La íntima autocrítica que convirtió a Monsalve en el “favorito” de la derecha
El actual subsecretario del Interior fue uno de los diputados que impugnaron ante el Tribunal Constitucional la nueva Ley de Migraciones, que había sido tramitada por la administración de Piñera. Este episodio fue reflotado el lunes pasado en una cita con diputados opositores, ante quienes el socialista hizo un sorpresivo mea culpa.
“Efectivamente él reconoció que es algo que no lo tiene orgulloso”, comentó el diputado Francisco Undurraga (Evópoli), presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara, quien el lunes pasado a primera hora se reunió con el subsecretario del Interior y exparlamentario, Manuel Monsalve (PS), que en conversaciones privadas ha comenzado a sincerar su autocrítica por su tenaz oposición a medidas de control migratorio impulsadas en el anterior gobierno de Sebastián Piñera.
En ese encuentro, en el que también participaron los diputados Andrés Longton (RN) y Tomás de Rementería (PS), presidentes de las comisiones de Seguridad y Relaciones Exteriores, respectivamente, Monsalve les informó los contenidos de la nueva política migratoria, que endurece acciones y reflota medidas como los vuelos con expulsiones, criticadas por los opositores al expresidente Piñera en el período pasado.
De hecho, fue Longton quien le recordó al actual subsecretario del Interior haber impugnado ante el Tribunal Constitucional (TC) 14 puntos de la nueva Ley de Migraciones, que había sido tramitada por la anterior administración presidencial. Fue ante ese emplazamiento que Monsalve hizo su sorpresivo mea culpa.
Tras el encuentro, el diputado De Rementería (PS) también hizo pública su propia autocrítica. “Tuvimos romantizada la migración, pero ahora nos damos cuenta que debe ser ordenada y responsable”, dijo a Radio Infinita.
El episodio aludido por Longton se remontaba a diciembre de 2020, cuando Monsalve fue parte de los 41 diputados opositores -entre ellos también el Presidente Gabriel Boric- que firmaron un requerimiento ante Tribunal Constitucional para tratar de revertir ciertos aspectos de la Ley de Migraciones que había sido despachada días antes por el Congreso.
Uno de los efectos de aquella presentación fue que el TC suprimiera el plazo de 72 horas que tenían las autoridades para privar la libertad a migrantes en situación irregular, pero con su proceso administrativo de expulsión ejecutoriado. Al final quedó la disposición de que el afectado podría ser detenido solo por “un plazo máximo de cuarenta y ocho horas” para hacer efectiva la expulsión.
Sin embargo, esa reducción de plazos terminó transformándose en un problema. La Policía de Investigaciones (PDI) alertó que era muy difícil concretar una expulsión en tan poco tiempo, lo que se traducía en que el extranjero en condiciones de ser deportado, al final debía ser dejado en libertad.
Lo paradójico es que en mayo de este año, Boric, ahora convertido en Presidente, debió enviar al Congreso un proyecto para corregir el plazo. Incluso con un lapso mayor: de 5 días para mantener detenido al migrante irregular, a la espera de su expulsión. La nueva ley -que terminó siendo respaldada por varios de legisladores que derribaron ese punto ante el TC-, fue publicada en agosto y hoy lleva la firma de Boric y también de Monsalve.
Contacto favorito
Este giro volvió a ser parte del debate que en las últimas semanas ha enfrascado al gobierno y la oposición, a propósito de la participación de extranjeros en delitos de alta conmoción pública, como el ataque con una granada a una carabinera.
Pese a las fricciones con La Moneda, el diputado Longton (RN) rescata el rol de Monsalve, quien a la larga se ha transformado en el interlocutor preferido de la oposición para los temas de seguridad y migración. “El subsecretario ha sido más abierto al diálogo, ha sido más autocrítico también y ha sido más receptivo. En temas de seguridad uno tiene que ser menos confrontacional y un poquito más autocrítico a la hora de poder enfrentar lo que está ocurriendo en Chile”, dijo el legislador de Renovación.
