La nueva polémica de Fernando Cerimedo: estratega digital de Milei es investigado en causa por el intento de golpe de Bolsonaro

En Brasil, el círculo de los bolsonaristas asiduos, aquellos que defienden el supuesto fraude electoral en la pasada elección presidencial y que asistieron al asalto a la Plaza de los Tres Poderes, en Brasilia, aquel 8 de enero de 2023, tienen un sobrenombre especial para el argentino Fernando Cerimedo. En redes sociales, su caldo de cultivo para trabajar, lo llaman “O argentino careca”, o el argentino pelado. Según el diario La Nación, para la base más radicalizada de los seguidores del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro se trata de un héroe.

Su huella aparece en numerosas entidades acusadas de esparcir fake news, pero ahora el fundador del polémico sitio “La Derecha Diario” escaló un paso. La justicia brasileña acusa al empresario y estratega digital –el cerebro de la campaña del mandatario Argentino, Javier Milei, coinciden La Política Online (LPO) y La Nación– de ser una pieza clave en la propagación de noticias falsas sobre un supuesto fraude electoral en las elecciones presidenciales de 2022 en Brasil, además de construir “milicias digitales” que alentaron el ataque al palacio presidencial y al Congreso de Brasilia.

“El grupo investigado incluso actuó a través de milicias digitales para repercutir y amplificar a través de multicanales la idea de que las elecciones presidenciales fueron fraudulentas, animando a sus seguidores a ‘resistir’ frente a cuarteles e instalaciones de las Fuerzas Armadas y crear el entorno adecuado para la intervención federal comandados por fuerzas militares”, se lee en el documento que cita a Cerimedo.

El equipo en el que el argentino trabajó, consignó La Nación, se encargó de diseminar desinformación sobre un supuesto fraude electoral, para así “viabilizar y legitimar” una intervención militar que habría mantenido al líder de extrema derecha en el poder.

Según LPO, el consultor fue y es el cerebro digital de Javier Milei, y se le apunta como el creador del ejército de trolls que el mandatario utilizaría para atacar a adversarios políticos, periodistas y artistas, agregan. También es un viejo conocido en Chile.

En plena discusión electoral sobre si se debía escribir una nueva Constitución o no, en 2020, la empresa Numen, cuyo CEO es precisamente Fernando Cerimedo, publicó una encuesta que erró escandalosamente en su proyección, y que fue compartida con ánimo por sectores del entonces Rechazo. En el momento de su divulgación, supuestamente el Apruebo marcaba 41,9% y el Rechazo 34,4%, pero incluía una proyección que aseguraba que la última opción triunfaría con un 53,8%. La encuesta falló por un margen de 36 puntos, considerando el 78,27% que alcanzó el Apruebo. “No fue por sesgo político, sino que error de la presentación”, dijo el propio Cerimedo en Twitter.

En conversación con el director de LPO, Ignacio Fidanza, Agustín Romo, actualmente diputado de la provincia de Buenos Aires por La Libertad Avanza, concedió al periodista que el polémico asesor trabajaba con Milei, pero también con José Antonio Kast. “Sí, Fer trabaja con nosotros y sí trabajó en las campañas de Kast y Bolsonaro”, afirmó Romo en el programa Intratables.

La trama que involucra actualmente a Cerimedo forma parte de la investigación de la Policía Federal brasileña, donde se acusa al círculo de Bolsonaro de un “intento de golpe de Estado y abolición del Estado Democrático de Derecho”. El jueves pasado, cuatro personas fueron arrestadas –dos asesores del exmandatario brasileño– y se ejecutaron 33 órdenes de registro como parte de un operativo. Aunque bien Bolsonaro no ha sido ni acusado ni arrestado, sí es parte de la investigación, por lo que le fue confiscado su pasaporte.

Los movimientos judiciales fueron posibles gracias a la confesión de un excolaborador del político de extrema derecha, el teniente Mauro Cid, quien era su secretario privado. Dentro de las revelaciones de Cid, destaca el nombre de Fernando Cerimedo.

El experto en marketing digital es citado en el documento firmado el jueves pasado por el juez del Supremo Tribunal Federal (STF) brasileño Alexandre de Moraes, que permitió los allanamientos y arrestos del círculo de Bolsonaro, en una operación llamada “Tempus Veritatis”. Según los investigadores, la organización criminal estaba dividida en varios grupos, cada uno concentrado en un aspecto del intento de golpe cívico-militar. De hecho, es primera vez en la historia del gigante sudamericano en que militares de alto rango son detenidos por conspirar contra la democracia, algo que no ocurrió ni siquiera tras la última dictadura brasileña.

