La gran derrota de Florentino Pérez: el abrupto final de la Superliga, la rebelión liderada por el presidente del Real Madrid
El proyecto que iba a reunir en un torneo a los principales clubes europeos se cae a pedazos. El Inter, el Milan y el Atlético de Madrid son los últimos en descartarse. El timonel merengue aletea tratando de salvarlo mientras la UEFA mira aliviada el futuro de su producto estrella: la Champions League.
La Superliga, la rebelión liderada por el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, para reunir en una competencia a los mejores equipos de Europa, con la aparentemente filantrópica intención de “salvar al fútbol”, se cae a pedazos. El timonel merengue se queda solo. En esta jornada, el Atlético de Madrid, el Milan y el Inter de Milán le dieron la espalda. La Juventus también está a un paso de hacerlo. Antes se habían borrado los clubes ingleses. Hoy, apenas la Casa Blanca y el Barcelona, que ya condicionó su presencia a la opinión de sus socios, se mantienen en la idea. Es decir, el torneo queda reducido al clásico español, incluso con los catalanes meditando si siguen vinculados a la iniciativa. Es decir, se hace inviable.
Pérez, por cierto, da los últimos aletazos para mantenerlo a flote. Retrocede. Abre la puerta al rediseño del proyecto y busca nuevos soportes. Le jura al mundo que el Bayern Múnich y el PSG terminarán uniéndose al híbrido, pero, a modo de ejemplo, choca de frente con un comunicado del club alemán en el que queda clara su intención de respetar el actual orden en el Viejo Continente. “Fue y siempre es un gran placer para nosotros poder jugar la Champions League como representante de Alemania. Todos recordamos con cariño nuestra victoria en la Champions League en Lisboa en 2020, un momento tan feliz nunca se olvida. Para el FC Bayern, la Champions League es la mejor competición de clubes del mundo”, sostienen los bávaros, en un comunicado publicado en sus plataformas oficiales.
El presidente de la Casa Blanca es el gran perdedor en esta pasada. El empresario es objeto de gran parte de las críticas en el mundo del fútbol. Hay pocos que perciban en su idea la intención de rescatar financieramente al balompié que ha predicado en cuanto espacio público ha tenido, aunque el fracaso incluso le haya llevado a restarse de entrevistas que había pactado. Está contra la pared y lo sabe.
Pérez y su idea reciben dardos de todos lados. Los hinchas se manifiestan y cuelgan lienzos en contra de ella, las figuras del fútbol, desde Jürgen Klopp hasta Manuel Pellegrini, pasando por figuras como el capitán de Liverpool Jordan Henderson, también la rechazan y hasta autoridades políticas, como el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro inglés Boris Johnson e incluso el príncipe Guillermo, critican la iniciativa.
El fuego le llega incluso desde la intimidad del club que encabeza. “Es una puñalada por la espalda al fútbol. Es una locura que se hizo sin pensar. Cuando lo escuchaba a Florentino creía que se trataba de una broma de mal gusto. Sería un acto de dignidad de su parte que dimitiera después de ese fracaso. Se convirtió, sin derecho de serlo, en el dueño del fútbol y del Real Madrid”, disparó, por ejemplo, Ramón Calderón, su antecesor en la presidencia del club más importante del mundo, en el programa Super Deportivo Radio, de la emisora argentina Villa Trinidad.
El timonel de la liga española, Javier Tebas, no se quedó atrás a la hora de pisotear a Pérez: “Florentino Pérez anda despistado desde diciembre y, desde ayer, muy perdido. Lo veo fatal. No conoce la industria. Da datos inexistentes, datos que desconoce. Yo creo que es un gran empresario de la construcción, pero un desastre de presidente”. Y añade: “La Superliga ha hecho el ridículo, el concepto de Superliga. Y sus líderes han demostrado una ignorancia importante de lo que es la industria y los aficionados del mundo”.
El contraataque de la UEFA
La UEFA ve pasar el cadáver de su principal enemigo. Paralelamente al fracaso de la Superliga, anunció un nuevo formato de la Champions League, al que la rebelión trató de anticiparse con su precipitada declaración. Lejos, por ejemplo, de la idea separatista y exclusiva de los secesionistas, abre las puertas para la incorporación de nuevos clubes. Ahora, serán 36 los equipos que podrán participar en la competencia. “Este formato evolucionado seguirá manteniendo vivo el sueño de cualquier equipo de Europa de participar en la UEFA Champions League gracias a los resultados obtenidos en el terreno de juego y permitirá la viabilidad, la prosperidad y el crecimiento a largo plazo de todos los integrantes del fútbol europeo, no sólo de un pequeño cártel autoseleccionado”, dijo el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, en una agresiva presentación.
Lo más atractivo, en todo caso, viene por el lado del formato, otra modificación que puede interpretarse como una respuesta al clamor de generar una competencia más atractiva. Ahora ya no habrá fase de grupos. A partir de la temporada 2024-25, la Champions se disputará bajo la modalidad de liga. “Los equipos jugarán cuatro partidos más que en la actualidad. Ya no jugarán dos veces contra tres rivales (en casa y fuera), sino que se enfrentarán a 10 equipos diferentes, jugando cinco partidos en casa y otros cinco a domicilio. De este modo, los clubes tendrán la oportunidad de enfrentarse a un mayor número de rivales y los aficionados podrán ver a los mejores equipos enfrentarse más a menudo en las primeras fases de la competición. El nuevo formato debería significar que haya mucho en juego hasta la última jornada de la liga”, explica el sitio oficial de la organización que rige al fútbol europeo. Los ocho primeros pasarán a octavos de final y los que resulten entre el noveno y el 24º puesto disputarán playoffs de eliminación. El resto quedará eliminado, sin posibilidad de acceder a la Europa League.
Juego de millones
Pérez vendió la idea de la Superliga como solidaria. Venía, según él, a reflotar al fútbol en un momento de crisis. Nunca quedó suficientemente claro, eso sí cómo se iban a distribuir las millonarias ganancias entre los clubes que no formaban parte del círculo.
Lo que sí se alcanzó a saber fueron los millonarios montos que estarían en juego para los denominados ‘fundadores’, quienes partirían repartiéndose casi US$ 4.200 millones. Es decir, cada uno de los miembros de este grupo se embolsaría unos US$ 360 millones de dólares apenas por participar.
En la Champions, en tanto, los estímulos son bastante más ‘modestos’. Cada equipo que participa de la Champions League recibe 18 millones de dólares. En la fase de grupos, además, hay estímulos por resultados. Una victoria reporta US$ 3,2 millones y cada empate, US$ 1,08 millones. En caso de avanzar a octavos de final el premio es de 11 millones y en los cuartos asciende a 12,6 millones. En la instancia decisiva, el finalista se lleva 18 millones y el campeón 22 millones. Así, el campeón llega a embolsarse 90 millones de dólares en el mejor caso.
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