La nueva caravana de migrantes que tensa relaciones entre Estados Unidos y México

Migrantes caminan en caravana en Navidad. Foto: Reuters.
Migrantes caminan en caravana en Navidad. Foto: Reuters.

Cerca de diez mil personas comenzaron a caminar desde el sur de México este fin de semana, en tanto que en pocos días delegaciones de ambos países norteamericanos tendrán reuniones para referirse a la situación de la creciente migración.


Ya son más de diez mil las personas que, como en una marcha, están caminando todas juntas en lo que llaman “Éxodo de la pobreza”, y que cruzarán México para intentar llegar a Estados Unidos. En pleno 24 de diciembre, los miles de migrantes de 24 nacionalidades salieron de Tapachula, ciudad fronteriza con Guatemala, y caminaron hasta el pueblo de Huitxla, cincuenta kilómetros al norte.

Según indican los medios locales, se trata de migrantes que en su gran mayoría provienen de Centroamérica, Cuba y Haití, aunque también hay ecuatorianos, peruanos, brasileños, e incluso personas de países africanos y asiáticos. Los expertos locales señalan que se trata del mayor éxodo del 2023, y que en su primer tramo, hasta Ciudad de México, podría llegar a tener 15 mil personas.

Luis Rey García Villagrán, director del Centro de Dignificación Humana (CDH), explicó que de las 10 mil personas en la caravana, 3 mil de estas personas serían menores de 14 años. “Hoy caminamos los más pobres de los más pobres de los que estamos en la cúspide de la necesidad, los que no tenemos dinero para pagar visas o polleros. Vamos a caminar aproximadamente 6.500 personas en alto grado de vulnerabilidad”, aseguró el activista a Euronews.

Padre lleva a su hijo en la caravana migrante, en Huehuetán. Foto: Reuters.
Migrantes caminan en caravana en Navidad. Foto: Reuters.

Este movimiento tiene lugar en un momento clave para la frontera en Norteamérica: han aumentado un 31% las detenciones de migrantes en el último mes, según indicó el Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, citando las cifras de la Patrulla Fronteriza estadounidense. Si a inicios de noviembre el número de cruces de la frontera llegó a 53.016, en la primera semana de diciembre ya eran 69.462.

Como reacción, Washington ha optado por cerrar unilateralmente tres puestos fronterizos, lo que no cayó bien en Ciudad de México. En la primera semana del mes, todos los días fueron detenidas casi diez mil personas, de las cuales un tercio es mexicana, indicó la Patrulla Fronteriza. El gobierno mexicano estima que podrían llegar a detener 307 mil personas para final de mes, lo que le ganaría lejos al peor mes en esa cifra, septiembre 2023, cuando se detuvieron 269 mil migrantes en la frontera sur de Estados Unidos.

Los recintos fronterizos estadounidenses resienten el tránsito, y se han visto casi colapsados, de tal modo que se ha optado por cerrarlos: el 27 de noviembre ya se había clausurado el paso a personas y vehículos en el puente que une Piedras Negras con Eagle Pass. La Patrulla Fronteriza norteamericana escribió en un comunicado, respecto a la reasignación de sus agentes para ocuparse de este flujo: ”La Patrulla Fronteriza está reforzando todos los recursos disponibles para procesar a los migrantes de forma expedita y segura”.

Otro paso que se cerró fue el que une Sonoyta con Lukeville: el responsable de este último recinto, John Modlin, respondió a la prensa: “En este momento, todo el personal disponible es necesario para encargarse del flujo migratorio sin precedentes”. A los días se cerró también el cruce peatonal El Chaparral, entre Tijuana y San Ysidro, uno de los pasos más transitados del mundo.

Migrantes de la caravana descansan en Huixtla. Foto: Reuters.
Migrantes de la caravana descansan en Huixtla. Foto: Reuters.

Esta situación se ha trasladado a las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos. Este miércoles, una comitiva de Washington viajará para visitar al presidente Andrés Manuel López Obrador, en miras a negociar las medidas que tome México para atajar la llegada de personas a la frontera. La delegación será encabezada por el secretario de Estado, Antony Blinken; el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y la asesora de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Elizabeth Sherwood-Randall.

En estas negociaciones la prioridad de México será la reapertura de los tres pasos que se cerraron. En un comunicado, el gobierno de AMLO “insistió en la necesidad de reabrir a la brevedad los cruces fronterizos para garantizar los dinámicos flujos comerciales y potenciar la relación económica. Además, abundará con la delegación estadounidense una mayor colaboración para atender las causas estructurales de la migración a partir de los resultados del Encuentro de Palenque”.

En aquella reunión, donde participaron una decena de gobiernos latinoamericanos y no Joe Biden, se insistió en el levantamiento de las sanciones estadounidenses a Cuba y Venezuela. Según los participantes de este encuentro, “las medidas coercitivas unilaterales” impuestas contra algunos países de la región instigaban en gran parte la migración a Estados Unidos.

En diciembre, Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador se reunieron en California, en una cumbre de países del Asia-Pacífico. Citando ese encuentro, el gobierno mexicano señaló en un comunicado: “La invitación del Presidente de México da continuidad al entendimiento al que llegaron ambos mandatarios en San Francisco, sobre la valoración del aporte positivo de la comunidad mexicana en Estados Unidos y la convicción de que la problemática migratoria solo encontrará una respuesta efectiva atendiendo las causas estructurales en los países de origen”.

Migrantes caminan con la caravana "Éxodo de la pobreza". Foto: Reuters.
Migrantes caminan con la caravana "Éxodo de la pobreza". Foto: Reuters.

En tanto López Obrador espera que llegue la delegación de Washington, los migrantes continúan caminando en el sur de México. Jesús Silva, un migrante venezolano, aseguró a la agencia EFE: “Realmente la opción es caminar, me apoyo en la caravana, porque es donde nos sentimos más seguros con hermanos latinos que estamos saliendo con un nuevo sueño, con una esperanza de vida”.

A AP, una mujer hondureña con un niño de siete años declaró: “No comprenden que uno tiene necesidad de salir adelante. ¿Por qué no nos pueden ayudar, dar la mano? Necesitamos apoyo de los gobiernos. Esta travesía ha sido bien fuerte para nosotros los migrantes. Necesitamos ayuda de Migración y del gobierno, que se pongan la mano en el corazón y nos den un salvoconducto”.

“Hemos caminado mucho. Honestamente, no sé cuántos kilómetros. Mi hija no puede caminar más. La cargo en mis brazos porque necesita descansar, tiene solo tres años, y no está bien, está enferma”, dijo un hombre procedente de Honduras a Reuters. “El Presidente de Estados Unidos debería ayudarnos como migrantes. En realidad, varios de nosotros solo vamos a EE.UU. por cinco, seis, siete años y regresamos a nuestros países. Por esta razón, le pedimos a Joe Biden que nos ayude”, señaló otro hondureño a la misma agencia.

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