Algunos de los grupos citados en el documento son el de “Incitación a militares”, liderado por el excandidato a vicepresidente Walter Souza Braga Netto; “Legales”, que guiaba el ahora detenido Filipe Martins; “Inteligencia paralela”, a cargo del general y también detenido Augusto Heleno, y el “Oficiales de Alto Rango”, cuyo liderazgo era manejado por el almirante Almir Garnier Santos.

Cerimedo participaba en el de “Desinformación y ataques al sistema electoral”, acusan investigadores brasileños, el que era orquestado por el exministro de Justicia de Bolsonaro Anderson Torres, detalló LPO.

El salto a la fama entre los seguidores del expresidente de Brasil llegó en noviembre de 2022, cuando en una transmisión de internet con cientos de miles de visitas, “presentó un dosier apócrifo con alegaciones de fraude en las presidenciales”, relató La Nación.

Sentado en una banca, y con una proyección en una sábana negra, el experto en marketing digital mostró lo que supuestamente era un “informe de auditoría privada de las urnas electrónicas” que contenía pruebas falsas de que el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva había derrotado a Bolsonaro tras manipular los resultados, lo que fue desmentido tanto por expertos como por el Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil. Supuestamente, se habrían transferido millones de votos de Bolsonaro hacia Lula debido a que urnas electrónicas de modelos antiguos no habrían sido auditadas, todo refutado posteriormente por el TSE.

“Los ataques al proceso de votación electrónica no comenzaron después de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2022. El grupo ahora investigado, desde 2019, utilizó el modus operandi desarrollado por la autodenominada GDO (’Oficina del odio’) para propagar la idea de vulnerabilidad y fraude en sistema de votación electrónica del país”, agrega el documento judicial. Este gabinete paralelo funcionaba al lado del despacho presidencial en Brasilia, y era liderado por Carlos Bolsonaro, hijo del expresidente, que instaló la idea del fraude mediante noticias falsas en redes sociales y plataformas de comunicación como WhatsApp, detalló LPO.

Según la Policía Federal, citada por el mismo medio, “Cerimedo utilizó los mismos argumentos falsos creados por los hackers, citados en una conversación sostenida entre Mauro Cid (el arrepentido que aportó toda la información para la investigación) y Sergio Ricardo Cavaliere de Medeiros, y acusa al exjefe de campaña de Milei de haber armado un Google Drive desde donde accedían a los archivos que contienen la grabación de la transmisión en vivo y la versión editada del video, para facilitar la difusión de noticias fraudulentas y amplificar la desinformación ilícita”.

En el texto del ente policial se agrega que “los expedientes estarían relacionados con la difusión de información falsa sobre máquinas de votación electrónica, destacando el vínculo entre el contenido abordado en la transmisión en vivo realizada por el argentino y el grupo ahora investigado”.

Cerimedo habría actuado como canal dentro de la estrategia de “difusión multicanal”, a quien le llegaban documentos y archivos desde la cúpula bolsonarista. Esto configuraría una “acción coordinada de miembros del grupo criminal para amplificar las falsas narrativas que construyeron y replicaron sobre el sistema electoral brasileño, mediante la acción mantenida entre Fernando Cerimedo y el resto de los miembros de la banda”.

El citado salió a defenderse en redes sociales y medios de comunicación durante este jueves. “La causa es una persecución política, ideológica”, aseguró. En diálogo con Radio con Vos, planteó que la situación se trata de “una embestida personal que ni siquiera tiene que ver Lula (da Silva), quien ni debe estar enterado de lo que está pasando. Esto es (el juez del Supremo Tribunal Federal) Alexandre de Moraes, que estuvo enfrentadísimo con (Jair) Bolsonaro desde hace muchos años”.

En su opinión, “no hablamos de fraude, hablamos de anomalías”. Y prosiguió: “Lo hicimos con documentación del propio Tribunal Superior Electoral; se trazó un análisis de comparativa entre máquinas nuevas y viejas que se utilizaron en Brasil en la elección, donde en un centro de votación el resultado había sido completamente distinto según la máquina en la que la gente votaba”.