La guerra fría que protagonizaron Johnny Herrera y Sergio Vargas en la U

Johnny Herrera, Sergio Vargas

Los máximos referentes del arco azul en el último tiempo nunca fueron cercanos. La disputa nace con la decisión de Víctor Hugo Castañeda de darle la titularidad al angolino.


Sergio Vargas y Johnny Herrera vuelven a encontrarse en Universidad de Chile. Casi como si tratara de un remake de lo que lo acontecía a comienzos de la década pasada, coincidirán en la búsqueda del éxito para los azules, aunque ahora en roles distintos. Superman, ungido como flamante director de Azul Azul, será, en rigor, jefe del actual capitán de los azules. Un estatus de superioridad que Herrera ya desafió en el comienzo de su carrera, cuando tuvo que asumir la responsabilidad de desplazar al histórico guardameta argentino de un puesto que, hasta entonces, le pertenecía sin discusión. Desde ese momento que la relación entre ambos referentes del pórtico universitario no ha sido fácil.

Fue en 2002 cuando Víctor Hugo Castañeda, en su primera experiencia en la banca azul, adoptó la drástica decisión: darle la titularidad a Herrera. Una determinación de la que estaba convencido, pero que fue preparando con cierta antelación, en virtud de la jerarquía de quien iba a relegar a la suplencia. "Había que hacerlo. Sergio no estaba pasando por un buen momento y Johnny venía pidiendo cancha. Era un proceso que la U estaba provocando. Venía de una época gloriosa, que había comenzado en 1994, pero también se cerraba un ciclo. Lo hablé con Sergio y él lo entendió. Hace poco tiempo lo volvimos a conversar", explica el entrenador.

Sin embargo, declaraciones de la época dejan claro que la modificación estuvo lejos de convencer a Vargas. "Si fuera por mí, me iría hoy. Mientras esté Víctor Hugo, no tengo posibilidades de jugar", declaró en su oportunidad, dolido por perder el puesto que hasta entonces lo tenía como irrefutable dueño.

A Castañeda no le tembló la mano. No le temió ni siquiera a la reacción de los hinchas, que consideraban a Vargas como un ídolo, al punto de que el primer apodo que recibió Herrera fue el de Superboy. Es decir, el del heredero de Superman. "Yo era el técnico y estaba para tomar decisiones. Por respeto y trayectoria, hablé con Sergio. No era fácil sacarlo, pero las circunstancias lo indicaban. Uno no puede tomar las decisiones pensando en lo que van a hacer o si les va a gustar a los demás. Yo estaba para eso", añade.

El proceso de cambio tuvo momentos álgidos. El mismo año, César Vaccia, quien había trabajado con ambos, pues dirigió a Vargas en el primer equipo laico, convocó a Herrera a la Selección que enfrentó a Turquía en un amistoso disputado en Holanda. Al retorno, el titular en el arco de la U había vuelto a ser el argentino, lo que Herrera consideró una eventual traición. Ahí se rompe el vínculo entre ambos. "No recuerdo lo del retorno. Tiene que haber sido porque Johnny venía llegando sobre la hora", intenta explicar Castañeda.

El estratega reconoce que la relación entre ambos arqueros era más distante que lo común entre los futbolistas. "Era una relación de compañeros, no más que eso, pero pregúnteles a ellos cómo era. No voy a entrar en mayores detalles", se excusa el entrenador.

La presencia de ambos en el torneo de Apertura de ese año fue pareja. Herrera disputó 11 partidos (1.007 minutos), uno más que su competidor por el puesto. Vargas acumuló 900 minutos en los diez encuentros en los que defendió la portería estudiantil.

El tiempo tampoco los acercó demasiado. "Mi relación con Sergio fue un tema complicado, porque se manejó muy mal… Siempre he respetado sus condiciones como arquero, pero de ahí a que sea mi ídolo es muy distinto", declaró en esa época.

Al año siguiente, Herrera ya estaba posicionado como el arquero titular de la U y Vargas continuaba su carrera en Unión Española.  Antes de enfrentarse, ahora en equipos distintos, el discurso del angolino tampoco fue muy moderado. "Sergio es un ídolo y lo va a seguir siendo, más aún por la manera como se manejó su salida del club. No quiero que se piense que soy un enemigo de Vargas, lo que sucede es que nunca fue mi amigo. Con Sergio sólo fuimos compañeros…", explicó, entonces, Herrera, confirmado la visión que ahora entrega Castañeda.

El actual meta azul incluso se animaba a realizar una crítica técnica. "Siempre admiré la personalidad de él. Nunca me gustó como atajaba. Siempre miré más afuera, a otros arqueros", explicaba, en otra muestra clara de la personalidad que, con el tiempo, lo llevó hasta el sitial de su antecesor.

La mayor madurez de Herrera y la distancia que Vargas tomó al dejar de ser jugador activo fue moderando la rivalidad. Superman ha criticado, principalmente, la verborrea de Herrera, pero también lo ha elogiado por su rendimiento deportivo. Johnny, en cambio, no volvió a hablar acerca de quien volverá a tener como sombra.

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