El estilo de Monsalve también ha sido valorado por varios diputados de derecha y por la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei (UDI), la principal presidenciable de su coalición.
Además, cuando era diputado e integraba la Comisión de Hacienda, solía ser uno de los interlocutores favoritos de los ministros del área económica.
Ello ha llevado a algunos dirigentes de derecha a marcar el contraste respecto de la relación tensa que tienen con la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD).
Una señal del trato distinto es que los representantes de oposición suelen aceptar las invitaciones de Monsalve a dialogar en La Moneda. Una muestra de ello fue la misma cita del lunes pasado sobre migración o el encuentro del pasado 30 de octubre, al que asistieron los subsecretarios Juan Francisco Galli y Rodrigo Ubilla, ambos RN. A diferencia, las mismas exautoridades se han restado de las reuniones convocadas por Tohá.
“Monsalve se ha ganado el respeto de la oposición por la forma como lleva los temas, la calma como los enfrenta, mantiene la palabra y lo que ofrece lo cumple”, expresó, el martes pasado, el diputado Jorge Alessandri (UDI), integrante de la Comisión de Seguridad.
De opositor a promotor
Aunque la autocrítica que ha transmitido Monsalve en privado se limita por ahora a materias migratorias, durante su gestión también ha sido el rostro de otros actos de retractación del actual oficialismo, por ejemplo, en la implementación del estado de excepción constitucional en la Macrozona Sur.
En el período pasado Monsalve era diputado de la Región del Biobío y fue un severo detractor de esta medida aplicada por primera vez por Piñera en octubre de 2021. Incluso, fue el único diputado de su distrito que se opuso, aun cuando la presencia militar era valorada según encuestas y consultas ciudadanas.
Ahora, como subsecretario ha sido el encargado de hacer los ajustes operativos de esta disposición y en varias ocasiones ha tenido que ir a las salas de la Cámara y el Senado a solicitar el apoyo para su renovación.
Como legislador socialista, por lo general, no intervenía en la discusión de proyectos de seguridad y orden público, dejando que otros parlamentarios PS marcaran la postura de su partido. En su bancada, de hecho, ni siquiera estaba a cargo de los temas de seguridad, orden público y Defensa. Como médico, priorizaba discusiones en asuntos de salud y DD.HH. y, adicionalmente, era representante de su colectividad en la Comisión de Hacienda.
En todo caso, compartía el diagnóstico crítico de su bancada de que el anterior Ejecutivo abusaba del envío de leyes para solucionar problemas delictuales. Entonces, los socialistas acusaban un “populismo penal”.
De hecho, Monsalve habitualmente votaba en contra de las iniciativas de Piñera o rehuía del debate a través de pareos o ausencias repentinas para no pronunciarse.
“El principal error de este gobierno es que ha utilizado la seguridad para buscar popularidad y no para mejorar las condiciones de seguridad de la población”, dijo en febrero de 2022 tras haber sido nombrado por Boric, en un programa de Facebook Live que realizaban los dirigentes socialistas Camilo Escalona y Arturo Barrios.
En esa conversación, antes de asumir, el actual subsecretario sinceró que la Ley Antiportonazos, ante la que terminó votando a favor en su último trámite legislativo (el 29 de mayo de 2019), fue un tema incómodo. “La Ley Antiportonazos fue un boom del gobierno, presionó para que fuera promulgada, logró que se transformara en ley y ahí están los portonazos que siguen todos los días”, reclamó.
En esa línea, deslizó que su apuesta desde Interior iba a ser una estrategia distinta, ya que, a su juicio, las propuestas en materia de seguridad y orden público deben tener primero “alguna evidencia de que tienen resultados y no simplemente presentar proyectos para hacer como que se está luchando (contra la delincuencia)”.
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