La jugada de Provoste que dejó a Rincón y Walker en el limbo del Senado
La jefa de bancada DC logró conformar una alianza administrativa, con ribetes políticos, con Bianchi y Campillai, quienes podrían lograr una mejor representación en comisiones legislativas a costa de cupos que estaban previstos originalmente para los dos senadores que renunciaron a la falange.
En una lucha sin cuartel se transformó la pugna entre la senadora y vicepresidenta DC, Yasna Provoste, y sus excamaradas, Ximena Rincón y Matías Walker, quienes renunciaron a la falange en octubre pasado para fundar el Partido Demócrata (colectividad que aún se encuentra en trámite de formación).
Uno de los últimos episodios de esta pelea política se vivió el martes 13 de diciembre cuando Provoste, en su calidad de jefa de la bancada DC, informó a la mesa del Senado que uniría su comité con el que integraban los legisladores independientes Karim Bianchi y Fabiola Campillai.
En la práctica, la jugada de la senadora por Atacama bloqueó la última posibilidad que tenían Rincón y Walker para ser parte de un “comité”, instancia llamada informalmente “bancada” mediante la cual los senadores participan de la toma de decisiones del Senado junto a la mesa directiva de la corporación y otros grupos políticos. Por ejemplo, ya no podrán participar de las reuniones en las que se configura la tabla de proyectos a discutir en la semana.
Además, dejó a ambos exfalangistas sin un despacho de reuniones en la zona aledaña al hemiciclo. Solo mantendrán sus oficinas en la torre del Senado y las respectivas asignaciones para contratar personal e incurrir en gastos básicos.
Sin embargo, el principal problema para Walker y Rincón es que, a partir de 2023, la nueva bancada mixta (democratacristianos-independientes) podría arrebatarles los cupos en las comisiones legislativas que estaban previstos para la DC, según el acuerdo de gobernabilidad suscrito en marzo de este año por casi todas las fuerzas políticas.
Si bien ese tema aún no está resuelto, existe un alto riesgo de que Rincón pierda su cupo en la Comisión de Hacienda (contemplado inicialmente para 2024 y 2025), y Walker, en la Comisión de Trabajo (en 2023).
De hecho, según un senador que supo de las tratativas entre Provoste, Bianchi y Campillai, uno de los incentivos que se ofreció a los independientes para pactar con la DC, es que podrían tener una mejor representación en comisiones, instancias cruciales para definir qué leyes se discuten en el Congreso.
Fuentes de la DC confirman que la cesión de cupos en comisiones a Campillai y Bianchi, en desmedro de Rincón y Walker, es una de las posibilidades que está sobre la mesa.
Todo ello podría configurar un escenario poco usual en la Cámara Alta, ya que los dos senadores demócratas quedarían en un limbo, pues solo mantendrían sus derechos parlamentarios en la Sala (voz y voto), quedarían relegados a comisiones de segundo nivel y sin capacidad de incidir en asuntos administrativos y en ciertas definiciones políticas colectivas de la corporación.
En la mesa del Senado están conscientes de este vacío, pero admiten que reglamentariamente es difícil de resolver, salvo que los legisladores de un partido decidan aliarse con Rincón y Walker.
Esta pugna, que ya está contaminando las relaciones en todo el Senado, se remonta a la etapa de definición de candidaturas presidenciales en 2021, cuando Rincón se alzó como carta de la DC para competir a La Moneda tras ganar una primarias internas, en enero de ese año, al actual diputado y presidente de la decé, Alberto Undurraga.
No obstante, la debacle de la antigua Concertación, incluyendo a la DC, en las elecciones municipales y de convencionales, revolvió el tablero político y motivó a que algunos actores políticos, desde la DC al PS, comenzaran a buscar una candidatura unitaria.
Así surgió la opción de la candidatura presidencial de Provoste, entonces presidenta del Senado, cuya irrupción con el apoyo de dirigentes falangistas, socialistas y del PPD, obligó a que Rincón depusiera su postulación.
Si bien en compensación a Rincón se le ofreció a la presidencia del Senado, el episodio generó una fractura en la DC, que solo se profundizó con las elecciones internas a inicios de 2022, con la disyuntiva del plebiscito constitucional y luego con la renuncia masiva de dirigentes hacia nuevos partidos en formación como Amarillos y Demócratas.
Pero con la dimisión de Rincón y Walker a la colectividad, en octubre pasado, Provoste, con el apoyo del senador Francisco Huenchumilla, propinó el primer golpe al negarse a continuar siendo parte de un mismo grupo con ambos exmilitantes. En los hechos, equivalía a una expulsión del comité DC.
Hasta ese minuto, Rincón y Walker ejercían la jefatura y la subjefatura de la bancada, pero con sus salidas, Provoste tomó el control del comité.
Al quedar sin instancia de representación, ambos senadores expulsados solicitaron a los independientes Bianchi y Campillai conformar una nueva bancada solo con fines administrativos, ya que inevitablemente la mesa del Senado tarde o temprano los iba a obligar a ser parte de una misma bancada por tratarse de legisladores que compartían las condiciones de no tener militancia ni estar asociados a un partido constituido (Demócratas no tiene aún esa calidad).
Sin embargo, antes de que se concretara esta posibilidad, Provoste ofreció un acuerdo a Bianchi y Campillai, quienes además de acceder a otros beneficios administrativos, se sentían más cercanos a los senadores que se quedaron dentro de la DC.
Por ejemplo, a pesar de que Bianchi y Campillai no votan alineados con grandes bloques, han coincidido con Provoste y Huenchumilla al rechazar temas como los estados de excepción y el tratado comercial de Asociación Transpacífico (TPP11).
En este escenario, el futuro de Rincón y Walker en el Senado es incierto. Consultados por La Tercera PM sobre las opciones que barajan, los senadores prefirieron no referirse al tema.
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