La creciente tensión en la U. de Chile que ha obligado a la rectora Devés y sus equipos a dormir en la universidad
Luego de que un grupo de estudiantes irrumpiera e intentara tomarse la Casa Central de la institución, el equipo de Rectoría, incluyendo a la rectora Rosa Devés, ha estado durmiendo en el edificio mientras mantienen diálogos con los estudiantes para atender sus inquietudes. No obstante, este no es el único problema que persiste en la Casa de Bello.
La tensión interna que se vive en la Universidad de Chile mantiene varios flancos abiertos y movilizaciones por distintos conflictos. De golpe y porrazo, la situación ha escalado a tal punto que la propia rectora de la Casa de Bello, Rosa Devés, tomó la decisión de dormir en la institución el miércoles de la semana pasada para evitar una toma. Y luego de ella, distintos equipos de Rectoría realizaron turnos con el mismo fin, pernoctando en la institución.
Y es que protestas pro Palestina, las polémicas elecciones de la Federación de Estudiantes (Fech) y petitorios por conflictos internos mantienen crispado el ambiente y con amenazas serias de entorpecer la tranquilidad de la casa de estudios.
Como si las cuestionadas votaciones para elegir a los representantes de los estudiantes no fueran poco para el quehacer diario de la institución, el miércoles 15 de mayo la universidad recibía a la primera viceministra de Ucrania, Yuliia Svyrydenko, quien realizaría una charla magistral en la Casa Central. Sin embargo, esta ocasión especial se vio opacada con el intento de toma de la Casa de Bello, cuando un grupo de estudiantes pro Palestina ingresó al Salón de Honor con intenciones de tomarse la sede, dejando a su paso a cuatro funcionarios agredidos y reubicando la charla a Rectoría, según comentan conocedores de la situación.
Pero la rectora Devés tomó una drástica decisión ante esto y durmió en el lugar para evitar una posible toma, acto que se ha mantenido por parte de distintas personas que componen los equipos de Rectoría, los que han realizado turnos, incluso durante el fin de semana, para no dejar el edificio.
Y es que tras ese banderazo convocado para el 15 de mayo en el frontis del edificio por un grupo conocido como “Acampe”, que instaló carpas en la casa de estudios, enviaron un petitorio a las autoridades, donde su principal demanda consiste en el término de convenios con universidades israelís. En respuesta a este, mediante una carta la Rectoría señaló: “Recibimos el petitorio de la Coordinadora por Palestina, al que a partir de la ocupación de la Casa Central adhiere la Fech. Este contiene en sus puntos exigencias que deben ser revisadas para genuinamente representar a la universidad, a través de un debate en la comunidad universitaria, alimentado por la reflexión académica propia de este espacio institucional”.
En tal sentido, conocedores de ese conflicto reseñan que mientras permanezca en pie el “Acampe” se mantendrán los turnos por parte de los funcionarios de la Casa Central. En medio de eso, tanto los estudiantes movilizados como las autoridades se han abierto al diálogo sin comprometerse a nada todavía y Rectoría ha convocado a un Consejo Universitario para este viernes, coincidiendo con la marcha de la Confederación de Estudiantes (Confech) que irá desde el centro cultural GAM hacia la Plaza de la Constitución.
Esa movilización cuenta a su vez con la adhesión de estudiantes de distintas universidades como la Pontificia Universidad Católica, Adolfo Ibáñez, Diego Portales y Andrés Bello, entre otras.
Las presiones estudiantiles, en todo caso, ya tienen sus primeras esquirlas. La Facultad de Filosofía y Humanidades dio fin a un convenio con la Universidad Hebrea de Jerusalén. Este acuerdo, explican entendidos en la materia, correspondía a una “carta de intención para la colaboración académica” suscrita en 1999, pero en su declaración el decanato de la facultad dijo que “dicho acuerdo albergó inicialmente algunas acciones académicas en concordancia con sus términos de referencia; no obstante, y dado que hace ya casi dos décadas que no ha tenido más actividad constatable, estamos en condiciones de declarar unilateralmente su pérdida de vigencia y darlo definitivamente de baja”.
Pero Catalina Lufín, presidenta de la Fech, señala que se encuentran aún “movilizados en el acampe de Casa Central, que será punto de articulación para la marcha universitaria de este viernes. Valoramos profundamente la vocación democrática y el respeto por los derechos humanos que se ha expresado en la decisión del decanato de Filosofía y Humanidades al cortar uno de sus convenios vigentes. Esperamos que Rectoría siga ese camino”.
En todo caso, y como se ha dicho, este no es el único conflicto de la casa estudiantil. Cabe añadir que durante este miércoles y jueves se lleva a cabo la segunda vuelta de las elecciones de la Fech, la cual ha entrado en polémica desde la falta de quorum en la primera instancia de votaciones.
Con una participación del 23,4%, el Tricel hizo válidas las elecciones dejando a Construyendo Federación (PC-CS) y Seamos Cambio (PS) como las listas a elegir en segunda vuelta. La falta de quorum no fue tomada de buena manera por el estudiantado y la lista que busca la reelección, pero aun así se mantuvo la decisión del tribunal calificador.
A las movilizaciones pro Palestina y el conflicto de la Fech se suma también la última de las aristas abiertas en la U. de Chile: la de los petitorios y tomas internas por motivos propios de la institución.
Ejemplo de esto es la Facultad de Artes Centro, que se movilizó frente a la precarización de las condiciones laborales, esto a raíz de que una funcionaria sufriera la amputación de un dedo producto de un accidente laboral la tarde del 13 de mayo. Actualmente la facultad se encuentra en toma, con una postura rígida de parte de los movilizados.
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