José Miguel Insulza: “Piñera era el único derechista conocido que había estado en contra de la dictadura”
"Para toda mi generación esto ha sido un golpe terrible", agrega el senador socialista sobre la sorpresiva muerte del expresidente. Además, a pesar de estar en veredas opuestas, recalca la fuerza y tenacidad del exjefe de Estado en distintos episodios políticos.
“Ha sido impactante”, dice el senador José Miguel Insulza (PS), antes de cualquier pregunta. El excanciller se enteró de la sorpresiva muerte del expresidente Sebastián Piñera, mientras se encontraba en un almuerzo, en Washington, Estados Unidos: “Empezó a entrar la noticia por todos lados. Fue muy impresionante, dramático, mucha gente no quería creerlo”.
Si bien estuvieron en veredas opuestas políticas, durante casi toda su vida los caminos del socialista y el exmandatario se cruzaron y casi siempre estuvieron en contacto: “Yo conocí a parte de la familia Piñera en los años 70 cuando estaba estudiando en Estados Unidos”, cuenta Insulza, quien agrega que al expresidente lo conoció con mayor profundidad en los 90, “es curioso, porque se decía que podía ser senador por la Concertación, pero finalmente optó él por Renovación Nacional”, recuerda.
¿Cómo era su relación con Piñera?
Nos llevábamos bien, teníamos una buena relación, él era muy interesado en las relaciones internacionales y apoyaba mucho los acuerdos internacionales que se iban suscribiendo, era muy partidario de eso. Cuando dos personas se dedican a la política, se ven más con los que son de su línea, de su lado, así que a Sebastián lo veía sobre todo en los periodos de vacaciones, en la playa, en Cachagua, y nos encontrábamos en distintos lugares y conversábamos.
¿Recuerda algún momento de la vida política en que coincidieron?
En los acuerdos del año 2004 él tuvo una participación bastante destacada que es importante recordar. Yo lo he recordado bastante. Los resultados de eso, fueron fruto de un acuerdo entre el Presidente Ricardo Lagos y el presidente de la UDI, Pablo Longueira, lo que realmente considero que se debe evaluar positivamente es el entusiasmo con que Sebastián Piñera abrazó estas reformas del Estado, que no las había propuesto originalmente él, y sin embargo, se hizo parte de ellas de manera muy sustantiva. No se perdió ni una sola reunión de las que hicimos para llegar a esos acuerdos.
¿Supongo que otro momento fue cuando lo apoyó en su candidatura como secretario general de la OEA?
Fue muy interesante eso, porque él, cuando le preguntaban al comienzo, sobre qué iba a hacer, aprovechó la misma declaración del Presidente Barack Obama, diciendo que no iba a hacer declaraciones sobre política exterior mientras no asumiera el cargo. Estamos hablando de mediados de febrero y faltaba bastante para que asumiera el 11 de marzo. Sin embargo, para mi sorpresa él me llamó por teléfono. Como tenía que asistir a una cumbre la Celac, seguramente todo el mundo le iba a preguntar ahí, entonces decidió de inmediato que me iba a apoyar. Me preguntó si podía ir a Santiago en las próximos días, y le dije ‘Presidente, la verdad es que puedo ir mañana’ porque estaba varado en Miami sin poder ir a Washington. Me recibió al día siguiente con una conversación muy cordial. Yo siempre le estuve muy agradecido porque a pesar de que tenía bastante apoyo ya para esa elección, esos países declaran ese apoyo cuando ven que el país de uno lo está apoyando, y el apoyo de Chile era absolutamente fundamental.
¿Es verdad que fue el propio Piñera quien lo llamó para que no aprobara la acusación constitucional contra Andrés Chadwick?
La verdad es que él no me habló directamente para eso, pero sí alguna otra gente de la familia. Yo tengo amigos en la familia Chadwick, en la familia Piñera, hace mucho tiempo, además me afectaba muy personalmente la votación. Me atrevería a decir que fui el último en decidir, pero ya la situación se hacía muy insostenible, y varios senadores decidimos que si votábamos de otra manera esta crisis se iba a prolongar aún más. Efectivamente, ese fue el momento más bajo de la administración Piñera y no volvimos a hablar hasta tres meses después.
Un desencuentro político…
Político y humano también. Para mí fue doloroso. Yo nunca olvido cuando viajé a Chile por primera vez, con un permiso, cuando falleció mi padre, en el aeropuerto estaba Andrés Chadwick, su hermana María Teresa es mi comadre. Era una familia bastante unida.
¿Qué otras diferencias se manifestaron?
Sebastián Piñera no era una persona que tuviera rencores, de ninguna manera, creo que nunca se acabó el diálogo entre nosotros. Recuerdo, en una larga conversación que tuvimos, en alguna ocasión en que alguien se casaba o algo así, ahí por primera vez me contó que pensaba en la Presidencia de la República. Yo le dije claramente que nuestra candidata era Michelle Bachelet, creo que le dije que no tenía ninguna oportunidad, pero él lo tomó bien y me lo manifestó, poco meses después de eso fue ratificado por RN. Así que ese tipo de relación teníamos, conversábamos con mucha tranquilidad y muy abiertamente.
¿Cómo se debería recordar la figura de Piñera?
Yo diría que Sebastián Piñera vivió su vida plenamente, era una persona dinámica, bien fuerte, él se proponía algo y lo hacía. Empezó en los negocios con nada, y empezó en la política con muy poco apoyo, era el único derechista conocido que había estado en contra de la dictadura, y sin embargo, se fue abriendo un camino hasta ser Presidente de la República. Era un hombre tenaz y fuerte. Yo creo él vivió su vida a fondo. Era un persona que vivía su vida de manera completa, seguramente va a hacer falta en la política chilena, pero se ganó su lugar en la historia del país.
¿Cuándo demostró esa tenacidad y fuerza?
En su decisión de buscar el rescate de los mineros, contra las opiniones quienes le sugerían tomar distancia. Sus tenaces contactos con los jefes de empresas que fabricaban vacunas para obtenerlas para Chile. Creo que era el único Presidente que llamaba directamente a los CEO con ese fin. O una Junta Nacional de RN, creo que fue en 2005, en que enfrentó a casi toda la plana mayor del partido, que quería sacarlo de la ´presidencia del partido. No solo ganó esa pelea, sino que salió como candidato a la Presidencia de la Republica.
Insulza cierra diciendo que “para toda mi generación esto ha sido un golpe terrible. Naturalmente estuvimos juntos discutiendo, a veces alegando, a veces concordando, desde 1990 para adelante, y por lo tanto, se va toda una época con él”.
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