La primera rebelión de Apruebo Dignidad antes del debut de Gabriel Boric
Ad portas del consejo de gabinete de este viernes, en la coalición que sustentará la futura administración se han abierto distintos flancos que amenazan con tensionar al bloque. El rechazo de algunos parlamentarios a la postura de Boric por un quinto retiro de fondos previsionales, la presión de AD para obtener mayor representación en las subsecretarías y la desconfianza que se instala en el bloque por una posible descoordinación con los partidos socialdemócratas han enredado los últimos pasos del equipo presidencial.
En Apruebo Dignidad no esconden la molestia. Las señales en esa línea las han venido dando desde que el anuncio del gabinete que acompañará al presidente electo, Gabriel Boric, generara incomodidad a tal nivel que las colectividades del bloque rompieron el acuerdo implícito con el que manejaron la designación de los ministros: que no presionarían por ningún cargo y que darían total libertad al futuro mandatario.
El punto que crispó los ánimos fue el “desequilibrio” -a ojos de algunos sectores- que se vio reflejado en la configuración del gabinete, en que algunas colectividades como RD, Comunes y el PC consideraron que quedaron disminuidos frente a otras fuerzas y que, incluso, habían quedado a la par que algunos partidos del bloque socialdemócrata, como el PPD, PR y PL.
Por eso, desde los partidos de Apruebo Dignidad -menos la colectividad del presidente, Convergencia Social, quienes cuentan con cinco ministros- comenzaron a presionar para dar vuelta el escenario con la designación de las subsecretarías. Ese punto, de hecho, continua trabando el anuncio de esas autoridades, anuncio que se terminó aplazando para el martes de la próxima semana.
Mientras RD se contactó directamente con la mano derecha del presidente electo, Giorgio Jackson, y sostuvieron una reunión con Boric como una fórmula para apaciguar su situación interna, Comunes envió una carta al equipo presidencial en la que manifestaban su molestia por el “retroceso” del FA en los ministerios, exigiendo una mayor representación de dirigentes de sus filas en las autoridades de “segunda línea”.
“Valoramos la diversidad del gabinete, pero también esperamos que en el conjunto de nombramientos políticos se vea representado el esfuerzo de Apruebo Dignidad y las fuerzas transformadoras que han levantado este proceso de cambios para implementar un programa que se construyó desde ahí. En ese sentido, como directiva estamos mandatados a hacer gestiones para que nuestro partido esté representado en el gobierno, evidentemente las hacemos con conciencia de que es el presidente electo quien tiene la última palabra”, sostuvo la timonel de Comunes, Ka Quiroz.
Los movimientos que forman parte de la coalición también hicieron los suyo. Según cuentan algunos dirigentes de esas agrupaciones, como Unir, Fuerza Común, Acción Humanidad, Renace, entre otros, se han coordinado para dialogar con el equipo presidencial. En esos sectores han transmitido molestia por su nula representación en el gabinete y por una falta de incidencia en el equipo presidencial, incomodidad que se ha venido acumulando desde la campaña presidencial. “Hay un detrimento de los movimientos sociales frente a la Concertación”, dice un dirigente de esas fuerzas.
Pese a que se han enviado esos mensajes, en el bloque hay desconfianza de que en el equipo presidencial acusen recibo. “Van a desaprovechar una oportunidad”, repiten en AD. Desde el comando, no obstante, han transmitido que la incidencia en el rumbo del gobierno no se acaba en la primera línea. De hecho, esperan zanjar ciertos equilibrios con el nombramiento de autoridades regionales como los delegados.
El trasfondo de la molestia recae en las dudas que se han generado al interior de Apruebo Dignidad por la incorporación del bloque socialdemócrata en el gobierno. Si bien todos han sido enfáticos en que era necesario sumarlos, en el pacto se abrió un debate sobre cómo relacionarse con esas colectividades.
El tema se abordó en la reunión de la mesa de AD la tarde del lunes. Según presentes, en esa cita -en la que participaron, entre otros, los miembros de la directiva de RD Sebastián Depolo y Francisca Gallegos, de CS Francisca Perales, del PC Juan Andrés Lagos, del FRVS Marta Molina, de Acción Humanista Efrén Osorio y de Izquierda Cristiana Alonso Salinas- los dirigentes evaluaron la decisión del futuro gobierno y fijaron una jornada para la próxima semana, con el fin de revisar la “estrategia” de su coalición.
No obstante, tras ese encuentro y el anuncio del gabinete en la coalición se ha ido instalando desconfianza respecto de la posibilidad de llegar a acuerdos con esos partidos a nivel parlamentario y de la Convención Constitucional.
En el sector temen que el hecho de que se hayan nombrado ministros del PS, el PPD, el PR y el PL no garantice que exista coordinación entre las bancadas de AD y de ese bloque, situación que podría complicar la labor de Jackson en el Congreso. Pese a que las directivas de esos partidos aseguran que serán “leales” con Boric, entre los parlamentarios de Apruebo Dignidad sostienen que sus futuros aliados en el Congreso ya les han hecho llegar el mensaje de que “no se sienten obligados a nivel legislativo por la designación de secretarios de Estado de sus filas”.
Los otros flancos: Marcel y el quinto retiro
En medio de esa tensión fue la definición del mandatario electo respecto de un posible quinto retiro de fondos previsionales, lo que terminó abriendo otro flanco entre la coalición y el futuro gobierno. La negativa del próximo jefe de Estado a impulsar un nuevo desembolso generó ruido en los partidos. Así lo dejó ver la senadora electa del FRVS Alejandra Sepúlveda, quien sostuvo que “no corresponde descartar los retiros”.
A ella se sumaron, además, otras figuras, como la diputada Marisela Santibáñez (PC). “Sin ser populista, le digo que sí a la PGU y también le digo que sí a un quinto retiro del 10%”, dijo ayer la parlamentaria al aprobar el proyecto que fija una nueva Pensión Garantizada Universal.
Otro punto de tensión ha sido la incomodidad de sectores del PC tras la designación de Mario Marcel como ministro de Hacienda. El alcalde Daniel Jadue (PC), por ejemplo, lo acusó de ser un defensor del “credo neoliberal”. La acusación fue rebatida por el propio futuro jefe de las arcas fiscales: “Si la responsabilidad y diálogo lo asociáramos al neoliberalismo, le estaríamos haciendo un tremendo regalo”.
En Apruebo Dignidad ya prevén que la relación con Hacienda va a ser compleja. Incluso, algunos temen que el rol de Marcel vaya en línea con una excesiva gradualidad en los cambios propuestos en el programa de gobierno.
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