La agenda privada de las vacaciones de Piñera en Lago Ranco
Durante las poco más de dos semanas que el Presidente estuvo fuera de línea, tuvo algunas reuniones políticas pero, sobre todo, visitas de sus amigos de siempre, como Ignacio Cueto, Juan Pablo Silva y Félix de Vicente. Un tema fue recurrente: cómo restablecer el orden público.
Fueron exactos 18 días en que el Presidente Sebastián Piñera estuvo fuera de La Moneda, en Lago Ranco.
Aunque se le vio en diversas actividades públicas en Temuco, en La Araucanía y Panguipulli, por ejemplo, y muy activo en Twitter, la mayor parte de su tiempo privilegió tener una agenda privada, de la que poco y nada se ha sabido.
En las poco más de dos semanas que estuvo en el sur del país, Piñera estuvo acompañado todo el tiempo por Cecilia Morel. Sus hijos Cristóbal, Magdalena -quien está de cumpleaños hoy- y Cecilia y algunos de sus nietos también pasaron por el lugar. Sus dos hijas fueron las que estuvieron más tiempo con él esos días. Sebastián Piñera Morel, en tanto, sigue en Australia.
El Mandatario -según cuentan quienes estuvieron con él en la zona- tuvo varias juntas con amigos cercanos, muchos de los cuales tienen casa cerca de él. El presidente de Latam, Ignacio Cueto; el director de empresas Ignacio Guerrero, y el empresario José Cox, por ejemplo, estuvieron alojando en la casa de Piñera por algunos días.
Otros que lo visitaron fueron el exministro Gerardo Varela, quien tiene una casa cerca de la zona donde está el Presidente, y el abogado Juan Pablo Silva Dorado, de Silva y Cía, quien también es presidente de la Corporación Futrono.
El martes 18 de febrero, el Presidente llegó hasta la localidad de Panguipulli, donde realizó un punto de prensa sobre la reforma a las pensiones, que el Gobierno quiere aprobar durante marzo. Después de la actividad, junto con Cecilia Morel fueron a almorzar a la casa del exministro Félix de Vicente, quien días antes había acudido a la casa de Piñera.
Según cuentan quienes estuvieron con el Mandatario, en sus días de vacaciones privilegió estar con su “gente más cercana, estaba necesitado de apoyo". Jugó tenis varias veces, y su prioridad fue “relajarse”. “El no va a buscar consejos a Ranco. Solo relajarse y conversar, hacer deporte y una rica comida en ambiente grato con amigos”, cuenta uno de ellos. También estuvo “leyendo mucho” y “todo el tiempo conectado al celular”, agregan.
Sin embargo, en varias ocasiones trató un tema que constantemente le preguntaron: la dificultad que tiene el Gobierno para mantener el orden público, con un sobrediagnosticado revuelto marzo. “En la interna, está preocupado porque las manifestaciones no paran y está más sensible, pero con la energía de siempre”, cuenta uno de ellos.
En varias ocasiones, Piñera planteó a sus cercanos que se siente incomprendido por parte de la derecha, que lo apunta por no haber sacado a los militares a las calles cuando la violencia estuvo en su punto más alto, a mediados de noviembre. Comentó también que la apuesta de La Moneda de llamar a un Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución durante ese mes no se cumplió del todo, pues sólo se había dado inicio al proceso constituyente, pero no había habido un compromiso formal contra la violencia.
El tema de fondo para Piñera, dicen quienes estuvieron con él, es el balance entre derechos humanos y orden público que le trajo pérdidas políticas significativas -como el exministro Andrés Chadwick, acusado constitucionalmente en diciembre- pero también le abrió causas judiciales en diversos tribunales del país.
A otros comentó que veía un mejor trabajo por parte de la Fiscalía , lo que estaría asegurando una mayor “mano dura”.
A sus amigos y cercanos, el Presidente también les planteó que buscaba tejer un gran acuerdo, “mejor al constitucional de noviembre”, que aísle a quienes no quieren llegar a un entendimiento nacional. De ahí el llamado que realizara el lunes, a la vuelta de sus vacaciones, tras el consejo de gabinete con sus ministros.
La vida social también lo llevó a realizar actividades fuera de su casa. En Futrono, Piñera visitó el pasado miércoles a José Antonio Iturrate, un reconocido jugador de polo que también veranea en la zona. Ese día se organizó un partido de exhibición en conmemoración a su fallecido padre Rufino Iturrate. El Mandatario, que el año pasado también había asistido a ver el juego, saludó a los presentes y el partido terminó en un empate.
Uno de los asistentes contó que luego del partido, Piñera asistió invitado por Antonio Iturrate a su casa. El encuentro terminó con un asado de cordero, tomó un par de copas de vino y se retiró.
Reuniones políticas
El Presidente también sostuvo un par de reuniones políticas. La semana pasada, mientras el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, veraneaba en Futrono junto a su familia, también acudió a la casa del Mandatario para delinear algunos ejes políticos para la vuelta a Santiago.
El titular de Defensa, Alberto Espina, también fue a la casa de los Piñera. Eso sí, fue en tono social, pues fue a comer un día en la noche, junto con Isabel Ovalle, viuda de Carlos Zepeda, quien fue amigo íntimo de Piñera y del ministro, de quien era socio en su estudio de abogados. Eso duró al menos tres horas y se formaron distintos grupos de conversación. Aunque cuentan que en su mayor parte fue una reunión de corte “familiar”, sí se habló de política y de contingencia.
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