En un año y medio de pandemia, y acorde al más reciente Informe Epidemiológico elaborado por el Ministerio de Salud, 212 mil menores de edad se han infectado con coronavirus. De ellos, 3.571 han debido ser hospitalizados y 99 han fallecido. Mientras, el temido Síndrome Inflamatorio Multisistémico (o PIMS, por sus siglas en inglés), que se presenta como una complicación del cuadro de Covid-19 en menores, ya se ha acreditado en 314 casos, y cinco de estos pacientes han fallecido.

Pese a que la tasa de letalidad en este grupo es baja -de un 0,04%-, los temores de enfermar y los beneficios que otorga el Pase de MJovilidad parecen un aliciente para los jóvenes de entre 12 y 17 años: a 22 días de iniciada la vacunación en este grupo, un cuarto de los adolescentes (26,3%) ya ha recibido su primera dosis, es decir 393.054. Incluso, se han visto largas filas en los vacunatorios con menores de entre 12 y 17 años que, junto a sus padres, aguardan recibir la inyección.

Para los adolescentes solo está autorizada la vacuna de Pfizer-BioNTech en Chile. Sin embargo, la Universidad Católica ya impulsa un estudio, para menores de entre tres y 17 años, que probará la CoronaVac en niños. De forma preliminar, y tras un ensayo clínico llevado a cabo en China, el laboratorio Sinovac ha reportado en la revista científica The Lancet que la administración del esquema de la vacuna -dos dosis- es segura para los menores y provocaría una “fuerte respuesta inmunológica”.

Los expertos señalan que, de seguir avanzando como lo ha hecho el plan de vacunación, al término de las vacaciones de invierno podrá concretarse con una amplia cobertura de vacunación en este grupo, que casi llega a 1,5 millón de adolescentes de entre séptimo y cuarto medio.

La pediatra e infectóloga de la Red Salud UC Marcela Potin señala que en las últimas semanas, la principal consulta de los padres es si, ante la vacunación, es mayor el riesgo o el beneficio. “Siempre va a ser una prioridad vacunar. La mayoría de los padres han considerado que es importante hacerlo. Puede que el Covid-19 no sea grave en ellos, pero la vida ha cambiado tanto por la pandemia, trastornos de salud mental, del neurodesarrollo, nutricionales, que la vacuna permite volver, lo antes posible, a una vida más normal”, explica la miembro de la Sociedad Chilena de Infectología (Sochinf).

Asimismo, señala que mientras más se amplíe la vacunación “existirá una menor circulación del virus y eso contribuye a tener menos recombinaciones del virus y la posibilidad que ello implica de nuevas variantes”.

La infectóloga detalla que si bien el Covid-19 tiene una baja incidencia en niños, los pocos casos complejos corresponden a menores con patologías de base: inmunodeprimidos u obesos. “Hay factores bien identificados que describen que los niños tienen en su organismo menos receptores para el virus a los que se puede unir la proteína spike, que se adosa, por lo general, al tracto respiratorio. Además, los niños tienen la inmunidad ‘natural’ más desarrollada, además de tener menos comorbilidades que un adulto”, asevera.

El pediatra y expresidente de la Sociedad Chilena de Pediatría Humberto Soriano explica que frente a la variante delta, que ha reportado ser más contagiosa que otras variantes, como alpha, existe un mayor riesgo en menores, pues son el grupo etario que recién está recibiendo sus dosis de inmunización.

“El riesgo para los menores de contagiarse con delta es mayor, proporcionalmente, porque no están vacunados. En cuanto pueda vacunar a su hijo o hija, hágalo, porque es esencial. Delta es más contagiosa, pero sospechamos que puede ser menos mortal. Sin embargo, tenemos que acostumbrarnos a vivir con el coronavirus por al menos un par de años, porque van a aparecer variantes. Hasta ahora, la literatura médica dice que las vacunas protegen contra éstas, pero que vamos a tener que irnos revacunando, como se hace con la influenza, e ir adaptando las vacunas a los cambios en el virus”, asevera Soriano.

Desde el Consejo Asesor Covid-19, la epidemióloga María Teresa Valenzuela plantea que al estar vacunados con Pfizer, la cual se ha mostrado altamente efectiva para reducir la transmisión, “habría una mayor seguridad para el retorno a clases por el hecho de que los niños estén vacunados. Se sabe que la vacuna Pfizer, desde su primera dosis, tiene cierta efectividad y no solamente en cuando a disminuir la enfermedad grave, sino que la transmisión”.

Valenzuela comenta que antes de aperturar otros lugares de mayor riesgo de contagio, el retorno presencial
-voluntario para los colegios- debe ser prioridad una vez que, al menos, los alumnos de niveles desde séptimo básico a cuarto medio estén inoculados. “Los colegios deben seguir todos los protocolos, como el uso de la mascarilla y el distanciamiento físico. Ya estamos más cerca de meses como agosto y septiembre, que permiten ventilar más, por la temperatura. Se conjugan factores posibles de cumplir para el retorno”, comenta.