La Conmebol será drástica: el origen de la violenta noche en el Monumental que expone a Colo Colo a recibir sin público a Boca Juniors

El juez Anderson Daronco detiene el cronómetro con fuegos artificiales de fondo
El juez Anderson Daronco detiene el cronómetro con fuegos artificiales de fondo (Foto: Agenciauno)

El cierre de dos sectores del recinto de Macul producto de los incidentes que se habían producido en el Superclásico, derivó en que en la tribuna Cordillera chocaran integrantes de dos grupos de la barra brava alba en pugna. El partido entre los albos y Monagas se vio alterado por los problemas y en la confederación ya tienen los antecedentes a mano. El año pasado, el Cacique ya sufrió sanciones por desbordes en el duelo ante River Plate.


Se juega el segundo tiempo del partido entre Colo Colo y Monagas. El equipo de Gustavo Quinteros busca la forma de ampliar la exigua ventaja que le daba el penal convertido por Carlos Palacios, pese a haberse generado varias ocasiones para vulnerar el arco venezolano. Estaban en eso cuando las miradas de un sector del estadio cambiaron de objetivo. Ya no estaban en la cancha. Se dirigían al sector Cordillera. Ahí, a simple vista, y desde cualquier otro sector, se podía divisar a individuos persiguiendo a otros. Varios de ellos, con elementos contundentes. La batalla creció en intensidad y se desplazó hasta el exterior de una de las localidades con mayor capacidad del recinto. Encargados de la seguridad testificaron a El Deportivo que recibieron reportes de heridos por elementos cortopunzantes. La seguridad del resto se vio, naturalmente, amenazada.

Una pelea entre facciones de la Garra Blanca desató el caos. Habían confluido ahí precisamente porque después del Superclásico, que también estuvo manchado por incidentes, dos tribunas del estadio Monumental, Galvarino y Caupolicán, fueron inhabilitadas para recibir público. Se encendieron bengalas, hubo fuegos artificiales y las peleas entre los mismos hinchas del Cacique marcaron el cotejo. Los desmanes provocaron insistentes llamados a la calma a través de los altoparlantes del estadio. “Cuidemos nuestra casa, cuidemos nuestro estadio”, se escuchó en cuatro ocasiones, también a propósito de que en el sector Arica, donde se ubica el grueso de la barra brava del Cacique se detonaron fuegos artificiales, expresamente prohibidos. “Los estamos grabando, con esa actitud del público perjudican a Colo Colo en el Estadio Monumental”, les dijeron en otra ocasión. Poco les importó. Nada, en rigor. Ni siquiera que el partido estuviera suspendido en un par de ocasiones mientras retornaba la cordura.

El Cacique vuelve a estar en la mira de la Conmebol. Más concretamente, está expuesto a recibir nuevas sanciones. En Macul saben de eso. Sin ir más lejos, el año pasado tuvieron que recibir sin público a Fortaleza, en un partido decisivo para sus aspiraciones de superar la fase de grupos de la Copa Libertadores. La desventaja resultó decisiva para la escuadra popular, que terminó cayendo por 3-4 y quedándose, nuevamente, en el camino. Esa vez, la confederación sudamericana castigó con severidad a los albos por los incidentes que se produjeron antes y durante el partido con River Plate. En la antesala, hubo reventones de puertas que pusieron en riesgo a los espectadores. Durante el juego, lanzamiento de proyectiles que incluso alcanzaron y fueron acusados por el entonces técnico millonario, Marcelo Gallardo. El Cacique, además, tuvo que pagar una multa de US$ 90.500 dólares, que le fueron descontados de sus ingresos garantizados por la participación en el torneo.

Esperan una multa

Inmediatamente después del partido, en Macul había caras que mezclaban preocupación con resignación. Por un lado, la sanción se daba por hecho. Por otro, se estimaba que el castigo no debería poner en riesgo la presencia de público en el próximo encuentro por la Copa Libertadores, el 3 de mayo, frente a Boca Juniors. “Será una multa”, vaticinaba un personero del Cacique al término de un espectáculo deportivo, nuevamente, manchado por la violencia.

La decisión dependerá de la Conmebol, que ya está en conocimiento pleno de lo que sucedió en el recinto. Ojos no faltaban para certificar la situación. El delegado del encuentro fue el colombiano Jesualdo Morelli y el oficial de seguridad, el argentino Iván Pavlovski, tomaron fotografías de los incidentes. Había, además, un coordinador del encuentro (el chileno Juan Pablo Morales) y un coordinador de medios (el también nacional Nicolás Albornoz). Aunque las anotaciones de los dos primeros cobra especial relevancia a la hora de evaluar sanciones, todos pueden aportar antecedentes. Por cierto, también será crucial lo que consigne el juez del compromiso, el brasileño Anderson Daronco.

Fuegos artificiales en el Monumental
Fuegos artificiales en el Monumental (Foto: Agenciauno)

En la Conmebol dan por hecho la apertura de expediente disciplinario. “De que se informó, se informó”, advierten. El peso de la evidencia es demasiado fuerte. Las imágenes de los incidentes se pudieron apreciar en vivo a través de la transmisión televisiva. “Es imposible no haberlos visto”, precisan. Cada informe es subido a la plataforma Comet, que para estos efectos funciona con accesos específicos, y puede ser visto por la Unidad Disciplinaria y por el área de Competiciones. Ambas son las encargadas de dictaminar los castigos.

Un “circuito cerrado”

En la práctica, el expediente disciplinario contra los albos está abierto. Cada delegado debe reportar directamente en el Comet las consideraciones relativas a su área. Esas anotaciones son cruciales. Para la Conmebol, cada uno de ellos es un ministro de fe, por lo que ni siquiera es necesaria la investigación. Cada palabra, como la del árbitro, pesa. En ese contexto, a Colo Colo le queda una dura misión: defenderse, siempre que cuente con elementos que puedan contrarrestar la información que ya está a disposición de todos. En Luque, la sede de la Conmebol, los partidos son seguidos a través de auténticos circuitos cerrados que permiten observar cada incidencia en detalle. Los veedores también están en la mira. Si sucede algo que vulnere los reglamentos y no se informa, están sujetos a posibles sanciones.

Los albos quedan expuestos a multas, que van entre los US$ 50 mil y los US$ 100 mil dólares. Y, además, a una sanción deportiva. En ese plano, las opciones son la limitación de aforo general, la clausura de sectores específicos o el cierre de puertas para un partido o varios.

Por lo pronto, a simple vista, la Conmebol ya tiene apuntadas varias irregularidades. En la oscura noche del Monumental hubo problemas en el acceso, ingreso de elementos no permitidos, como fuegos artificiales, armas blancas y las peleas que todos vieron. La sanción es ineludible. Lo que falta, en la práctica, es conocer la magnitud.

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