no te da todas las respuestas a los enigmas de inmediato, no te dice qué ocurrirá después, quería asegurarme de que esto también pasara en el guión. Fue un desafío, nos seguimos remitiendo al libro, releyendo el libro, nos aseguramos de no perder la voz de Eco”, explica el actor de raíces italianas.
The plot against America (HBO) generó elogios por tener una clara resonancia con los eventos actuales. ¿Cree que esta serie basada en El nombre de la rosa también habla sobre temas que hoy resuenan en el mundo?
En general, siento que siempre entiendo mejor el mundo en el que vivo si tengo una buena perspectiva histórica de las cosas. En ese sentido, el libro de Eco sigue siendo muy relevante. Lo ves en la política donde la gente trata de limitar el acceso a la educación, para desinformar a la gente para promover su propia agenda. Todavía hay un miedo al conocimiento y a la ciencia, un miedo a los intelectuales y pensadores, incluso un miedo a las mujeres. El cambio climático es un buen ejemplo de eso también. San Francisco probablemente habría sido un defensor del cambio climático si viviera hoy. La gente tergiversa los hechos para crear una falsa narrativa. William se opone a todo eso. No ha cambiado mucho, algunos líderes inescrupulosos utilizan doctrinas y temores para controlar a las masas con reformas y leyes que no necesariamente benefician al pueblo. Eco desacredita la noción romántica de la Edad Media, nos muestra la corrupción, la codicia, los falsos profetas. Mucho de ello todavía puede verse hoy en día.
Además de su papel, es coguionista y productor ejecutivo. ¿Cómo describiría el proceso creativo detrás de este proyecto y por qué estaba interesado en involucrarse más allá de la actuación?
Fue un reto al principio, trabajé en el guión con nuestro talentoso director, Giacomo Battiato. Para mí, la clave era confiar en la escritura de Eco, confiar en sus palabras, todo está en el libro. Era importante para mí preservar los temas históricos y filosóficos. La pauta siempre fue que si no se sentía como Eco, no debería estar en el guión. Siempre me remitía al libro, encontraba cosas nuevas. La escritura es muy fuerte y precisa, parte de ella tuvo que ser adaptada para encajar en el formato de la serie de televisión, pero conservamos las palabras y la estructura de Eco; no habría funcionado de otra manera.
Turturro en pausa
El actor de Barton Fink venía de meses agitados. Tras muchos años trabajando en el proyecto, Tuturro había logrado estrenar The Jesus rolls, su manera de traer de regreso al mítico personaje de El gran Lebowsky, Jesus Quintana. Mezcla de spin-off de la película de los hermanos Coen y remake de la comedia francesa Les valseuses (1974), el filme luego de un breve paso por salas había llegado a la venta digital en EE.UU. en marzo. Ese mismo mes se estrenó The plot against America, la adaptación en formato miniserie de la monumental novela de Philip Roth, en la que encarnó al rabino Lionel Bengelsdorf.
Coleccionando más papeles de renombre, en The Batman tenía la misión de interpretar al criminal Carmine Falcone. Pero, como todo Hollywood frente a la pandemia, el rodaje de la primera película de Robert Pattinson como el superhéroe fue pausado y no tiene fecha de retorno. Así analiza su presente el actor desde Nueva York: “Una cosa es segura, sólo fortaleció aún más mi deseo de hacer cosas que me interesan y están relacionadas con el mundo que me rodea, siempre he tratado de hacerlo pero este confinamiento ha hecho que la sensación sea mucho más fuerte”.
“A veces, por supuesto, tienes que hacer trabajos para vivir y cuidar de tu familia, pero quiero trabajar en proyectos donde tenga alguna conexión con el mundo que me rodea, incluso para dar alegría a alguien o hacerle reír, creo que es valioso y quiero hacer más de eso. También me hizo reflexionar sobre algunas de las cosas que he hecho y que me hacen sentir bien y lo que me gustaría hacer en el tiempo que me dan”, concluye.
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